George Lois, el ¡°aut¨¦ntico Don Draper¡± que detesta Mad Men
El publicista que sirvi¨® de inspiraci¨®n para la serie califica al personaje de ¡°mujeriego y racista¡± y critica las campa?as de Sterling Cooper Draper Pryce.
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Desde que se estren¨® Mad Men en 2007, son muchos los hombres que se han disputado el t¨ªtulo de ¡°aut¨¦ntico Don Draper¡±, exitosos ejecutivos de los sesenta de los que se ha dicho que han sido inspiraci¨®n para el personaje que interpreta Jon Hamm. Est¨¢ el casi-tocayo Draper Daniels, un legendario publicista de Chicago creador del hombre de Marlboro. Otro contendiente, Albert Laster, ide¨® el eslogan ¡°est¨¢ tostado¡± para Lucky Strike que tomaron prestado los guionistas de la serie. Sin olvidar a Jerry della Femina, copy irreverente cuyas memorias profesionales sirven de inspiraci¨®n a Matthew Weiner a la hora de recrear el ambiente de una agencia de Madison Avenue en los sesenta.
Pero entre todos ellos, quien tiene m¨¢s n¨²meros para ser coronado como ¡°el aut¨¦ntico Don Draper¡± es tambi¨¦n qui¨¦n m¨¢s energ¨ªa ha invertido en negarlo. Preg¨²ntenle a George Lois por Mad Men y les dir¨¢ lo mucho que detesta la serie. Lois, creador de las hist¨®ricas y copiad¨ªsimas portadas para la revista Esquire en los sesenta, que hoy forman parte de la colecci¨®n permanente MOMA de Nueva York, e ide¨®logo de la campa?a que convirti¨® MTV en una marca global de la noche a la ma?ana, acaba de publicar en Phaidon el libro Damn good advice for people with talent (Algo as¨ª como "Los mejores malditos consejos para gente con talento"). Y uno de ellos bien podr¨ªa ser ¡°no actuar como Don Draper¡±.
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Parece que George Lois no se identifica mucho con Don Draper.
Cordon Press
¡°Todo el mundo insiste en que el personaje est¨¢ basado en mi carrera, pero cualquiera que conozca mi trabajo y mi ¨¦tica sabe que no me parezco en nada a ninguno de esos imb¨¦ciles sin talento¡±, asegura por correo electr¨®nico el creativo publicitario. A los 81 a?os, Lois es un arrollador compendio de autoestima, juramentos, sentencias entregadas en forma de eslogan (c¨®mo no) y an¨¦cdotas impagables que, en su caso, tienen como protagonistas a Muhammad Ali, a quien convirti¨® en un martirizado San Sebasti¨¢n para una de sus famosas portadas, Henry Kissinger y Andy Warhol.
¡°Mad Men no es m¨¢s que un culebr¨®n situado en una glamourosa oficina poblada por falsos hombres del traje gris, WASPs machistas y sin talento, hijos de perra republicanos de camisa planchada, racistas y antisemitas que se pasan el d¨ªa manoseando a sus bien peinadas secretarias, apurando martinis y fumando hasta morir, mientras producen anuncios tontos y sin vida, ignorando el movimiento de los Derechos Civiles, la Liberaci¨®n Femenina, la Guerra de Vietnam y los otros cambios se¨ªsmicos que alteraron Am¨¦rica para siempre en los sesenta¡±, arremete Lois, quien, al parecer, no participa de la histeria colectiva que ha rodeado al regreso de la serie tras a?o y medio fuera de las parrillas televisivas.
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George Lois es el responsable de la portada de Esquire protagonizada por Muhammad Ali.
Esquire
Al publicista, y autor de m¨¢s de una decena libros, le parecen igual de malos el propio Draper (¡°un mujeriego racista¡±) como los anuncios que producen en Sterling Cooper Draper Pryce. ¡°En la serie ves c¨®mo el director de arte no participa en el proceso creativo y espera sentado a que un copy le entregue un texto para crear una imagen poco inspirada. El resultado es la publicidad ins¨ªpida, brutalmente sosa y ofensiva que contaminaba la escena americana¡±. Hasta que lleg¨® Lois, claro. ¡°Lo bueno fue cuando impuls¨¦ la heroica revoluci¨®n creativa en publicidad, la mezcla audaz de imagen y palabra que cambi¨® el mundo para siempre¡±.
S¨ª, pero en la serie los clientes siempre tumban las ideas m¨¢s arriesgadas, como el ¡°ballet de alubias¡± que propone Peggy a la marca Heinz en la quinta temporada. ¡°Al cliente hay que prometerle que tu trabajo har¨¢ su producto famoso y enormemente exitoso¡±, asegura Lois quien, ciertamente, en los sesenta gastaba un aspecto m¨¢s beatnik que el del r¨ªgido Draper. Ejemplos no le faltan. Durante su primer a?o de vida, asegura, MTV fue un absoluto fracaso. Hasta que ¨¦l puso a Mick Jagger a gritar por tel¨¦fono ¡°?quiero mi MTV!¡±. ¡°A las pocas semanas, todas las estrellas del rock quer¨ªan hacer el anuncio y todos los adolescentes de Am¨¦rica se pusieron a replicar el anuncio, exigiendo MTV a sus operadores de cable, que tuvieron que rendirse. La mejor publicidad puede obrar milagros de marketing¡±.
?Y algo que destacar de la competencia?, ?una campa?a que le hiciera pensar ¡°ojal¨¢ la hubiera creado yo¡±? Sacrilegio. ¡°Eso es como preguntarle a Picasso si desear¨ªa haber pintado un Matisse¡±. El creador de Mad Men, Matthew Weiner, no ha comparado a Lois con Picasso, ni siquiera con Draper, sino con otro antih¨¦roe de la ¨¦pica televisiva moderna: Tony Soprano. Weiner asegur¨® en una entrevista a Rolling Stone que no utiliz¨® a Lois como inspiraci¨®n para la serie y que, cuando se dispon¨ªa a entrevistarse con ¨¦l para o¨ªr sus experiencias en la Madison Avenue de los sesenta, todo el mundo le recomend¨®: ¡°No lo hagas. Es el Tony Soprano de la publicidad. No conviene cruzarse con ¨¦l ni deberle nada¡±.
Por cierto, ?hemos mencionado que el libro de Lois, Damn Good Advice for people with talent, ha salido a la venta coincidiendo con el estreno de la quinta temporada?
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