De mito er¨®tico a icono art¨ªstico: la reinvenci¨®n de Pamela Anderson
La eterna vigilante de la playa y conejita de Playboy regresa con un corto dist¨®pico, trabajando con Herzog o recitando con Morrissey. Aqu¨ª, las claves del cambio.
??No me llames nena!? gritaba Barb Wire antes de vaciar su disparador sobre un tipo con americana a lo Corrupci¨®n en Miami. Era 1996. Una Pamela Anderson embutida en un corpi?o de cuero tres tallas m¨¢s peque?o ¨Cy con un maquillador claramente denunciable en los juzgados¨C popularizaba estas cuatro palabras en aquel bluf post apocal¨ªptico que se vendi¨® como un remake de Casablanca (????), ambientado en un club de striptease del futuro. Aquel fue el a?o de su pico como mito er¨®tico audiovisual. Eran los tiempos del Wonderbra, de la democratizaci¨®n del escote y Anderson ejerc¨ªa de poderosa embajadora de aquel ideal de belleza tan pl¨¢stico de finales de los 90. Por algo Joey y Chandler de Friends pasaban tardes enteras embobados frente al televisor para verla correr con su sempiterno ba?ador rojo en Los vigilantes de la playa. Era la rubia pop del momento, la ant¨ªtesis de las chicas filiformes y de caderas huesudas que se ve¨ªan en las pasarelas con el auge del heroin chic.
Su reinado fue corto, pero intenso. Tras protagonizar Barb Wire, Pamela Anderson dej¨® la serie de David Hasselhof y pas¨® a una especie de silencio audiovisual, con algunas incursiones en series y pel¨ªculas de bajo calibre, poniendo voz a la superhero¨ªna Stripperella y posando hasta 14 veces para la portada de Playboy, porque su estatus de conejita no decaer¨ªa jam¨¢s (por algo ha sido ella la que ha cerrado el ciclo de desnudos de la publicaci¨®n). Grabar¨ªa su pol¨¦mica sex tape con Tommy Lee, con el que tendr¨ªa dos hijos (uno ya le ha salido modelo para Saint Laurent) y el activismo copar¨ªa sus apariciones medi¨¢ticas (es animalista y vegana). Hace un par de a?os, cuando promocionaba su fundaci¨®n para conservar el medio ambiente, Anderson desvel¨® al mundo que hab¨ªa sufrido abusos sexuales desde que ten¨ªa 6 a?os. Parec¨ªa que hab¨ªa tirado la toalla con el cine pero no con las causas sociales, erigida en altavoz medi¨¢tico a lo Brigitte Bardot.
20 a?os despu¨¦s de provocar un oleada global de operaciones de aumento de pecho, Pamela regresa a las pantallas igual de explosiva, pero reconvertida ahora en icono arty. A sus 48 a?os, hoy estrenar¨¢ en Motherboard (Vice) el esperado corto Connected, un trabajo de Luke Gilford, nuevo ni?o mimado del mundillo de los fashion films y la moda. Este fot¨®grafo de veintitantos consigui¨® colarse en la lista de los mejores del Business of Fashion por Future of flesh, un inquietante corto de ciencia ficci¨®n de Prada; ha seguido de cerca a la nueva chica de oro, Hari Nef y es habitual como fot¨®grafo para V o GQ. Gilford dirige ahora a Pamela Anderson y a Dree Hemingway en un corto ¡®black mirroriano¡¯ de 10 minutos narrado por Jane Fonda en el que la ex vigilante de la playa se pone en la piel de una monitora de SoulCycle?(clases de spinning a la luz de las velas con monitores que ejercen de pseudo gur¨²s espirituales) obsesionada con el envejecimiento en una sociedad informatizada y optimizada.
A la espera de que se materialice su pel¨ªcula con Werner Herzog (una adaptaci¨®n de Vernon God Little, premio Booker en 2003), la promoci¨®n de Connected est¨¢ dejando un jugoso surtido de entrevistas y an¨¦cdotas en las que Anderson, amigu¨ªsima de Vivianne Westwood, Jeff Koons o David LaChapelle, demuestra ser mucho m¨¢s que la t¨ªa aquella que meneaba el pectoral a c¨¢mara lenta corriendo por las playas de California.
Dijo ?no? a Tarantino: El director quiso reclutarla para Grindhouse y quedaron en un restaurante, pero Anderson, tal y como ha relatado al Daily Beast, viv¨ªa por aquel entonces un baj¨®n psicol¨®gico por una relaci¨®n abusiva y lo dej¨® plantado. ?Nunca le llam¨¦ para decirle que no acudir¨ªa a la cita. No lo he vuelto a ver nunca m¨¢s, no puedo creer que Tarantino quisiera conocerme. Me volv¨ª loca y sal¨ª corriendo. Me estaba autosaboteando. No estaba lista?.
Ha trabajado con Morrissey. No sabemos si lo conoci¨® en la mansi¨®n de Hugh Hefner (?me encantaba ir a la mansi¨®n de Playboy. Los intelectuales estaban all¨ª. Pod¨ªas charlar con los mejores m¨²sicos, artistas y pol¨ªticos?), pero lo que s¨ª es cierto es que, como buena animalista, acompa?¨® al cantante en el v¨ªdeo en el que avanzaba Earth is the loneliest planet, incluido en World Peace is none of your bussiness.
Siente pena por ?las se?oras con bolsos de Gucci adictas al gimnasio?. En una reciente entrevista con The Cut, Anderson habla sobre lo que vivi¨® al acudir a la clases de SoulCycle para prepararse el papel. ?Nunca hab¨ªa ido a SoulCycle. Fui y mir¨¦ a todas estas mujeres con labios operados, sabes, en la bicicleta , d¨¢ndole sin parar. Me dije a m¨ª misma, ?hacia d¨®nde van? ?No van a ninguna parte! Despu¨¦s cogen su peque?o bolso de Gucci y se van directas a casa con su Mercedes para ver a su marido, o quiz¨¢ est¨¦n solas en casa, pensando en que esa clase es su ¨²nica forma de conectar?.
Est¨¢ a favor de legalizar las drogas. As¨ª se lo cont¨® a S Moda en una reciente entrevista: ?creo que podr¨ªa ser una forma de combatir la corrupci¨®n y reducir el crimen. No fumo cannabis, pero cada cual es libre?.
Sobre envejecer en Hollywood. O esto es lo que cuenta Gilford que le dijo Pamela sobre ello: ?Estoy viviendo un tiempo muy tumultuoso. Hay momentos dur¨ªsimos, pero tambi¨¦n me excita el futuro. No me voy a sentar y deprimirme. Estoy sintiendo esto y esto pas¨¢ndolo como puedo, pero creo que hay un futuro brillante. No cre¨ªa que hubiese un umbral a cruzar. Hubo un tiempo en el que me dec¨ªa: ?Esto es todo? ?Ya no hay nada m¨¢s? Quer¨ªa tener hijos y nietos¡ y luego, ?qu¨¦? Te encuentras con estos cruces de camino en tu vida y sientes que ser¨¢s miserable el resto de tu vida y entonces pruebas nuevas cosas y todo cambia a todos los niveles. Creo que puedes reprogramar tu cerebro y reprogramar tus pensamientos. Pienso en positivo. Es divertido interpretar papeles. Ahora, siento que puedo interpretarlos mejor porque no estoy definida por aquella imagen de dibujo animo. Soy mucho m¨¢s libre?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.