Eluana descansa, Italia se agrieta
La mujer en coma desde 1992 muere mientras el Parlamento debat¨ªa contrarreloj una ley para mantenerla viva.- El caso ha fracturado al pa¨ªs y sus instituciones
"No podemos vernos ma?ana, ha pasado una cosa m¨¢s grande que nosotros". As¨ª dio la noticia a este peri¨®dico Beppino Englaro, este lunes a las 20.25. La muerte de su hija Eluana acababa de ocurrir, a las 20.10 en la cl¨ªnica La Quiete, de Udine.
Englaro, siempre un caballero, ha llamado por tel¨¦fono para anunciar que deb¨ªa suspender una entrevista con la cadena de televisi¨®n espa?ola Cuatro que se iba a celebrar este martes en Lecco, donde el padre de Eluana ten¨ªa un juicio para quitarle la patria potestad de su hija. Estaba tranquilo, calmado. "No puedo explicar por qu¨¦, ya lo entender¨¢s". Qu¨¦ tipo, Beppino Englaro.
Su hija Eluana dej¨® de respirar cuando en el Senado se debat¨ªa la ley que el Gobierno hab¨ªa preparado para intentar salvarle la vida, o esa pantomima de vida que ella, y su familia, siempre se negaron a admitir. Sin dignidad, sin sentimientos, sin libertad. Atada a una m¨¢quina. Con la intimidad violada y la voluntad secuestrada.
Tras 17 a?os en estado vegetativo, y 11 de batalla legal, su esp¨ªritu indomable de libertad y el ejemplo c¨ªvico de una familia heroica estaban a punto de perecer a manos del Gobierno Berlusconi. ?ste, ali¨¢ndose con la jerarqu¨ªa integrista de la Iglesia, y sirvi¨¦ndose de invocaciones huecas a la vida y la libertad, decidi¨® inventarse una ley Eluana. A ese golpe de escena, Eluana, que es una verdadera purasangre de la libertad, respondi¨® con un mutis por el foro definitivo e impidi¨® que esa norma prefabricada pasara a la historia con su nombre.
Como diciendo, ah¨ª os qued¨¢is. El primer ministro expres¨® su "profundo dolor por la muerte" de Eluana. "Es grande la amargura, porque no han dejado avanzar la acci¨®n del Gobierno para salvarla", dijo. "Nos lo han impedido".
El presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, expres¨® su "profunda proximidad al dolor de la familia y de todos los que estaban cerca de la pobre Eluana". La mujer, seg¨²n confirm¨® su neur¨®logo, Carlo Defanti, sufri¨® una crisis imprevista, "sobre cuya naturaleza decidir¨¢ la autopsia, que ya estaba previsto realizar".
Beppino Englaro, sereno por fuera y roto por la emoci¨®n, record¨® las palabras de Eluana antes del accidente. "Siempre dec¨ªa que la muerte formaba parte de la vida. No deb¨¦is preocuparos por m¨ª, quiero estar solo, no quiero hablar con nadie, lo ¨²nico que pido a mis verdaderos amigos es que no me busquen. Estoy hecho as¨ª, y espero que me respeten".
La amiga del alma de Eluana, Laura Portaluppi, dijo: "Espero que ahora est¨¦ en un sitio mejor y que est¨¦ tranquila".
Las campanas de la ciudad de Udine sonaron para anunciar la muerte de Eluana, y decenas de personas que apoyaban a su padre encendieron velas en su honor fuera de la cl¨ªnica. Otros pidieron a la polic¨ªa judicial que aclararan la muerte de la mujer.
El Vaticano, poniendo broche a su actuaci¨®n en la historia, lanz¨® sospechas expl¨ªcitas sobre la causa del fallecimiento la mujer a trav¨¦s del cardenal Javier Lozano Barrag¨¢n: "Hace falta ver c¨®mo ha muerto, si por la suspensi¨®n de la alimentaci¨®n y la hidrataci¨®n o por otras causas. Si la intervenci¨®n humana se revela decisiva para la muerte de Eluana, seguir¨¦ afirmando que es un delito", afirm¨®. El cardenal Saraiva Martins, prefecto para la Congregaci¨®n de la Causa de los Santos, resumi¨®: "Ha sido un homicidio".
Lozano, presidente del Pontificio Consejo para la Sanidad, a?adi¨® que el Vaticano "recomienda rezar por ella y pide perd¨®n al Se?or por todo lo que le han hecho". "Esperamos que Dios le abra la puerta del para¨ªso". El cardenal, de todos modos, excluy¨® que pueda producirse la excomuni¨®n de los m¨¦dicos que llevaron adelante el protocolo dictado por el Tribunal Supremo. "En este momento debemos tener esp¨ªritu de perd¨®n y reconciliaci¨®n, no abrir pol¨¦micas, y continuar promoviendo el respeto absoluto a la vida".
En el momento preciso en que se apag¨® Eluana, en el Senado hablaba el onc¨®logo Umberto Veronesi, especialista en testamento vital del Partido Dem¨®crata. Ped¨ªa a los pol¨ªticos que no aprobaran una ley "il¨®gica, irracional y emotiva" cuyo ¨²nico objetivo, se?al¨®, era "condenar a Eluana a vivir artificialmente hasta el infinito".
Fue un discurso maravilloso, el mejor homenaje posible. Habl¨® de la libertad inviolable de las personas, de la invasi¨®n tecnol¨®gica que es capaz de producir la medicina moderna, de la "p¨¦sima informaci¨®n" que ha rodeado el debate sobre el fin de la vida en Italia, de la ola de emociones levantadas por el discurso de la Iglesia y el Gobierno, "v¨ªctimas del cambio de paradigma que abre a la conciencia la vida artificial".
Cuando acab¨®, lleg¨® a la c¨¢mara la noticia de la agencia Ansa. El presidente, Renato Schifani, pidi¨® un minuto de silencio. Tras la pausa se alz¨® una voz en las filas de la derecha: "?Eluana no ha muerto, la han matado!". Era el vicepresidente del grupo del Pueblo de la Libertad, Gaetano Quagliariello. La asamblea deriv¨® entonces en una bronca impresionante. La oposici¨®n insultaba a la derecha; ¨¦stos gritaban "asesinos, asesinos" a la izquierda.
Schifani apremi¨® a los grupos a calmarse y proseguir con la iniciativa legislativa, pero la derecha ya no le encontr¨® sentido. "Nosotros", espet¨® Quagliarello, "no tragamos". La l¨ªder de los senadores del Partido Dem¨®crata (PD), Anna Finocchiaro, le replic¨® con voz alterada: "Siguen ustedes perpetrando el en¨¦simo acto de vandalismo pol¨ªtico".
Schifani levant¨® la sesi¨®n, y reuni¨® a los jefes de grupos. El PD se neg¨® a seguir adelante con la aprobaci¨®n de la ley. El Gobierno propuso aplazar el debate al d¨ªa siguiente para trabajar "con mayor serenidad". A pesar de que la urgencia ya no ten¨ªa sentido, la mayor¨ªa est¨¢ dispuesta a aprobar la ley lo m¨¢s r¨¢pido posible: "Hay que evitar que se repita un caso igual".
La muerte de Eluana despoj¨® en realidad de todo sentido la tard¨ªa y precipitada intervenci¨®n de la pol¨ªtica, que en las ¨²ltimas semanas hab¨ªan enfangado la transparencia y honestidad mostrada siempre por la familia Englaro durante su larga su lucha por ver reconocida la libertad fundamental de Eluana. Y de paso hizo pedazos los falsarios argumentos de una Iglesia m¨¢s implicada que nunca en la pol¨ªtica italiana, y a la vez incapaz de ejercer la piedad cristiana con tal de conseguir su objetivo de legislar contra las suspensiones de la alimentaci¨®n artificial.
Los senadores italianos, convocados de urgencia por el primer ministro, Silvio Berlusconi, hab¨ªan abandonado por un d¨ªa los numerosos problemas generales del pa¨ªs para aprobar a toda prisa una ley min¨²scula (apenas cinco l¨ªneas) y transitoria, de aspecto inmaculado y que tendr¨¢ un alcance devastador para la libertad de los pacientes, seg¨²n la oposici¨®n.
"Esta ley es un golpe al Estado de derecho", dijo la senadora radical Emma Bonino. "Cuando uno impone lo que uno no har¨ªa a todos los dem¨¢s, eso es un Estado totalitario, un Estado ¨¦tico".
Seg¨²n lo previsto, la ley expr¨¦s dise?ada por el Gobierno y el Vaticano para bloquear la sentencia del Tribunal Supremo que autoriz¨® a detener la alimentaci¨®n a Englaro iba a ser aprobada hoy mismo por amplia mayor¨ªa. El Partido Dem¨®crata aconsej¨® el "no" a sus filas, pero dej¨® libertad de conciencia. Los senadores radicales presentaron m¨¢s de mil enmiendas al texto y tres prejuicios de inconstitucionalidad. El presidente Schifani solo acept¨® 70.
Solo la muerte de Eluana detuvo la sensaci¨®n de farsa. La representaci¨®n de los pol¨ªticos italianos fue durante todo el d¨ªa una ¨®pera bufa. A media tarde, el Gobierno se dio cuenta de que el texto de la ley estaba redactado de forma tan chapucera que condenaba no solo a todos los enfermos, sino tambi¨¦n a sus cuidadores a ser alimentados artificialmente y contra su voluntad.
El texto dec¨ªa as¨ª: "A la espera de la aprobaci¨®n de una completa y org¨¢nica disciplina legislativa en materia del fin de la vida, la alimentaci¨®n y la hidrataci¨®n, en cuanto formas de ayuda vital y fisiol¨®gicamente indicadas para aliviar el sufrimiento, no pueden en ning¨²n caso ser rechazadas por los sujetos afectados ni por quien asista a sujetos que no pueden valerse por s¨ª mismos".
Bonino explic¨® que la ley "condenar¨¢ a todos, pero a todos, a vivir colgados de una sonda para siempre". Y a?adi¨®: "El texto ha sido sometido a un Parlamento domesticado y chantajeado por el pietismo televisivo".
La carrera contrarreloj del Gobierno y la Curia para torear a la Constituci¨®n pedaleaba de forma irreparable hacia el esperpento. Si se aprueba finalmente, el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, deber¨ªa promulgar la ley en la Gaceta de la Rep¨²blica. Podr¨ªa negarse a hacerlo y devolverla a las C¨¢maras para un nuevo examen (solo una vez, y si vuelve sin cambios debe aprobarla por fuerza), pero nadie en su sano juicio piensa en Italia que, tras tumbar el primer decreto, Napolitano vaya a ser de nuevo el h¨¦roe que salve el orden constitucional subvertido por Berlusconi en aras de "la vida y la libertad".
El secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, llam¨® el s¨¢bado a Napolitano para comunicarle "el vivo aprecio" de la Curia a la aceleraci¨®n dada a la ley por el Gobierno. Por supuesto, el Vaticano defini¨® la llamada como "cort¨¦s" y explic¨® que Bertone aclar¨® que no es intenci¨®n del Papa interferir en los asuntos de otros Estados. Eluana sabe la verdad.
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