Ona Batlle: c¨®mo sobrevivir al primer a?o de pandemia siendo la mejor futbolista del Manchester United
?No quiero compararme con un chico que juega al f¨²tbol ni ser como ¨¦l; quiero hacer mi camino?, dice la deportista de Vilassar de Mar.
Ona Batlle tiene 22 a?os, lo que significa que solo contaba ocho cuando vio ganar aquel mundial que uni¨® de forma inesperada a todas las nacionalidades hist¨®ricas de Espa?a bajo un ¨²nico apelativo, la Roja, pero lo recuerda perfectamente. ?Estaba en un restaurante en mi pueblo con mis padres y sus amigos. Yo era muy peque?ita, y cuando marcaron el gol salimos corriendo del restaurante. Yo iba junto a mi hermano. Fue algo glorioso?. Su pueblo es Vilassar de Mar, una peque?a localidad de 20.000 habitantes a 24 kil¨®metros de Barcelona plagada de coloridas casas de indianos que un d¨ªa se fueron a hacer las Am¨¦ricas y regresaron con mucho dinero.
Batlle, que cuando el triunfo de la selecci¨®n capitaneada por Iker Casillas ya jugaba al f¨²tbol, aunque no de forma profesional, se ha ido ahora a hacer ?las Inglaterras?: el equipo femenino del Manchester United, uno de los m¨¢s importantes de Europa y del mundo (que forma parte de la Women¡¯s Super League), la fich¨® como lateral en 2020, logro que ven¨ªa a coronar una carrera ascendente marcada por su entrada con 15 a?os en el Barcelona B, con 17 en el Madrid Club de F¨²tbol Femenino; y con 18, fue convocada para jugar en el Mundial de Francia con la selecci¨®n espa?ola, hito que ella misma ha contado en repetidas ocasiones que fue ?como un sue?o?.
El ¨²nico problema es que la buena noticia del fichaje como diablesa roja (los aficionados conocen a los jugadores del Manchester como red devils y en el escudo de la formaci¨®n efectivamente aparece un s¨¢tiro colorado) llegaba en el a?o del coronavirus, lo que significaba varias cosas: la primera, lidiar con una agenda deportiva completamente trastocada; la segunda, no poder jugar en el m¨ªtico estadio del equipo, Old Trafford, conocido en todo el planeta como El teatro de los sue?os, con gente en las gradas, que es algo as¨ª como entrar a formar parte del reparto de la Scala de Mil¨¢n y no poder cantar ¨®pera delante de p¨²blico.
Batlle cuenta que en el Manchester (donde la han nombrado jugadora del a?o) se sinti¨® muy r¨¢pidamente como en casa, pues sus compa?eras de equipo y el propio club la trataron con mucho respeto y cari?o, pero a¨²n as¨ª, todas las circunstancias descritas fueron para ella complicadas psicol¨®gicamente. ?El estado de alarma lo viv¨ª en Espa?a, pero aterric¨¦ en Inglaterra en medio de una crisis sanitaria muy fuerte. Al mes y medio de llegar nos obligaron a confinarnos, ten¨ªamos que seguir todas las normas de seguridad del Gobierno. Viv¨ªa sola y mi ¨²nica burbuja era yo, fue un momento muy duro. Siempre he sido muy independiente, pero esto era otro nivel?.
A Batlle no le cuesta nada admitir que una lesi¨®n agrav¨® su sensaci¨®n de aislamiento: ?Tuve un esguince muy tonto que me oblig¨® a estar cuatro semanas sin jugar, pero es que adem¨¢s, me tuve que quedar cinco meses seguidos sola en Manchester sin poder ir a las convocatorias de la selecci¨®n, que eso me daba la vida, y sin poder ver a la familia?. Encima, estaba la cuesti¨®n del idioma: ?Cuando llegu¨¦ mi nivel de ingl¨¦s era muy b¨¢sico. El club me puso desde el principio un traductor que ven¨ªa al campo a ayudar, pero hablar a otros niveles, por ejemplo de pol¨ªtica, me costaba m¨¢s?. Acab¨® recurriendo a la ayuda de un psic¨®logo del equipo, con el que hablaba tambi¨¦n en ingl¨¦s. ?Es curioso, pero hablar de mis sentimientos en un idioma que no era el m¨ªo no me cost¨® nada?.
Admitir una crisis personal y hablar de sentimientos no son cosas muy habituales entre los deportistas de alta competici¨®n y sin embargo ella lo hace con seguridad y con orgullo. La defensa de la salud mental es la causa que quiere defender aprovechando su notoriedad como figura p¨²blica y como embajadora de Nike, la firma que tambi¨¦n esponsoriza a Naomi Osaka. Sobre la reciente decisi¨®n de la tenista de no ofrecer ruedas de prensa y la complicada relaci¨®n de los de su gremio con los medios no teme pronunciarse tampoco: ?Yo nunca he tenido ning¨²n problema, pero tambi¨¦n estoy en un nivel muy diferente. Creo que la relaci¨®n futbolista-periodista si hablamos del deporte femenino nos puede ayudar mucho a dar visibilidad a lo que hacemos porque hay momentos en los que no se nos apoya?.
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