El s¨ªndrome de la mesa de los ni?os o cuando la solter¨ªa elegida es un problema
El estigma de la mujer soltera que no es tomada en serio permanece, haciendo que quienes adoptan este modo de vida resistan tambi¨¦n frente a las opresiones de un sistema social y econ¨®mico dise?ado para parejas.
¡°Que no quiero amor, no quiero amor. Quiero estar tranquila, felicidad, comer bien y hacer deporte. ?Ya!¡±. Estas palabras, pronunciadas por Anabel Pantoja en S¨¢lvame el d¨ªa de San Valent¨ªn, desafiando los intentos del programa por explotar la narrativa amorosa tras su separaci¨®n mientras un modelo disfrazado de Cupido golpeaba su cabeza con una flecha del amor, son lo que en el contexto de internet se viene a denominar un whole mood. Un estado de ¨¢nimo que abraza la solter¨ªa, en contra de los dictados sociales y de una econom¨ªa a¨²n concebida para la pareja y la familia bajo el prisma heteropatriarcal, y que presiona con m¨¢s fuerza a las mujeres. Es la lucha contra el estigma de la persona fallida que no es tomada en serio porque no ha encontrado a ese otro, que quiere romper con la idea de que el v¨ªnculo ¨ªntimo con otra persona es lo que te completa, como explica en sus investigaciones la soci¨®loga Eva Illouz, autora de Por qu¨¦ duele el amor o El fin del amor: una sociolog¨ªa de las relaciones negativas (Conocimiento).
?Mientras los ni?os aprenden autonom¨ªa, las ni?as aprenden apego. Las mujeres estamos socializadas para ser cuidadoras¡±, dice Illouz en el documental Singled Out, de las cineastas Mariona Guiu y Ariadna Relea, disponible en Filmin, que explora la solter¨ªa femenina en la era de la elecci¨®n. ¡°Las mujeres deben demostrar que se les da bien unirse a alguien y mantener a ese alguien unido a ellas; estar soltera significa que no se ha tenido ¨¦xito en esta definici¨®n de la feminidad¡±.
La mujer soltera que no es tomada en serio
Esa idea de fracaso que tradicionalmente se ha reflejado bajo el t¨¦rmino ¡®solterona¡¯ no ha terminado de borrarse a pesar de que la palabra hoy se perciba con mayor facilidad con sus tintes mis¨®ginos. Como mujer soltera por elecci¨®n en la treintena, encuentro en mi c¨ªrculo inmediato y en mi propio historial una serie de vivencias que lo confirman. La naturalidad con la que a¨²n en cualquier encuentro familiar, detr¨¢s del saludo, viene un ¡°?tienes novio?¡±; y tras el ¡°no¡±, llega un inquisitivo ¡°?y eso por qu¨¦?¡±. Experiencias m¨¢s extremas como la de Elena, de 37 a?os, que cuenta c¨®mo hace unos a?os, en la boda de una de sus primas, la llegaron a sentar en la mesa de los ni?os porque no llevaba acompa?ante: ?Me sent¨ª desplazada, humillada e infantilizada, ahora intento evitar este tipo de eventos familiares?. O las de la vi?etista y activista antirracismo Quan Zhou, autora de Gente de aqu¨ª, gente de all¨ª (Astiberri), que ha mostrado en sus vi?etas lo interiorizada que dentro de su entorno familiar, de origen chino, est¨¢ la m¨¢xima de casarse antes de los 30 para no convertirse en una de esas mujeres que en el pa¨ªs se denominan como sheng nu (mujer sobrante). ¡°Si eres soltera de larga duraci¨®n, que nadie te cuaja, puedes llegar a pensar que es problema tuyo, y m¨¢s por esa idea que est¨¢ metida tan adentro de que el fin que debes cumplir es casarte y reproducirte¡±.
En Espa?a, el 36% de la poblaci¨®n est¨¢ soltera ¡ªdivorciados incluidos¡ª, seg¨²n datos de IPG Mediabrands en 2020. Y la tendencia, como reflejan las cifras del INE del mismo a?o, es vivir en solitario: 4,9 millones personas habitan solas en su domicilio, un 26,1% de la poblaci¨®n espa?ola. Las causas son diversas: ya sea con intenci¨®n reivindicativa, circunstancial, como consecuencia del creciente desencanto del amor rom¨¢ntico o, como explica a S Moda por tel¨¦fono Amparo Las¨¦n, profesora de sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid, ¡°como respuesta racional a una situaci¨®n social¡±; lo cierto es que la solter¨ªa es una realidad al alza.
¡°Existe esa expectativa social de la pareja, pero con la incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral, que es quien tradicionalmente se ha encargado de los cuidados y el trabajo dom¨¦stico, surge la dificultad de conciliar¡±, apunta Las¨¦n. ¡°Hay entonces una toma de conciencia de que si tienes tu proyecto laboral, si tienes que trabajar, y teniendo en cuenta las demandas del mercado sobre la mujer, se da esta respuesta, esa resistencia a la expectativa de emparejarse o tener hijos¡±.
?Estoy buscando pareja porque es el mandato social o la estoy buscando porque es mi deseo? Esta es la pregunta que dio pie a la pieza documental de Mariona Guiu y Ariadna Relea, Singled Out, mencionada anteriormente. Relea, que adem¨¢s es psic¨®loga, explica en conversaci¨®n telef¨®nica que se topaban con la siguiente realidad en su entorno: mujeres que hab¨ªan llegado a donde quer¨ªan a nivel laboral y personal, con amistades s¨®lidas y que aun as¨ª, experimentaban ¡°una peque?a insatisfacci¨®n por el hecho de no tener una pareja¡±. El documental cuenta la historia en primera persona de cinco mujeres de cuatro lugares distintos (China, Turqu¨ªa, Australia y Barcelona) en torno a su solter¨ªa y los problemas que esta les genera respecto a su entorno, su deseo de ser madres y su propia autoexigencia. ¡°Lo que vimos claro en todos los casos, a pesar de lo dispares que eran sus situaciones, es que hay una cuesti¨®n con la identidad femenina. Esta idea de feminidad ha colocado a la mujer como objeto de deseo y no como sujeto deseante, por eso si no consigue pareja es que hay algo malo en ella; algo que falla. Con el documental quisimos poner el foco en la mujer: ?qu¨¦ es lo que buscamos y deseamos nosotras?¡±, cuenta Relea.
La verbalizaci¨®n de ese deseo y su forma, ya sea a gritos en el programa de m¨¢xima audiencia de las tardes, como en el caso de Anabel Pantoja, o a trav¨¦s de reflexiones m¨¢s reposadas, como la de la fil¨®loga y copresentadora del podcast Puedo hablar!? Beatriz Cepeda (Perra de Sat¨¢n en redes), se va amplificando. En varios de los episodios del programa que conduce junto a Enrique Aparicio (Esnorquel), Beatriz ha contado lo que explica tambi¨¦n por tel¨¦fono a este medio: que durante muchos a?os ha vivido su orientaci¨®n sexual y sus relaciones sexo-afectivas de manera opresiva por tratar de ce?irse a los modelos preestablecidos socialmente. ¡°Me di cuenta a la vez de mi bisexualidad y de que me hab¨ªa forzado a m¨ª misma a seguir el camino de las relaciones heterosexuales. En las relaciones ten¨ªa la sensaci¨®n de que me esforzaba demasiado. No es que yo reivindique la solter¨ªa, es que el concepto de relaci¨®n me resulta opresivo porque siempre me ha llevado a esforzarme para encajar. Como me ha pasado con ser gorda e ir a comprar ropa. Con las relaciones igual, toda la vida intentando encajar en un modelo y sin pensar que me puedo construir mi propia relaci¨®n a medida¡±.
?D¨®nde est¨¢n las solteras en la ficci¨®n?
La falta de referentes aspiracionales en torno a la solter¨ªa femenina en la ficci¨®n tambi¨¦n dificulta la posibilidad de dar en la tecla con ese deseo. ¡°Ha sido dif¨ªcil caer en referentes audiovisuales de este tipo¡±, cuenta Mar¨ªa Castej¨®n, historiadora especializada en cine y g¨¦nero y autora de Rebeldes y peligrosas de cine (Lengua de Trapo). ¡°Partimos de la base de que toda mujer que est¨¦ sola se considera fracasada.?En la ficci¨®n, estas mujeres solteras aparecen representadas como totalmente acabadas: beben, tienen la casa hecha un desastre y est¨¢n en profesiones masculinizadas, como Sandra Bullock en Miss Agente Especial¡±.
Ni esa Jo March escritora, que en la primera escena del Mujercitas de Greta Gerwig escucha c¨®mo el editor le dice que sus personajes femeninos tienen que acabar muertas o casadas, como menciona la periodista Mireia Mullor en un fant¨¢stico repaso por la incapacidad de Hollywood de dejar a sus protagonistas acabar felizmente solteras?publicado en Elle. Ni la fascinante Samantha Jones, que acaba enamor¨¢ndose contra la voluntad de Kim Cattrall (la actriz que le dio vida en Sexo en Nueva York). Ni la nueva tanda cinematogr¨¢fica de las solteras treinta?era alocadas y desastrito,?como Fleabag o Sam, la protagonista de Single Drunk Female. Es dif¨ªcil encontrar, incluso en textos o contenidos audiovisuales actuales, personajes femeninos en los que el sexo o el amor no formen parte de su narrativa.
Curiosamente, los hechos contradicen el clich¨¦ de los solteros solitarios y desastrados de la ficci¨®n. En un art¨ªculo publicado por la psic¨®loga e investigadora en materia de solter¨ªa Bella DePaulo en The Washington Post, recogido en LitHub, esta expone que es m¨¢s probable que las personas solteras ¡°apoyen, visiten, aconsejen y se mantengan en contacto con sus padres y hermanos¡± que las casadas, que tienden a aislarse en lo que denomina la ¡°familia nuclear¡±. Su conclusi¨®n est¨¢ alineada con el papel tradicional que las personas solteras han tenido en las comunidades. Ese ¡°quedarse para vestir santos¡± que ven¨ªa a indicar que ¡ªespecialmente ellas¡ª suplir¨ªan los cuidados familiares por los comunitarios, como bien explica la soci¨®loga Lidia Garc¨ªa en el episodio 14 de su podcast sobre copla y cultura pop??Ay, Campaneras!
Brecha econ¨®mica y jur¨ªdica
M¨¢s all¨¢ del estigma, elegir la solter¨ªa es tambi¨¦n enfrentarse a m¨¢s gastos. La llamada tasa single hace referencia a ese gasto proporcional de m¨¢s para los bolsillos de los solteros en materia de vivienda, suministros e impuestos.?¡°La norma de la pareja exige que la d¨ªada ¨ªntima/sexual sea la unidad b¨¢sica de la vida social¡±, escribe la soci¨®loga Sasha Roseneil, coautora del ensayo?The Tenacity of the Couple-Norm en una columna de The Guardian titulada Es hora de acabar con la tiran¨ªa del parejismo.?¡°Esta opera a trav¨¦s de leyes y pol¨ªticas que asumen y privilegian a la pareja, con innumerables impactos econ¨®micos en t¨¦rminos de acceso a beneficios sociales, pensiones, herencia y vivienda?.
Esto se recrudece cuando hablamos de mujeres solteras que adem¨¢s toman la decisi¨®n de ser madres y serlo solas. ¡°En todos los niveles de ingreso nosotras estamos pagando m¨¢s impuestos y con mayor presi¨®n fiscal que el modelo de familia biparental¡±, cuenta M¨ªriam Tormo, presidenta de la Asociaci¨®n de Madres Solteras por Elecci¨®n. Este grupo de mujeres, que lleva 15 a?os luchando por una ley de familia monoparental, denuncia la doble brecha a la que est¨¢n sometidas. ¡°Hay madres que renuncian a empleos o a su ascenso profesional para poder conciliar. Necesitamos corresponsabilidad en los cuidados por parte del Estado. Tenemos los mismos derechos en conciliaci¨®n, vivienda, igualdad, salud y trabajo que los dem¨¢s, pero nos regimos por un modelo que se remonta al franquismo que premia la biparentalidad, el matrimonio y a las familias numerosas¡±. Y a eso, se le suma en muchos casos el estigma de la solter¨ªa y de haber decidido emprender el camino por su cuenta: ?Para colmo, cuando nos quejamos de la carga a?adida o reclamamos estos derechos nos dicen, ¡®?pues no era esto lo que quer¨ªas??.
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