Los dientes de oro de Rosal¨ªa son ¡°robados¡±: c¨®mo el pop convirti¨® un s¨ªmbolo de esclavitud en un complemento radical
La cantante aparece de nuevo con la impactante boca dorada en los 40 music Awards.
Aunque frecuentemente asociemos la idea de ponerse piedras preciosas y metales nobles sobre los dientes a la cultura hip hop, lo cierto es que esta costumbre ornamental se remonta al tiempo de los mayas, quienes sol¨ªan ponerse jade en las piezas dentales para hacer ver que eran millonarios. Esa tradici¨®n era la que recogi¨® la artista mexicana Frida Kahlo cuando decidi¨® ponerse una dentadura met¨¢lica, que muy pocos le vieron porque muy rara vez sonre¨ªa.
Ese es el principio de su uso ¡°cosm¨¦tico¡±. El uso ¡°m¨¦dico¡± se origina? a principios del siglo XIX. En Estados Unidos, durante la ¨¦poca de las leyes Jim Crow de segregaci¨®n racial, muchos afroamericanos que consegu¨ªan escapar de la esclavitud se los pon¨ªan para tapar los dientes podridos a modo de celebraci¨®n. As¨ª es como este ritual se convirti¨® en un pontent¨ªsimo s¨ªmbolo de negritud y libertad. El m¨¢ximo embajador de este s¨ªmbolo era el m¨ªtico boxeador Jack John al que casi un siglo despu¨¦s homenaje¨® Mike Tyson, quien tambi¨¦n luce una dorad¨ªsima boca.
Aunque ya en el siglo XXI los dientes de oro eran entre la comunidad negra un s¨ªmbolo de prosperidad, fueron los raperos neoyorquinos de los a?os ochenta los que decidieron recoger su carga simb¨®lica para adem¨¢s a?adirle el punto de ostentaci¨®n que les hizo tan populares entre la escena hip hop: aquellas pandillas necesitaban un distintivo que inmediatamente hiciese saber a sus rivales d¨®nde hab¨ªa poder¨ªo. Los dientes eran una manera de llevar un joyero expuesto permanentemente sobre el instrumento m¨¢s visible que pose¨ªan: la boca con la que rimaban.
Los dientes de oro y las fundas doradas tiene un fuerte poder simb¨®lico en otras culturas tambi¨¦n. Por ejemplo, en Sud¨¢frica llevan de moda desde los a?os sesenta, cuando se convirtieron en tendencia entre las comunidades de color. All¨ª los dientes de oro no son considerados un s¨ªmbolo de riqueza sino simplemente una moda. En la comunidad gitana son un complemento habitual: lo sabe bien la dise?adora Vivienne Westwood quien en 2008 tuvo la ocurrencia de contratar a roman¨ªes de los poblados de Mil¨¢n para uno de sus desfiles y desat¨® una aut¨¦ntica tormenta en los medios.
En los a?os dosmil, gracias al auge del Southern hip hop y la aceptaci¨®n global de la hegemon¨ªa dentro de la industria musical de los grandes popes de este g¨¦nero, las fundas de oro, tambi¨¦n conocidas como grills, dieron el salto a la escena pop. Si los negros del primer hip hop quer¨ªan rendir homenaje a los esclavos que consiguieron escapar de las plantaciones, las estrellas del pop quer¨ªan asimilarse a los negros del hip hop, siempre los m¨¢s cool y peligrosos de la clase. La primera en atreverse a pon¨¦rselas fue Madonna, quien nunca ha tenido miedo a la apropiaci¨®n cultural. Despu¨¦s fueron viniendo otras: Rihanna, Beyonc¨¦, Katy Perry, Miley Cyrus. Todas aquellas quer¨ªan arrogarse el valor simb¨®lico de unas fundas que son mucho m¨¢s que unas fundas.
Ahora ha sido el turno de Rosal¨ªa, quien ayer se present¨® en la alfombra roja de Los 40 Music Awards con un vestido envoltorio cuajado de lazadas rosas de Palomo Spain y esa sonrisa llena de brillos dorados que hab¨ªamos descubierto el d¨ªa anterior en el su ¨²ltimo v¨ªdeoclip. Frida Kahlo nunca sonre¨ªa. No es el caso de la cantante espa?ola.
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