?Ha sobrevivido tu pareja a las vacaciones? Enhorabuena
Generalmente, las parejas sanas salen m¨¢s reforzadas de unas vacaciones; mientras que para las que tienen problemas, un per¨ªodo de descanso y de convivencia continuada puede ser una bomba de relojer¨ªa.
Siempre he considerado las vacaciones como un par¨¦ntesis de la existencia, ya que durante los d¨ªas de descanso no somos realmente nosotros. Vivimos en otro sitio, comemos cosas diferentes, nos relacionamos con otras personas, se nos redime temporalmente de la maldici¨®n b¨ªblica de ¡°ganar¨¢s el pan con el sudor de tu frente¡± y hay muchos que hasta visten de forma diferente, m¨¢s arriesgada, animados por el favorecedor bronceado y el hecho de que uno est¨¢ a cientos de kil¨®metros de amigos, vecinos y conocidos. Las vacaciones son un periodo de excepci¨®n, el patio de recreo del abrumador d¨ªa a d¨ªa. Pero, ?somos realmente nosotros cuando volvemos a la rutina, cuando nos levantamos para ir al trabajo, cuando enlazamos trayectos en el metro rodeados de extra?os? Es probable que tampoco, con lo que nuestra verdadera existencia podr¨ªa reducirse a los viernes por la tarde ¨Csiempre que ¨¦stos sean libres¨C y los domingos, con una diversi¨®n endeudada por la perspectiva de que ma?ana volveremos al tajo.
Septiembre es el mes para hablar de la depresi¨®n post vacacional. Uno no quiere despertar y prefiere permanecer en ese sue?o de desayunos tard¨ªos, comidas mirando al mar, tardes infinitas y noches sin despertador; y nuestro ¨¢nimo patalea y llora como un ni?o enfadado cuando tiene que reincorporarse a la rutina. La hora de la verdad en las relaciones de pareja, sin embargo, empieza un poco antes; justo cuando llega el periodo del a?o m¨¢s deseado: las vacaciones de verano, largamente planeadas y so?adas. La mayor¨ªa ha ahorrado para permit¨ªrselas, algunos han hecho la operaci¨®n biquini o ba?ador y todos han depositado sus esperanzas de felicidad en los ansiados d¨ªas libres.
Pero, a veces, el para¨ªso puede convertirse en un infierno, como le ocurri¨® a Ver¨®nica ¨C39 a?os, Madrid¨Cen un, largamente deseado, viaje a la Riviera Maya con su pareja. ¡°No me di cuenta de lo mal que estaba la relaci¨®n hasta que conviv¨ª 24 horas seguidas con mi, entonces, novio¡±, apunta esta madrile?a. ¡°Llev¨¢bamos viviendo juntos cinco a?os y, evidentemente, la ¨¦poca de enamoramiento ya hab¨ªa quedado atr¨¢s pero, aunque las relaciones sexuales se hab¨ªan espaciado, yo pensaba que eso era lo normal y que no hab¨ªa nada por lo que preocuparse. Una vez en nuestro destino los problemas empezaron a aflorar. Discut¨ªamos por todo, cualquier m¨ªnimo contratiempo produc¨ªa una reacci¨®n exagerada en mi pareja y yo no entend¨ªa nada. Simplemente me preguntaba de d¨®nde ven¨ªa todo ese odio acumulado. A los enfados le segu¨ªan periodos de incomunicaci¨®n en los que est¨¢bamos enfrascados en nuestros IPhones. La visi¨®n de otras parejas disfrutando, ri¨¦ndose o bes¨¢ndose hac¨ªa todo mucho m¨¢s doloroso y pat¨¦tico. Pensaba en lo que hab¨ªa ahorrado para pagarme ese viaje y solo quer¨ªa que llegara nuestro d¨ªa de partida. Volver a casa y pedirle que se mudara a otro sitio, ya que el apartamento en el que viv¨ªamos era m¨ªo¡±. Ver¨®nica rompi¨® cuatro meses despu¨¦s de volver de sus tristes vacaciones. ¡°Lo que m¨¢s me molest¨® es que nunca supo explicarme el por qu¨¦ de su conducta. Su enfado, su rencor. Nunca antes se hab¨ªa comportado as¨ª. Me di cuenta que no pod¨ªa seguir viviendo con alguien que acababa de echar por tierra el, para mi, momento m¨¢s deseado del a?o y no se molestaba en dar siquiera una explicaci¨®n¡±.
La operaci¨®n biquini de las vacaciones en pareja
En un mundo competitivo y estresante, los periodos de descanso ya no se utilizan para recuperar fuerzas sino para ver 10 pa¨ªses en 15 d¨ªas o hacer las fotos m¨¢s impactantes para subir a Instagram o Facebook ¨Cafortunadamente, las redes sociales nos han librado de las sesiones de visionado de diapositivas en casa de los amigos viajeros¨C. La presi¨®n de la felicidad forzosa, que puede ser mucho m¨¢s da?ina y nociva que la de nuestra pseudo vida habitual. ¡°Generalmente, las parejas sanas salen m¨¢s reforzadas de unas vacaciones; mientras que para las que tienen problemas, un periodo de descanso y de convivencia continuada puede ser una bomba de relojer¨ªa¡±, afirma Iv¨¢n Rotella, sex¨®logo, terapeuta de pareja; director de Astursex, un centro de atenci¨®n sexol¨®gica en Avil¨¦s, y miembro de La Asociaci¨®n Estatal de Profesionales de la Sexolog¨ªa (AEPS).
¡°Las vacaciones ponen a prueba la relaci¨®n y destapan todos los problemas que no se han detectado a lo largo del a?o¡±, contin¨²a este experto. ¡°La clave para llegar bien a este periodo de descanso es haber tenido mini vacaciones a lo largo del a?o. Es decir, periodos en los que la pareja haya podido estar sola y relajada; que pueden ser tardes o noches sueltas, fines de semana o puentes. Si se ha perdido la costumbre de estar en compa?¨ªa de alguien y se han espaciado las relaciones sexuales hasta hacerlas casi desaparecer; no se puede pretender que, de la noche a la ma?ana, todo vuelva a ser como al principio. Esta frustraci¨®n es la que provoca la mayor¨ªa de los enfados, los ataques de ira y la incomprensi¨®n por parte de quien los recibe. Cualquier inconveniente: la p¨¦rdida de un tren, la mala calidad de la comida del hotel o encontrarnos con un museo cerrado puede desatar una pelea. Los familiares pueden actuar como elementos moderadores o, al contrario, contribuir a la mala imagen del otro; ya que se tiende a pensar que la mujer acabar¨¢, irremediablemente, pareci¨¦ndose a la suegra y refunfu?ando a cada momento. Regla aplicable a los dos sexos¡±.
Analizar la situaci¨®n con los pies en la tierra
Claro que interpretar las malas o buenas experiencias de las vacaciones como el marcador inequ¨ªvoco de lo que ocurre en nuestras vidas no es del todo exacto, y no solo en pareja. Tengo amigos que tras un mes en el pueblo de sus padres, deciden dejarlo todo para convertirse en neo rurales para, dos a?os m¨¢s tarde, volver al asfalto ¨¢vidos de ruido, contaminaci¨®n, comida basura y todo tipo de eventos culturales, gastron¨®micos o art¨ªsticos. Conozco tambi¨¦n a alguien que lo dej¨® todo para ir a Ecuador, tras unas vacaciones en ese pa¨ªs con euros. Vivir con la moneda local, sin embargo, cambi¨® totalmente su concepci¨®n de las cosas y ahora intenta combinar estancias laborales en Espa?a con periodos de descanso en su casa, en el pa¨ªs sudamericano.
¡°Las vacaciones son un momento muy propicio para reflexionar sobre nuestra vida, nuestros anhelos, los sue?os que quer¨ªamos conseguir y lo que hemos logrado¡±, apunta Jos¨¦ Antonio L¨®pez Rodr¨ªguez, psiquiatra y vicepresidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Psiquiatr¨ªa Privada, ¡°pero hay que distinguir siempre entre realidad y fantas¨ªa. La primera parte de unas buenas vacaciones es siempre el descanso, conceder el tiempo necesario al organismo para este se recupere y se relaje. Con la mente tranquila, es un buen momento para hacer balance de nuestra vida. ?Llevamos una existencia insatisfactoria?, entonces deber¨ªamos cambiarla, pero siempre siendo realistas y no plante¨¢ndonos modelos de vida id¨ªlicos, pero inviables¡±, recomienda L¨®pez Rodr¨ªguez.
Iv¨¢n Rotella plantea el mismo sistema para el di¨¢logo entre dos. ¡°Hay que dejar espacios en las vacaciones para que la pareja est¨¦ sola; al margen de familiares, hijos o amigos. Los d¨ªas de descanso son perfectos para charlar sobre la relaci¨®n, aunque siempre en positivo. Los reproches son cr¨ªtica vac¨ªa que no aporta nada. La pareja sube y baja en la monta?a rusa de la vida y hay que sentarse, ponerse el cintur¨®n de seguridad y prepararse para los vaivenes. Las vacaciones son tambi¨¦n un buen momento para hacer las cosas que sol¨ªamos hacer antes y que echamos de menos, como encuentros er¨®ticos al aire libre o hacer gala de un esp¨ªritu m¨¢s aventurero. Otra posibilidad para las parejas que comparten trabajo o lo hacen desde casa, es tomarse unos d¨ªas para irse de viaje con amigos, hermanos o compa?eros de universidad. Esta idea oxigena la relaci¨®n y contribuyen a que echemos de menos al otro¡±.
Para aquellos que hayan vuelto de viaje desenterrando el hacha de guerra, Rotella aconseja un periodo de calma y reflexi¨®n antes de lanzarse a firmar los papeles del divorcio o correr en busca del terapeuta de pareja m¨¢s cercano. ¡°Yo dir¨ªa que traten de solucionarlo primero ellos mismos. Que analicen los problemas que han surgido sin echarle la culpa a nadie. A veces las vacaciones no salen bien. Hay contratiempos que pueden empeorar nuestras expectativas. Por eso no podemos depositar todas nuestras ansias de diversi¨®n en el mes de agosto. Deber¨ªamos empezar a vivir todo el a?o¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.