?Mujer ten¨ªas que ser?: as¨ª han cambiado las espa?olas al volante (y en los concesionarios)
Rosal¨ªa haciendo caballitos salvajes sobre una Honda o conduciendo su espectacular Ford F-150 Raptor ha abierto el debate sobre si seguir glorificando la gasolina como s¨ªmbolo de estatus tiene sentido en un mundo al borde del colapso energ¨¦tico. ?Pero y si el coche para las mujeres fuese, adem¨¢s de un medio de transporte, un instrumento de emancipaci¨®n?
En el videoclip del primer sencillo de Motomami, Saoko (rodado en una todav¨ªa tranquila Kiev) Rosal¨ªa aparec¨ªa junto a una pandilla de mujeres de su misma generaci¨®n y sensibilidad est¨¦tica haciendo caballitos sobre una?Honda?CBR 600, circulando por un circuito de asfalto a velocidades imposibles. Reaccionando a la visi¨®n de esas im¨¢genes tan impactantes, la escritora, periodista y activistas medio ambiental Azahara Palomeque coment¨® que la sola visi¨®n de tanto viejo motor impulsado con combustibles f¨®siles le provocaba ecoansiedad.
Unpopular opinion: a m¨ª 'Saoko' s¨®lo me provoca ecoansiedad: esta glorificaci¨®n de los combustibles f¨®siles, este "empoderamiento" que pasa por el $ y las motos. Si de verdad nos preocupa el cambio clim¨¢tico, hay que cuestionar los valores que transmite la cultura popular. pic.twitter.com/uJWJ1SRXfd
— Azahara Palomeque (@Zahr_Bloom) February 6, 2022
La cantidad de tuiteros que se burlaron de esta apreciaci¨®n con la misma vehemencia con la que los defensores del chulet¨®n arremetieron contra Alberto Garz¨®n cuando se atrevi¨® a poner en entredicho el h¨¢bito espa?ol de comer carne dej¨® claro que como ella misma hab¨ªa avanzado estaba a punto de dar una ¡°opini¨®n impopular¡±.
Poner en duda la supremac¨ªa de los veh¨ªculos motorizados en un pa¨ªs en el que la dicotom¨ªa transporte p¨²blico-privado se ha convertido en un verdadero caballo de batalla cultural entre fuerzas progresistas y conservadoras y en el que, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, hay un coche y medio por cada dos habitantes puede ser ciertamente impopular.
Y quiz¨¢ sea extra?o que un referente juvenil como Rosal¨ªa promueva el universo simb¨®lico de los motores que rugen alimentados por combustibles f¨®siles, origen de muchos males del mundo contempor¨¢neo. Sin embargo, hay algo profundamente transgresor en el hecho de ver a esas mujeres j¨®venes conduciendo como aut¨¦nticas expertas, con una determinaci¨®n y un virtuosismo que hasta hace poco parec¨ªa vetado al p¨²blico femenino. A pesar de que entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 est¨¦ el priorizar el transporte p¨²blico en 137 pa¨ªses, incluido el nuestro, 2019 fue el a?o de mayor crecimiento del parque m¨®vil en los ¨²ltimos veinte. Los titulares de las matr¨ªculas son mayoritariamente hombres. En una ciudad como Madrid, el 70% de los usuarios de transporte p¨²blico (seg¨²n datos de 2019 del Ayuntamiento) son mujeres, toda vez que el coche particular es el medio de transporte favorito de los hombres. No resulta aventurado decir que el de los veh¨ªculos de motor ha sido tradicionalmente un ¨¢mbito masculino: en algunas ferias de autom¨®vil (por ejemplo en el Essen Motor Show, el evento de tuning m¨¢s importante de Europa) junto al modelo deportivo m¨¢s agresivo que quepa imaginar siguen posando mujeres exuberantes, como una prolongaci¨®n anacr¨®nica de todo aquello que se supone que un verdadero hombre debe poseer. ?Pero qu¨¦ pasar¨ªa si fuese la mujer la que posee el coche? ?Y si el veh¨ªculo fuese una frontera m¨¢s de la lucha feminista?
Tal y como pudimos ver en sus redes sociales, para desplazarse por Los Angeles, Rosal¨ªa usa un Ford F-150 Raptor personalizado con tapicer¨ªas de piel rosa: una bestia que mide 5,58 metros de largo por 2,19 de ancho (sin contar los retrovisores) y 1,99 de alto, con una distancia entre ejes que se va hasta los 3,37 m y que cuesta 45.000 euros. No sabemos c¨®mo tom¨® su decisi¨®n de compra, pero s¨ª que esta responde al patr¨®n m¨¢s habitual en ese pa¨ªs entre las mujeres, que quieren veh¨ªculos con gran potencia y mucha capacidad, motivo por el que suelen elegir pick ups como este, seg¨²n cuenta Marta Garc¨ªa, presidenta ejecutiva de WWCoty, una asociaci¨®n que aglutina a las 57 mujeres, de 42 pa¨ªses y 5 continentes que cada a?o desde 2009 eligen el Coche del A?o. Esta agrupaci¨®n se cre¨® despu¨¦s de que su primera presidenta, la neozelandesa Sandy Myher, se diese cuenta de que en los jurados que premian los mejores veh¨ªculos del mercado no hab¨ªa mujeres. ¡°Estamos tratando de hacer contacto con la ONU y que declaren el 24 de junio el d¨ªa internacional de las conductoras porque ese d¨ªa se levant¨® la prohibici¨®n de conducir a las mujeres en Arabia Saud¨ª?. Garc¨ªa explica que para las mujeres, que en Espa?a empezaron a poder sacar licencia de conducir en 1920 pero solo comenzaron a poder hacerlo sin permiso de su padre o su c¨®nyuge en 1975, el valor simb¨®lico del veh¨ªculo motorizado es muy diferente que para los hombres: ?Los m¨¢s cr¨ªticos con el coche quiz¨¢ tienen la perspectiva de Occidente solamente, pero para las mujeres de muchos pa¨ªses significa el acceso a la independencia, a escapar, a tener un trabajo en otra localidad¡ queremos reivindicar el derecho a conducir porque es el derecho a la movilidad. Para una mujer un coche es en ocasiones un refugio. Yo he llorado en mi coche muchas veces, porque no quer¨ªa subir a mi casa¡±. En la cultura popular, el coche fue un refugio para Thelma y Louise, esa pareja de amigas que sali¨® a hacer un road trip por la Ruta 66 a bordo de un Mustang desde el que se tiraron de un barranco para escapar de una ley implacable con ellas. Lo fue tambi¨¦n para la madre de Elio, el chico de Call me by your name que descubre su propia homosexualidad a la vez que la de su padre.
Seg¨²n datos de la agencia global de estudios de mercado Group M El momento de la adquisici¨®n de un coche es, para una mujer, un momento tan importante como una mudanza, un nuevo empleo o incluso tener un hijo. La idea del coche como un espacio de intimidad femenina la comparte Lola Mu?iz, una ejecutiva de 44 a?os que utiliza un SUV para desplazarse al trabajo y que asegura que las mejores ideas siempre se le ocurren conduciendo, porque ese trayecto entre el ¨¢mbito laboral y el dom¨¦stico, es solo y exclusivamente para ella: ?Para m¨ª no fue importante comprarme un coche, pero es important¨ªsico conducir, y cuando he dejado de hacerlo porque durante temporadas que no he cogido el coche habitualmente he sentido que perd¨ªa independencia y no me ha gustado nada?. De acuerdo con los datos que maneja WWCoty, en Espa?a cuando va una pareja dentro de un coche en el 63% de los casos conduce un hombre. Esa imagen, la del hombre conductor y la mujer copiloto era un estereotipo inamovible hasta cuando los j¨®venes espa?oles de la pr¨®spera Espa?a del 92 pudieron empezar a acceder a un peque?o utilitario. La campa?a de Renault Clio que puede ver bajo estas l¨ªneas es prueba de ello.
?Cuando est¨¢s en pareja muchas veces dejas que te lleven, no es una decisi¨®n consciente, pero suele ser as¨ª salvo que te encante conducir. Ah¨ª vas t¨² con el telefonito tan tranquila, y de pronto te das cuenta de que te da respeto ir por el centro de Madrid, o aparcar en sitios muy congestionados o hacer un viaje largo?, dice Lola Mu?iz. ?Por qu¨¦ tantas mujeres siguen resisti¨¦ndose a tomar los mandos? La psic¨®loga especialista en g¨¦nero del gabinete madrile?o Hortaleza 73, Violeta Alcocer, cuenta que en din¨¢micas de grupo que han realizado con mujeres con amaxofobia (fobia a conducir) se han encontrado con que la mayor¨ªa de ellas dicen que de forma incosciente sienten que tienen la obligaci¨®n de conducir de forma agresiva o muy masculina y que es algo que no les nace espont¨¢neamente, de manera que finalmente optan mejor por no arriesgarse. ?Yo admito que tengo much¨ªsimo miedo a que le pase algo a mi hija y ser la responsable, por eso en el ¨²ltimo momento dejo que conduzca mi marido?, explica Leticia Fern¨¢ndez, periodista madrile?a de 38 a?os. No hay estad¨ªsticas fiables al respecto pero Marta Garc¨ªa, como portavoz de su agrupaci¨®n ofrece una explicaci¨®n personal¨ªsima: ¡°Yo creo que les da miedo porque tienen a alguien al lado cuestionando su forma de conducir. Cada vez que haces una maniobra la ven mejorable. Nos hacen creer que el territorio del autom¨®vil es suyo¡±. Se refiere al consumo pero tambi¨¦n al propio acto de la conducci¨®n. Aunque el ascenso de mujeres con carnet ha sido considerable desde los a?os 90 (en 1990 solo el 30% de los carn¨¦s eran obtenidos por mujeres) siguen siendo m¨¢s los hombres con licencias. En Madrid la proporci¨®n es de 60-40. ?Pero qu¨¦ hay del mito de que las mujeres conducen peor? La DGT maneja un informe de 2018 realizado por la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y la C¨¢tedra Eduardo Barreiros que refleja que?los hombres son m¨¢s arriesgados al volante, sufren m¨¢s accidentes y estos son m¨¢s graves que los ocasionados por mujeres.Para llegar a esta conclusi¨®n, los expertos del Instituto de Investigaci¨®n del Autom¨®vil (INSIA) de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid? compararon ratios equiparables de hombres y mujeres del censo de conductores y analizaron su implicaci¨®n en 200.000 siniestros producidos entre 2004 y 2013.
?La socializaci¨®n de la conducci¨®n como territorio masculino empieza en la m¨¢s tierna infancia, cuando a los ni?os se les regalan coches y a las ni?as cochecitos?, explica la psic¨®loga Alcocer. Las carreteras son culturalmente masculinas y tambi¨¦n los concesionarios. De este ¨²ltimo territorio se ha adue?ado a base de tes¨®n Maria Jes¨²s Catal¨¢ (51 a?os), gerente del concesionario Vedat, de Valencia, el que tiene m¨¢s delegaciones y mayor nivel de excelencia, ventas e influencia en su ¨¢rea, estrat¨¦gica para Ford, por ser el lugar donde su ubica su f¨¢brica espa?ola.?Lleva al frente del negocio desde 1998 y cuando comenz¨® no se lo pusieron f¨¢cil: ¡°Al principio de las reuniones que ten¨ªamos con otros concesionarios de la zona los hombres no me ten¨ªan en cuenta. Era la ¨²nica mujer y encima muy joven. Recuerdo una comida en un restaurante donde estaban hablando de temas del negocio y todos dieron la opini¨®n con respecto a la marca. Cuando llegaron a mi mesa me saltaron. Les tuve que explicar que yo ten¨ªa un punto de vista, exactamente igual que ellos. Algunos se quedaron sorprendidos, otros hicieron bromas pero yo ya dej¨¦ sentadas las bases¡±. Y sobre esas bases trabaja Rosa Brull (55), una de las responsables de ventas de Vedat: ¡°Al principio era un poco duro a veces porque te ven¨ªa el t¨ªpico hombre de 40 a 50 a?os que pensaba que no ten¨ªas ni idea y te lo hac¨ªan notar, con la t¨ªpica sonrisita sarc¨¢stica. Ah¨ª ten¨ªa que tirar de toda la psicolog¨ªa posible y hacerle ver que sab¨ªa tanto o m¨¢s, aunque a veces eso les de exactamente igual¡±. ?Y hay hombres que rechazan ser atendidos por mujeres? ¡°S¨ª he visto a clientes que se dirigen directamente a mis compa?eros hombres, pero ya no pasa tanto¡±, matiza Brull, risue?a. Esta actitud le suena familiar tambi¨¦n a Marta Gac¨ªa, quien con 31 a?os de experiencia a sus espaldas como periodista de motor cuenta: ¡°Es muy habitual que el ingeniero de la marca, cuando le preguntas por un detalle t¨¦cnico, te empiece a responder a ti pero al segundo de empezar a hablar traslade su mirada al compa?ero var¨®n. Pero yo sigo haciendo preguntas cada vez m¨¢s complejas, ?me encanta provocar un poco!¡±, dice entre carcajadas. Ella es quien se?ala que el factor econ¨®mico es fundamental a la hora de hacerse con un coche: ?Las mujeres ya no solo son trabajadoras. En los ¨²ltimos quince a?os han accedido a puestos directivo, con buenos salarios y es cuando empieza a pensar en coche m¨¢s lujosos, mejor equipados y m¨¢s potentes?. Cuando empiezan a ser ?la p¨¢mpara?, como dice Rosal¨ªa en Saoko, expresi¨®n dominicana que como ella misma ha explicado, significa ?mujer que tiene dinero?.
Para Patricia Fern¨¢ndez, 31 a?os, una de esas madrile?as que forma parte del conjunto minoritario de mujeres que se desplaza en coche por la ciudad, si la compra de su veh¨ªculo, un modesto monovolumen, no fue el momento m¨¢s trascendente a nivel vital si lo fue econ¨®micamente. ¡°Es el mayor desembolso que he hecho en mi vida¡±. Su padre la acompa?¨® a dar ese gran paso. Este es un patr¨®n habitual, pero cada vez menos frecuente, seg¨²n cuentan Catal¨¢ y Brull, del concesionario Vedat: ¡°Antes era raro ver a una mujer sola venir a comprar un coche, siempre ven¨ªa con el novio, con el padre o con marido y ellos dec¨ªan eso t¨ªpico de: ¡®Yo elijo el modelo, mi mujer el color¡¯ pero cada vez vienen m¨¢s mujeres solas y mucho antes que en el dise?o, se fijan en la tecnolog¨ªa, el equipamiento y sobre todo la seguridad, para las mujeres la seguridad es muy importante¡±. Pero aunque la seguridad sea importante, las mujeres que viven en pareja siguen siendo las que hacen uso del coche m¨¢s peque?o, el secundario, el de los recados, la intendencia y en resumen, los cuidados, atribuidos tradicionalmente a las mujeres: ?Cosa que es completamente absurda porque es el que muchas familias dedican al transporte escolar¡±, dice Garc¨ªa. La b¨²squeda de la sensaci¨®n de seguridad entre las mujeres, ?que aunque no sean las titulares de los coches son quienes determinan la decisi¨®n de compra de sus parejas en un 80%?, explican desde el departamento de comunicaci¨®n de Ford, es de hecho la raz¨®n esencial por la que hace una d¨¦cada se produjo el boom de ventas de SUV en toda Europa, que en la actualidad sigue siendo la categor¨ªa de veh¨ªculo m¨¢s vendida.?
La portavoz de WWCoty se queja de que los responsables de marketing nunca han entendido las demandas y necesidades de las mujeres, que por lo general se preocupan m¨¢s por el consumo de los veh¨ªculos y son tambi¨¦n las que m¨¢s se interesan por los coches el¨¦ctricos, que es lo que ser¨¢n pr¨¢cticamente todos los coches a partir de 2030: ?No han sabido conectar con nuestros sentimientos, nos siguen vendiendo prestaciones y habitabilidad¡±. El supuesto esp¨ªritu pr¨¢ctico femenino es el que hace que en el segmento de las motos, las principales ventas entre las mujeres sean de scooters y motos de menos de 125 cc, seg¨²n confirma a S Moda el director de comunicaci¨®n de Honda, Albert Cavero. Ese tipo de moto es la que se llaman commuter, muy diferentes a las del segmento fun, en el que se encuadran las motos que salen el videoclip de Rosal¨ªa, precisamente de la marca Honda. ?En 2021 hubo un incremento de ventas en ese ¨¢rea del?8% al 11% en el a?o 2021 en el segmento?. Cavero dice que las mujeres, cuando compran una moto, por lo que m¨¢s se preocupan es?por la ligereza, el volumen, la altura del asiento (facilidad en poner los pies en el suelo), la plataforma reposa pies plana, el gancho porta bultos, el cofre bajo el asiento, los elementos de seguridad (ABS) y la ecolog¨ªa (consumo, idle stop).?En cuanto a si han vendido m¨¢s motos gracias a Rosal¨ªa: ?Lo lamento pero no disponemos de datos al respecto. En cualquier caso la imagen de la moto que muestra cierto video de Rosal¨ªa es totalmente contraria a nuestros valores de marca. Caballitos en plena ciudad, nulo equipamiento de protecci¨®n¡?. Saoko, papi, saoko.?
La escritora y activista medioambiental Azahara Palomeque, dos semanas despu¨¦s de aquella reacci¨®n desmesurada en redes, comprende la visi¨®n que proponen las mujeres de WWCoty y comparte el poder emancipador del coche, sin embargo, sigue sosteniendo que un modelo de movilidad basado en el transporte individual no es ni viable ni ¨¦tico: ?Entiendo que, para muchas mujeres, conducir haya sido un s¨ªmbolo de libertad. Incluso en lo personal: crec¨ª en una familia monoparental, con mi madre, y para ella fue fundamental tener un coche no s¨®lo para viajar, sino sobre todo para poder trabajar. Sin embargo, en el contexto de crisis clim¨¢tica que vivimos, creo que es fundamental cuestionar ese ?poder? que dan los combustibles f¨®siles y buscar alternativas m¨¢s respetuosas con el medioambiente y la vida en general. Por otra parte, habr¨ªa que incidir en la asociaci¨®n ?libertad-veh¨ªculo propio?: se puede ser igual de libre con un sistema de transporte p¨²blico sostenible. El problema es que tenemos integrada una visi¨®n del coche, la moto, etc. como paradigma de mejora econ¨®mica y social cuando ya no podemos permitirnos esos valores por una cuesti¨®n de l¨ªmites biof¨ªsicos del planeta?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.