?Por qu¨¦ el coronavirus ha desatado el inter¨¦s en la astrolog¨ªa si ning¨²n hor¨®scopo lo predijo?
El confinamiento multiplic¨® el inter¨¦s en la astrolog¨ªa, un recurso de autoconocimiento y espiritualidad para algunos, un placebo peligoroso para otros.
En mayo, un art¨ªculo de The New York Times, repasaba varias predicciones astrol¨®gicas elaboradas en 2019 sobre lo que deparar¨ªa el 2020 a los nacidos baja cada signo. Ninguna de ellas advert¨ªa de una pandemia que nos iba a cambiar la vida a todos, de los Aries a los Piscis? ??Acabar¨¢ el coronavirus con la astrolog¨ªa??, preguntaba el art¨ªculo. ?No?, respond¨ªa Internet: seg¨²n Google Trends, en los ¨²ltimos 90 d¨ªas, las b¨²squedas realizadas en nuestro pa¨ªs de Astrodienst (una web dedicada a la astrolog¨ªa)?han aumentado un 300% y las de carta natal online, un 350%. Otros t¨¦rminos, como mercurio retrogrado 2020,?horoscopo chino 2020 y clarividencia tambi¨¦n han suscitado mayor inter¨¦s: se han buscado un 100% m¨¢s que en los tres meses anteriores. El fen¨®meno no es exclusivamente espa?ol: en el mencionado art¨ªculo de The New York Times se exponen m¨¦tricas que demuestran que, lejos de castigar a la astrolog¨ªa con indiferencia, los internautas del mundo han buscado -con renovados br¨ªos- en los cuerpos celestiales alguna respuesta, una certeza entre tanta incertidumbre (posiblemente una de las emociones m¨¢s dif¨ªciles de gestionar).
Entre la ciencia y el placebo
?En tiempos de crisis, muchas personas desarrollan nuevos problemas del estado de ¨¢nimo o empeoran los que ya padec¨ªan?, explica la psic¨®loga colegiada Laura Oliveros Nu?ez, del madrile?o Gabinete Psigo, ?y quieren creer a cualquiera que prometa hacerles sentir mejor r¨¢pidamente o que les d¨¦ esperanzas en que las cosas vayan a mejorar, especialmente si no tienen una red de apoyo como familia y amigos, ya que la soledad hace que mucha gente sienta que encuentra alivio en este tipo de cosas, pero en realidad, solo les hace m¨¢s vulnerables?. ?Puede la (supuesta) informaci¨®n escondida en las estrellas ayudarnos? La psic¨®loga es categ¨®rica: ?No se puede sacar nada positivo de ir a un astr¨®logo o futur¨®logo; entiendo que la incertidumbre sobre lo que pasar¨¢ o si mejorar¨¢ nuestra situaci¨®n genera mucha angustia y desesperanza, pero la ayuda debemos buscarla por otro lado: en primer lugar en familia o amigos, y a continuaci¨®n en un profesional cualificado, es decir, que cuente con la titulaci¨®n adecuada (licenciados en medicina o psicolog¨ªa) y colegiados (podemos asegurarnos en el registro de centros sanitarios de la comunidad aut¨®noma en la que vivimos)?.
La astrolog¨ªa, es decir, la creencia en que la posici¨®n de los cuerpos celestes influye en el devenir de la vida humana o en su personalidad no tiene ning¨²n aval cient¨ªfico (un mensaje en el que insisten especialmente los astr¨®nomos), pero algunos peque?os estudios podr¨ªan sugerir ciertos beneficios psicol¨®gicos de su ?uso?: en los a?os 90, una investigaci¨®n de la Universidad Helsinki en la que participaron 40 estudiantes desvel¨® que los que cre¨ªan en el hor¨®scopo se describ¨ªan con mayor precisi¨®n a s¨ª mismos y ten¨ªan m¨¢s habilidades para lidiar con episodios traum¨¢ticos que aquellos que no. Y en 2004, un estudio realizado por el brit¨¢nico National Health Service sobre estrategias empleadas por pacientes con dolores cr¨®nicos apunt¨® a que algunos adeptos gestionaban mejor el estr¨¦s. ?S¨ª, los hor¨®scopos pueden hacer que algunas personas se sientan mejor?, explica Christopher S. Baird, profesor de F¨ªsica Te¨®rica de la Universidad de West Texas A&M, ?pero no tiene nada que ver con que acierten, sino con el efecto placebo, un efecto que s¨ª ha sido verificado cient¨ªficamente?.
Entre la religi¨®n y el autoconocimiento
Y sin embargo, el culto millennial a la posici¨®n de los astros no deja de crecer, algo que seg¨²n un estudio de la Universidad de Northampton estar¨ªa vinculado a la necesidad humana de sentir que controlamos nuestras vidas. El m¨¢s reverenciado an¨¢lisis del actual boom, Astrology and Popular Religion in the Modern West (Astrolog¨ªa y religi¨®n popular en Occidente moderno), del historiador y arque¨®logo Nicholas Campion, desvela que el 90% de los adultos actuales conocen su signo zodiacal y la mitad de ellos est¨¢ de acuerdo con las caracter¨ªsticas que se les atribuyen (como la labilidad de los G¨¦minis o la testarudez de los Tauro). Seg¨²n Campion, la confluencia de dos fen¨®menos de las ¨²ltimas d¨¦cadas (el agotamiento de los movimientos New Age y la?secularizaci¨®n de la sociedad) han ayudado a convertir a la astrolog¨ªa en una forma de espiritualidad, lo m¨¢s parecido a una religi¨®n que le queda a una sociedad con crisis de fe. De hecho, en los ¨²ltimos a?os, ha cambiado el perfil de los creyentes. Antes, el nivel intelectual era inversamente proporcional a la confianza en la astrolog¨ªa, pero hoy seduce a personas con conocimientos acad¨¦micos intermedios, seg¨²n las investigaciones de los profesores de Oxford Martin Bauer y Hohn Durant, algo que los propios investigadores achacan al fen¨®meno del conocimiento superficial o la sensaci¨®n de que somos expertos en una materia de la que solo tenemos nociones elementales, simplemente porque nos han seducido unos vocablos cient¨ªficos que usamos sin llegar a entender en toda su complejidad (aprovechamos para mandar un saludo a los epidemi¨®logos licenciados por Facebook y sus ponencias sobre ¡®carga viral¡¯ y a la promoci¨®n de f¨ªsicos de la serie Chernobyl y sus tesis sobre ¡®el tiempo de exposici¨®n¡¯).
Seg¨²n Bauer y Durant, el hecho de que el argot astrol¨®gico incluya t¨¦rminos que suenan a ciencia (estructura sist¨¦mica, fuerza gravitacional¡) resulta atractivo y legitimador para personas con un entendimiento cient¨ªfico intermedio. En un experimento recogido en Belief in Astrology: a social-psychological analysis, los participantes respond¨ªan a ex¨¢menes (de matem¨¢ticas, qu¨ªmica, biolog¨ªa¡) cada vez m¨¢s dif¨ªciles para evaluar su entendimiento y conocimiento cient¨ªfico. A esos mismos participantes se les preguntaba cu¨¢nto cre¨ªan en la f¨ªsica y en la astrolog¨ªa, respectivamente. Como muestra el gr¨¢fico, ambas materias eran respetadas entre los participantes con conocimientos de un nivel bajo e intermedio (hasta un 9 sobre 15). Sin embargo, entre las personas que superan ese nivel de rigor cient¨ªfico, la creencia en la astrolog¨ªa desciende en picado. Hace casi diez a?os que Pere Estupiny¨¢ animaba en su blog a que alg¨²n cient¨ªfico de profesi¨®n la defendiera (apuesta que sigue invicta). Y hace m¨¢s de 50 que Theodor Adorno aseguraba que el verdadero ?entrenamiento cr¨ªtico? es incompatible con este tipo de creencias.
La carta natal y la autoestima
Si el verdadero conocimiento siempre ha sido inversamente proporcional a la creencia en pseudociencias, ?qu¨¦ ha cambiado entonces? La percepci¨®n positiva de la astrolog¨ªa entre personas con estudios intermedios (incluso universitarios), que se apoyan en ella a pesar de reconocer no creer en sus predicciones. La nueva generaci¨®n de astr¨®logos seduce a los millennials no por sus vaticinios, sino porque conectan los astros con trending topics como el autoconocimiento o el feminismo (preocupaciones que no han desaparecido con la coronacrisis, m¨¢s bien al contrario). La formaci¨®n de Chani Nicholas (autora de You Were Born for This: Astrology for Radical Self-Acceptance y astr¨®loga de cabecera de celebrities como Oprah Winfrey o Lizzo y millones de seguidores) incluye psicolog¨ªa y estudios de g¨¦nero. En una entrevista con la edici¨®n americana de Vanity Fair, aseguraba que ?necesitamos lugares donde podamos afirmar nuestro prop¨®sito en la vida, nuestra bondad o nuestros talentos. Necesitamos santuarios. Y creo que en eso se ha convertido la astrolog¨ªa?. El propio t¨ªtulo del libro de Nicholas (Naciste para esto: astrolog¨ªa para una autoaceptaci¨®n radical), indica que de los astros se esperan respuestas interiores.
De hecho, en Estados Unidos, Reino Unido o Italia, cada vez son m¨¢s los psic¨®logos que a?aden la astrolog¨ªa a las herramientas empleadas en sus consultas, pero estos profesionales se enfrentan a un estigma: ser percibidos como esos cuestionables futur¨®logos que sin formaci¨®n acad¨¦mica alguna brindan asesoramiento vital (?incluso algunos animan a personas que est¨¢n en tratamiento a que lo dejen, con consecuencias muy negativas para la persona?, apostilla?Laura Oliveros). Pero mientras en otros pa¨ªses los psic¨®logos-astr¨®logos se alejan estigma del ocultismo apostando por la visibilidad (de sus curr¨ªculums y sus terapias), en Espa?a es m¨¢s complicado encontrar en estos profesionales la transparencia de Rosa Sol¨¦ Gubianes (la ¨²nica que ha accedido a hablar con este peri¨®dico). ?No es lo mismo la astrolog¨ªa psicol¨®gica que las mancias, la astrolog¨ªa predictiva o la videncia?, clarifica de entrada la psic¨®loga colegiada y licenciada por la UOC. En su terapia no existe el determinismo, pero s¨ª se trabaja con im¨¢genes, simbolismo y psicos¨ªntesis. ?En realidad, la astrolog¨ªa psicol¨®gica sirve para formular preguntas?, explica. ?Cuando una persona viene a consulta con una preocupaci¨®n, su carta natal nos sirve de apoyo para preguntarle sobre cuestiones que le pueden resonar; y en base a las respuestas de esa persona podemos ir explorando sus objetivos y sensaciones, su motivaci¨®n vital y su potencial de crecimiento, pero es esa persona y sus respuestas (y no la carta natal) quienes marcan la hoja de ruta?.
Realizar las preguntas oportunas al paciente para que ¨¦l mismo descubra sus propios mecanismos y capacidades es habitual en una consulta psicol¨®gica, pero la psicolog¨ªa astrol¨®gica introduce angunas variantes: ?Con la informaci¨®n de la carta natal, intentamos explicar a la persona a qu¨¦ arquetipos podr¨ªa estar conectada o qu¨¦ arquetipos podr¨ªan estar funcionando a nivel inconsciente (en su interpretaci¨®n de la realidad, por ejemplo), pero es el paciente qui¨¦n nos indica cu¨¢les de esos elementos le remueven en alg¨²n sentido (y cu¨¢les no), porque el objetivo es que el paciente aprenda a explicarse y a entenderse mejor por s¨ª mismo?, prosigue. ?Aunque parece que se busca fuera, es la propia persona la que encuentra la respuesta para gestionar su vida, y eso implica un trabajo?, explica Rosa Sol¨¦.
?Soluciones? Ni f¨¢ciles, ni fuera
Trabajo es una palabra que no gusta demasiado en la era de las soluciones f¨¢ciles. ?En esta crisis, muchas personas lo est¨¢n pasando realmente mal y no es sencillo ayudar a disminuir la desesperanza de alguien que tiene motivos para sentirse as¨ª?, explica ahora Laura Oliveros, ?pero es muy importante desconfiar cuando alguien (sin titulaci¨®n, colegiaci¨®n y licencia) nos promete mejor¨ªas r¨¢pidas y solucionar todos nuestros problemas, porque corremos el peligro de ser estafados y de empeorar psicol¨®gicamente?. A?ade adem¨¢s que ?hay que tener claro que solo hay tres profesionales a los que debemos acudir cuando no sepamos manejar la falta de esperanza, la angustia o la soledad, y estos son el m¨¦dico de familia, el psiquiatra y/o el psic¨®logo, exclusivamente?.
La b¨²squeda de soluciones r¨¢pidas lleva a muchos a la astrolog¨ªa, reconoce tambi¨¦n Rosa Sol¨¦, pero si dan con un buen profesional, podr¨ªan encontrar la madurez que les falta: ?Muchas personas se acercan a la astrolog¨ªa como a Lourdes o F¨¢tima, pensando que con poner una vela todo se va a solucionar, y volver¨¢n a ser felices, y aparecer¨¢ la pareja perfecta, el trabajo ideal¡ Pero eso no existe. El ser humano siempre ha tenido un lado infantil, una parte que cree que si somos escogidos por Dios o los astros se cumplir¨¢n nuestros deseos sin hacer nada: hoy en d¨ªa muchos esperan de su terapeuta que haga magia, pero uno no puede poner el poder fuera, es necesaria una madurez que solo se adquiere con la confianza en los propios recursos internos?.
Para Sol¨¦, se trata de llegar a ?un compromiso con nosotros mismos de gestionarnos mejor, siendo conscientes de nuestros valores, nuestras motivaciones y, sobre todo, de nuestra fuerza y nuestros recursos internos?. A?ade que hay muchas formas de llegar a ese punto: ?la astrolog¨ªa psicol¨®gica es solo una herramienta m¨¢s, como el yoga, la meditaci¨®n, el mindfulness, el caminar o una conversaci¨®n con el m¨¦dico de cabecera, un terapeuta o alguien que nos quiere?. No importa el medio, sino el fin: ?que la persona descubra que es capaz de gestionar su propia vida creando una coherencia entre lo que piensa, lo que siente y lo que hace?, concluye Sol¨¦.
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