Pensamiento rumiante
Darle vueltas sin parar a aquello que nos preocupa no s¨®lo no sirve de nada, sino que es da?ino y causa fatiga emocional. Para salir del bucle existen t¨¦cnicas que funcionan siempre que seamos persistentes
Haga usted lo que haga y est¨¦ donde est¨¦, siempre acaba pensando lo mismo. Ha dedicado al asunto, llam¨¦mosle X, el tiempo y la energ¨ªa equivalentes a una tesis doctoral. S¨®lo que no ha logrado t¨ªtulo alguno; tampoco ha conseguido avanzar ni emprender nada nuevo. Est¨¢ atrapado. Los psic¨®logos se refieren a este estado con el t¨¦rmino de pensamiento rumiante. Es tan gr¨¢fico que no requiere m¨¢s explicaciones.
Cuando se est¨¢ en modo rumiante, se lleva esa bola X -que cada vez se hace m¨¢s grande- de un lado a otro, se amasa, se nutre con nuevas ideas, se pasa a otro lado de la cabeza, se rumia un poco m¨¢s, y cuando se cree que al fin va a ser expulsada, nos la tragamos otra vez. Lo peor es que mientras se rumian asuntos del pasado o elucubraciones de futuro, el presente -lo ¨²nico real- pasa veloz delante de nuestras narices.
Las mujeres son m¨¢s obsesivas, pero buscan m¨¢s r¨¢pido la soluci¨®n
Cavilar gasta glucosa, el combustible del cerebro humano
El psic¨®logo Xavier Guix asegura en su libro Pensar no es gratis (Granica, 2009) que cavilar demasiado no resulta ni siquiera barato. Nos hace gastar tiempo y energ¨ªa: una inversi¨®n que puede ser inteligente o desastrosa. ?Qu¨¦ se hace cuando una inversi¨®n es equivocada? Se liquida y se busca un plan B. ?Por qu¨¦ una soluci¨®n que vemos tan clara en asuntos econ¨®micos se nos escapa en otros aspectos? ?Por qu¨¦ nos cuesta tanto pasar p¨¢gina y parar de dar vueltas? "Rumiamos para entender nuestras emociones y nuestra relaci¨®n con los dem¨¢s", explica Guix. "Somos seres narrativos y necesitamos contarnos las cosas para que tengan sentido", agrega.
Pero ?cu¨¢l es el coste de rumiar?: en primer lugar, se gasta glucosa, el combustible del cerebro. Cuando alguien dice que est¨¢ agotado de pensar, es literal. Adem¨¢s, estos pensamientos generan y despiertan distintos estados de ¨¢nimo. "Al pensar influimos en nuestra qu¨ªmica cerebral, y los pensamientos no son neutros, porque est¨¢n construidos con im¨¢genes, sensaciones y voces que act¨²an como est¨ªmulos para nuestros estados internos. Es as¨ª como podemos alegrarnos o destrozarnos el d¨ªa, a golpe de pensamientos", asegura Xavier.
Las mujeres rumian m¨¢s, lo que las hace, en opini¨®n del psiquiatra Jes¨²s de la G¨¢ndara, m¨¢s vulnerables a las crisis. Tambi¨¦n son m¨¢s flexibles y r¨¢pidas buscando la salida de emergencia y la soluci¨®n, apunta el experto. "El fen¨®meno tan femenino de darle mil vueltas a todo aumenta la permanencia de los problemas en la conciencia y causa fatiga emocional. Nos perturba m¨¢s la opini¨®n que tenemos sobre lo que nos pasa que el hecho en s¨ª mismo", dice G¨¢ndara. Otros psic¨®logos se?alan que el h¨¢bito de las amigas de reunirse y tener largas controversias y debates acerca de lo que les pasa es un refuerzo emocional de gran valor, pero echa m¨¢s le?a al fuego y no ayuda a olvidar. Cuanto m¨¢s se nutre la obsesi¨®n, m¨¢s fuerte se hace y m¨¢s espacio ocupa en la mente.
"Lo curioso del pensamiento circular es que lo que hacemos para resolver el problema se acaba convirtiendo en el aut¨¦ntico problema. Por ejemplo, si cada vez que estoy 'pillado' busco refugio en los amigos, les lleno la cabeza con mis angustias y agoto sus energ¨ªas, lo m¨¢s normal es que me quede sin ellos. Lo que antes era una soluci¨®n se ha convertido en un problema", aclara Guix. El objetivo es entonces parar de dar vueltas. ?No se supone que el ser humano es una m¨¢quina de olvidar? Sin embargo, cuando se est¨¢ en medio del mare m¨¢gnum no resulta f¨¢cil. "Una de las funciones de la mente, en concreto de la memoria, es ayudarnos a sobrevivir, a no repetir situaciones que en el pasado nos han hecho sufrir o nos han traumatizado", apunta Xavier Guix.
Pero como el hommo sapiens es tambi¨¦n un animal contradictorio, usa el mismo mecanismo contra s¨ª mismo y se queda demasiadas veces atrapado en lo que pas¨® o perplejo ante lo que pueda venir. Parar puede servir, entre otras cosas, para preguntarse: "?Para qu¨¦ estoy utilizando mi pasado?". "El pasado puede servir para justificarse, para crear una identidad o para ahondar en la adicci¨®n a determinados estados de ¨¢nimo a los que nos hemos acostumbrado", explica el psic¨®logo.
Salir del pensamiento rumiante requiere un esfuerzo. No va a ocurrir por casualidad. Si la persona se deja llevar, volver¨¢n los mismos pensamientos de siempre. La clave est¨¢, seg¨²n Xavier Guix, en poner una distancia cada vez mayor entre el pensamiento y el pensador. "Si vivo identificado con lo que pienso y siento, no hay nada que hacer. A medida que somos capaces de observar el proceso de ida y venida de nuestros pensamientos nos damos cuenta de su fugacidad. Al poderlos observar, tenemos m¨¢s capacidad para intervenir en ellos y decidir d¨®nde ponemos la atenci¨®n".
Las llamadas t¨¦cnicas de parada de pensamiento no s¨®lo existen, sino que, adem¨¢s, funcionan. Con dos condiciones: persistencia y disciplina. Se trata de una herramienta para interrumpir el di¨¢logo negativo que las personas mantienen consigo mismas y que genera emociones desagradables. El primer paso es identificar el malestar, saber cu¨¢les son los pensamientos o la secuencia de pensamientos "malditos". Algunos expertos recomiendan incluso que se verbalicen en voz alta. Se trata de identificar exactamente lo que hace da?o y, entonces, buscar otra actividad para interrumpir esta cadena de pensamientos. Otros psic¨®logos recomiendan que se escoja "un est¨ªmulo de corte", es decir, un est¨ªmulo intenso que se pueda producir a voluntad y permita dejar de pensar (un ruido fuerte, una palmada, un "?basta!"). La psiquiatra cl¨ªnica Elena Borges invita a cambiarse f¨ªsicamente de lugar, a irse a otra habitaci¨®n, por ejemplo, o a iniciar una conversaci¨®n con otra persona. "Hay que entrenar la atenci¨®n y ser capaces de dirigirla hacia donde queremos, y no a la inversa", recomienda Guix.
Viajar con el piloto autom¨¢tico puede ser muy c¨®modo, pero deja a la persona en manos de sus h¨¢bitos mentales, y ya se sabe d¨®nde puede llevarles esto. Estar haciendo mil cosas a la vez -la famosa multitarea- sin concentrarse demasiado en ninguna tampoco ayuda. La mente seguir¨¢ su chachareo habitual mientras no est¨¦ ocupada del todo.
Justamente en ocupar la cabeza a conciencia descansan las t¨¦cnicas de la psicolog¨ªa moderna. Una de ellas es el mindfulness ("atenci¨®n y conciencia plena del momento presente"): una teor¨ªa muy de moda repescada, c¨®mo no, del budismo zen. Consiste, seg¨²n explica Xavier Guix, en "estar en el presente y atento a la experiencia, pero sin precipitarnos en poner etiquetas". Es decir, concentrarse en los hechos, aceptarlos y no liarse a juzgar o a hacer interpretaciones.
Gu¨ªa para controlar el runr¨²n
Seg¨²n el m¨¦todo de Xavier Guix:
1. Hacer dos o tres respiraciones profundas.
2. Puede cerrar los ojos, pero no es estrictamente necesario.
3. Concentre su atenci¨®n en la respiraci¨®n. Aparecer¨¢n pensamientos y emociones. D¨¦jelos pasar. Imagine que coge ese pensamiento y lo traslada fuera de su cuerpo. Hay quien prefiere contar del cien al cero para alejar los pensamientos invasivos.
4. Cuando se sienta centrado, dirija la atenci¨®n a las im¨¢genes externas e internas que ve. Cont¨¦mplelas sin m¨¢s.
5. Luego haga lo mismo con los sonidos.
6. Despu¨¦s repita el esquema con las sensaciones corporales.
7. Finalmente, centre la atenci¨®n s¨®lo en su cuerpo y su respiraci¨®n.
8. Procure estar en silencio el m¨¢ximo de tiempo posible.
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