Magali Croset-Calisto, sex¨®loga: ¡°Muchas mujeres ya no consideran que la falta de deseo sexual sea un problema¡±
¡°La recesi¨®n sexual evidencia la saturaci¨®n del porno y las ansiedades relacionadas con el rendimiento. Asistimos a un movimiento de autocuidado¡±, asegura la autora del ensayo ¡®No sex, peque?o tratado de abstinencia y asexualidad¡¯ (Carpe Noctem)
La asexualidad es una orientaci¨®n m¨¢s, algunos asexuales s¨ª se masturban y tienen pareja. La abstinencia funciona como resistencia contra la violencia heteropatriarcal. El movimiento No sex es una revoluci¨®n en marcha. ¡°Es importante cuestionar y explorar nuestras experiencias y deseos, en lugar de sentir presi¨®n para ajustarse a las expectativas. El No sex puede ser una forma de respeto y de reevaluar nuestras relaciones¡±, dice la sex¨®loga Magali Croset-Calisto, autora del ensayo No sex, peque?o tratado de abstinencia y asexualidad (Carpe Noctem), donde muestra que es una cuesti¨®n personal cuyos c¨®digos y comportamientos mutan. Como plantean Coralie y J¨¦r¨¦mie, una pareja de asexuales, en una declaraci¨®n recogida en el libro, concebimos el sexo sin amor, pero no el amor sin sexo, ?acaso no es eso perturbador?
En el libro, afirma que no existe una definici¨®n ¨²nica de asexualidad. ?De qu¨¦ manera es mutable y c¨®mo evoluciona en cada individuo?
Es fundamental distinguir entre personas asexuales, abstinentes y el No sex, en el que incluir¨ªamos a los dos anteriores. Ser asexual es una orientaci¨®n, como ser heterosexual, homosexual o pansexual. Los asexuales no se sienten atra¨ªdos por otros; la abstinencia puede ser elegida o impuesta.
Los estereotipos rodean a estas categor¨ªas; en especial la asexualidad, cuya terminolog¨ªa ¡ªel prefijo ¡°a¡± indica ausencia¡ª no ayuda. Pero no sentirse excitado por otra persona no significa no masturbarse.
Este movimiento sigue suscitado reacciones negativas en aquellos que no lo entienden. Quiz¨¢ ayudar¨ªa encontrar otra terminolog¨ªa para evitar el rechazo. Muchos m¨¦dicos y sex¨®logos los patologizan. Pero la asexualidad, como cualquier orientaci¨®n, debe ser respetada. Mi objetivo era demostrar que no acostarse con otra persona no es un problema.
La abstinencia es tab¨². Se considera vergonzosa, pasajera, o incluso un problema mental. La sociedad culpabiliza a los abstinentes, cuando quiz¨¢ sean m¨¢s honestos y conscientes. ?Qu¨¦ opina de esta interpretaci¨®n?
Afortunadamente, est¨¢ cambiando. Muchas mujeres ya no consideran la falta de deseo un problema. Muchas de mis pacientes, sobre todo las m¨¢s j¨®venes, no vienen porque sea un problema, sino porque buscan la aceptaci¨®n de sus parejas y la sociedad, una evoluci¨®n impulsada por el MeToo. En 2023, un estudio del Observatorio de la Sexualidad en Europa demostr¨® que el 64% de las europeas se sent¨ªan insatisfechas con sus relaciones sexuales heterosexuales. Hace a?os no lo habr¨ªan verbalizado.
?C¨®mo ha contribuido internet a luchar contra la estigmatizaci¨®n de la asexualidad?
Los foros la han normalizado, mostrando que existen distintas formas. Adem¨¢s, series como Sex Education han abierto el di¨¢logo. Es c¨¦lebre el episodio en el que una alumna le dice a la sex¨®loga que no siente ganas de hacer el amor y que no quiere hacerlo nunca. La sex¨®loga le contesta que la suya es una orientaci¨®n sexual y que debe ser respetada. Los medios de comunicaci¨®n no hablaban hace 15 a?os de asexualidad o si lo hac¨ªan era para estigmatizarla. La tendencia ha cambiado.
Describe el movimiento No sex como una revoluci¨®n marcada por el rechazo a las relaciones sexuales debido a factores como la saturaci¨®n pornogr¨¢fica o una intimidad heteropatriarcal y faloc¨¦ntrica. ?Qu¨¦ lecciones puede aprender la sociedad de este fen¨®meno?
La recesi¨®n sexual evidencia la saturaci¨®n del porno y las ansiedades relacionadas con el rendimiento. Ante lo que se conoce en psicolog¨ªa como el principio de placer, asistimos a un movimiento de autocuidado. Para sentir placer, debemos estar vivos, algo fr¨¢gil debido a las crisis econ¨®mica y medioambiental, las guerras, la incertidumbre. Primero nos enfocamos en estar vivos, en sentir que existimos, para despu¨¦s desplegar el principio de placer. De ah¨ª, el movimiento de reconcentraci¨®n, de autocuidado.
Las generaciones Y y Z son claves en el respeto por el No sex. ?C¨®mo ayudan a luchar contra el modelo patriarcal?
Asistimos a una resistencia consciente e inconsciente, especialmente tras el MeToo. Se denuncian patrones que obviaron el consentimiento. Pasamos de un tab¨² a una especie de t¨®tem: el No sex puede convertirse en un s¨ªmbolo de respeto e igualdad en las relaciones humanas y sexuales. Hablamos de ausencia de actividad sexual y, sin embargo, muchas veces supone un activismo.
?Mileniales y centennials guiar¨¢n el cambio?
Est¨¢n mejor informados sobre la cultura de la violaci¨®n gracias a libros, foros y redes. Esto incluye un aumento de la conciencia sobre la sumisi¨®n qu¨ªmica, un tema que antes no se discut¨ªa.
?Qu¨¦ reflejan la tendencia del slow sex y el auge del tantra?
Se centra en el desarrollo de relaciones sexuales sin necesariamente buscar la penetraci¨®n. Promueve una ¡°desgenitalizaci¨®n¡±: el cuerpo como zona er¨®gena. Su ritmo lento cuestiona el modelo de productividad. Permite experimentar nuevos tipos de orgasmos. Es slow sex es autocuidado, sensorialidad y conexi¨®n. Es una filosof¨ªa de vida.
?Es la incomunicaci¨®n la principal causa de los problemas en las parejas?
S¨ª. Es fundamental hablar de sexualidad desde el inicio y discutir las expectativas. Seg¨²n avanza la relaci¨®n, la sexualidad evoluciona: el di¨¢logo es esencial para un v¨ªnculo s¨®lido.