A?o Internacional de la Astronom¨ªa Amenazada
El autor critica que algo tan cotidiano como ver aparecer cada noche las estrellas est¨¢ siendo barrido r¨¢pidamente de nuestras vidas
Avanza este A?o Internacional de la Astronom¨ªa, que parece dedicado a un asunto no especialmente problem¨¢tico: la astronom¨ªa tiene un aire m¨¢s bien amable y seductor. Y la excusa se?alada para conmemorar es algo tan poco controvertido como la invenci¨®n del telescopio. Entonces, ?hay algo que reivindicar, denunciar o por lo que luchar en relaci¨®n con la astronom¨ªa, este a?o? Pues bien, resulta que la atractiva ciencia del cielo est¨¢ cada vez m¨¢s amenazada por la plaga de la contaminaci¨®n lum¨ªnica. En un sentido puro y simple: algo tan cotidiano como ver aparecer cada noche las estrellas est¨¢ siendo barrido r¨¢pidamente de nuestras vidas. El cielo es regalo de la naturaleza (como los bosques o las olas), pero est¨¢ hoy por hoy apartado de nosotros porque los excesos de la luz artificial se interponen como una muralla que no nos deja ver. Por eso, uno de los proyectos pilares de este a?o es Descubre el Cielo Oscuro, con el objetivo de recuperarlo y protegerlo.
La iniciativa IACO se propone llevar a cabo un sondeo de la contaminaci¨®n lum¨ªnica por todo el pa¨ªs
El problema se revela m¨¢s grave a medida que penetramos en ¨¦l: y es que la contaminaci¨®n lum¨ªnica tiene otras muchas repercusiones, pese a su apariencia inofensiva. No s¨®lo nos priva del firmamento. Tambi¨¦n altera el bienestar cuando el excesivo alumbrado exterior invade todos los ¨¢mbitos de la noche. Un experimento para hacer en casa: a las tres de la madrugada, con las luces apagadas, abrir todas las ventanas y ver cuanta luz llega desde fuera; en muchos casos hasta podr¨ªamos leer un libro; pi¨¦nsese por un momento si esto es natural, y el gasto que supone. Y no es s¨®lo que tengamos que bajar las persianas, queramos o no, para poder dormir. Es que con las noches sobreiluminadas se puede trastornar el funcionamiento de la melatonina. Se trata de una importante hormona reguladora del ciclo circadiano, con un papel clave en los cambios de ritmo diarios, el sue?o, el sistema inmunol¨®gico, el control del envejecimiento, y tambi¨¦n en la prevenci¨®n del c¨¢ncer. Hoy se sabe que la secreci¨®n de esta hormona precisa unas adecuadas condiciones de oscuridad durante la noche. Sabiendo esto, habr¨ªa que corregir ya todo el exceso de alumbrado que invade las horas nocturnas.
Leyes equ¨ªvocas
Quienes gobiernan dicen que quieren resolver el problema. Pero por lo general todo queda en bonitas palabras; o bien se han gestado algunas leyes, ordenanzas o reglamentos tan equ¨ªvocos y permisivos que son incapaces de garantizar una mejora sustancial de la situaci¨®n. Mientras tanto, la contaminaci¨®n lum¨ªnica no hace sino aumentar. Parece que detr¨¢s de esto hay ideas err¨®neas sobre lo que ser¨ªa un alumbrado de exteriores correcto. Muchos siguen pensando que cuanta m¨¢s luz mejor, pero eso ya no es as¨ª una vez que se han alcanzado los niveles necesarios para la seguridad. A otros les parece bien que muchos lugares est¨¦n sobrecargados de farolas. No se dan cuenta de que tanta luz se acompa?a de deslumbramiento, de modo que la sensaci¨®n de seguridad resulta enga?osa. Y se siguen instalando luces donde, en verdad, no hacen falta, manteni¨¦ndose encendidas sin necesidad a las tantas de la madrugada. Se olvida que eso supone consumir en vano al cabo del a?o miles y miles de kilovatios-hora.
Entre las actividades del A?o Internacional de la Astronom¨ªa, se?alamos la iniciativa IACO, que se propone llevar a cabo un sondeo de la contaminaci¨®n lum¨ªnica por todo el pa¨ªs. Lo plantea mediante un conteo de estrellas visibles en ciertas constelaciones y en determinados per¨ªodos del a?o. Y se basa en los datos aportados por un gran n¨²mero de personas que voluntariamente hacen dicha observaci¨®n desde los puntos m¨¢s dispares de nuestra geograf¨ªa. Es, pues, un proyecto abierto y participativo. A tenor de las aportaciones recibidas, se puede decir que entre los puntos sondeados los que disfrutan de noches naturales, libres de contaminaci¨®n, no pasan del 14%. Es llamativo el deterioro que padece el firmamento nocturno en general, hasta el punto de que m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n vive bajo cielos tan contaminados por luz que han perdido de vista entre el 91% y el 97% de las estrellas. Triste panorama. O bien todo un aliciente para trabajar por cambiar las cosas; aprendiendo lo que es un alumbrado racional; valorando la oscuridad natural de la noche; promoviendo leyes que sean ¨²tiles; cumpli¨¦ndolas. Es el reto m¨¢s serio para el A?o Internacional de la Astronom¨ªa, si deseamos que el derecho a un firmamento asequible a todos tenga alg¨²n sentido en el futuro.
Juan Antonio Alduncin Garrido es miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y de Cel Fosc, Asociaci¨®n contra la Contaminaci¨®n Lum¨ªnica
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