Muere Terri Schiavo, la mujer que llevaba 15 a?os en coma y fue desconectada por orden judicial
El marido defend¨ªa que ella as¨ª se lo pidi¨® cuando estaba sana, mientras que su familia ha desencadenado una larga batalla judicial y pol¨ªtica para evitar su fallecimiento
Tras dos semanas sin recibir alimentos ni agua, Terri Schiavo ha muerto. Finaliza as¨ª una batalla legal, pol¨ªtica y ante todo sobre principios humanos fundamentales que comenz¨® hace siete a?os y que ha revolucionado las instancias de poder estadounidenses pese a suscitar una unanimidad casi general entre los ciudadanos.
El ¨²ltimo cap¨ªtulo de esta historia, y el m¨¢s duro a la postre, se abri¨® el pasado 18 de marzo, cuando un juez orden¨® la desconexi¨®n de la sonda que nutr¨ªa a la mujer, introduciendo alimentos y agua directamente al est¨®mago. A partir de ah¨ª, su esperanza de vida quedaba reducida a apenas 15 o 20 d¨ªas. El juez, George Greer, mantuvo su decisi¨®n pese a que el Congreso y el Senado, en una maniobra pol¨ªtica sin precedentes, aprobaron una ley ad hoc para permitir que este caso, y s¨®lo ¨¦ste, pudiera ser revisado por las instancias federales; es decir, que en contra de lo habitual, el sistema judicial de Florida no fuera el punto final de este proceso, sino que la carrera de apelaciones de los padres pudiera continuar por cortes federales hasta el Tribunal Supremo.
La acci¨®n parlamentaria ten¨ªa el respaldo del presidente, George W. Bush (su partido, el Republicano, tiene mayor¨ªa en ambas C¨¢maras), que incluso interrumpi¨® sus vacaciones por primera vez para firmar la orden. Seg¨²n un sondeo de Gallup conocido la semana pasada, la mayor¨ªa de estadounidenses est¨¢ de acuerdo con los tribunales y con el marido: el 63% har¨ªa lo mismo que ¨¦l en circunstancias similares, y la mayor¨ªa cree que ni el Gobierno ni el Congreso deben intervenir en estos asuntos.
La decisi¨®n de Greer dejaba atr¨¢s siete a?os de disputas legales entre los padres de la mujer y su marido. Todos los fallos judiciales han favorecido las tesis de ¨¦ste, que afirma que en su momento, cuando a¨²n estaba sana, su mujer le pidi¨® que de verse en una situaci¨®n as¨ª no quer¨ªa vivir inconsciente y conectada a una m¨¢quina. La familia solicitaba a Michael Schiavo que se divorciara de su hija o renunciara a sus derechos como tutor legal, y le acusaban de adulterio, puesto que ¨¦l ha rehecho su vida con otra mujer, con la que tiene dos hijos. Incluso el gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente, ha intervenido en alguna ocasi¨®n para tratar de evitar este desenlace.
As¨ª las cosas, los padres recurrieron ante un tribunal federal, que desestim¨® su recurso, al igual que la corte de apelaciones a la que se dirigieron despu¨¦s. Esta ma?ana el Supremo ha rechazado el sexto recurso presentado por los padres, apoy¨¢ndose en los mismos argumentos que en ocasiones anteriores. Poco despu¨¦s de las cinco de la tarde —hora peninsular espa?ola—, la familia de Terri Schiavo comunicaba su muerte, tras una larga agon¨ªa. La mujer hab¨ªa vivido 41 a?os, y de ellos los ¨²ltimos 15 en estado vegetativo. Ahora, por decisi¨®n del marido, respaldado por la justicia, se realizar¨¢ la autopsia al cad¨¢ver, y luego ser¨¢ incinerado.
La historia de Terri y Michael Schiavo
Por Rosa Townsend.
Terri y Michael Schiavo se conocieron en la universidad en el a?o 1982. Era el primer chico con el que ella sal¨ªa, el primero que la hab¨ªa besado, "su pr¨ªncipe", seg¨²n le confes¨® a su mejor amiga, Diane Meyer. La familia resid¨ªa en Filadelfia, donde Bob Schindler dirig¨ªa una empresa de equipos industriales. Terri siempre hab¨ªa estado un poco acomplejada porque era algo gordita, pero el encuentro con Michael, alto, rubio y guapo, ilumin¨® su vida. En el plazo de dos a?os se casaron y durante un tiempo vivieron en el s¨®tano de la casa de los padres de ella porque no ten¨ªan sufiente dinero para pagar un alquiler. La relaci¨®n del joven matrimonio con los padres era tan buena que cuando estos decidieron trasladarse a Florida, Terri y Michael les siguieron. Llevaban seis a?os casados pero no hab¨ªan tenido hijos, aunque ese era el deseo de Terri: convertirse en una madre de familia, simplemente.
Una noche de invierno de 1990 Terri se desmay¨®, a causa, presumiblemente de una bajada de potasio que le produjo un paro card¨ªaco y subsiguientes da?os en el cerebro. Michael demand¨® a la cl¨ªnica que supervisaba la dieta de adelgazamiento a la que estaba sometida su esposa. A eso se debi¨®, aparentemente, la bajada de potasio. A fines de 1997 Michael gan¨® varias indemnizaciones que en total ascendieron a 2,2 millones de d¨®lares. Para entonces ya viv¨ªa con la mujer con la que todav¨ªa comparte la vida y tiene dos hijos. A comienzos de 1998 pidi¨® a los m¨¦dicos que no administraran antibi¨®ticos a Terri y poco despu¨¦s comunic¨® a los suegros su intenci¨®n de retirarla las sondas, aduciendo que ella as¨ª se lo hab¨ªa pedido antes de caer en estado vegetativo.
Michael Schiavo, el marido y tutor legal
Por Rosa Townsend.
Michael Schiavo, enfermero, fue el primero en atender a su mujer cuando se desmay¨® aquella medianoche de hace 15 a?os. Durante a?os estuvo de acuerdo con sus suegros en que era posible rehabilitarla. Al mismo tiempo demand¨® por negligencia m¨¦dica a la cl¨ªnica que supervisaba la dieta de adelgazamiento y logr¨® indemnizaciones de 2,2 millones de d¨®lares. El dinero deb¨ªa emplearse en la rehabilitaci¨®n y el cuidado de Terri. Michael cambi¨® de opini¨®n en 1997 e inici¨® el proceso para que le retiraran las sondas de alimento, aduciendo que una vez le pidi¨® que nunca la mantuviera artificialmente viva, en caso de tener un accidente. As¨ª empez¨® la batalla legal con sus suegros. Michael rehizo su vida con otra mujer, con la que tiene dos hijos, pero nunca ha querido divorciarse de Terri. Eso le ha permitido ser su guardi¨¢n legal ante los tribunales y tomar todas las decisiones en su nombre, incluida la eutanasia. Los tribunales le dieron la raz¨®n a Schiavo, tras decenas de demandas que siempre volvieron a la sala del mismo juez, George Greer, que al final reorden¨® la desconexi¨®n de las sondas.
Los padres, Bob y Mary Schindler
Por Rosa Townsend.
Los padres de Terri Schiavo, Bob y Mary Schindler, han acusado sistem¨¢ticamente a su yerno de querer matar a su hija por dinero. Cat¨®licos fervientes, la familia, que tiene otros dos hijos, cree que la vida la da y la quita Dios. [El Vaticano ha hecho hoy su primer comentario oficial al respecto, y ha asegurado que la muerte de la mujer ha sido una "violanci¨®n del derecho sagrado a la vida"]. El argumento religioso les ha servido ante un sector pol¨ªtico, incluida la familia Bush, y una gran parte de la sociedad norteamericana, opuesta mayoritariamente a la eutanasia, pero no les ha funcionado ante los tribunales. Los padres aseguraban que Terri estaba discapacitada pero no en coma y cre¨ªan firmemente en su rehabilitaci¨®n. Hace dos a?os grabaron un v¨ªdeo en el que se la ve¨ªa respondiendo con gestos a las caricias de su madre, que unos m¨¦dicos calificaron de actos reflejos y otros de indicios de consciencia. La familia ha movilizado a miles de personas. Ha habido manifestaciones de grupos religiosos, cadenas de oraci¨®n ante el hospicio de Terri y una campa?a de presi¨®n al Congreso y al propio juez del caso, Greer. ?l tambi¨¦n ha sido objeto de amenazas, hasta el punto de que tiene que ir siempre escoltado.
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