BP destinar¨¢ 400 millones de euros a estudiar el impacto de su marea negra
La petrolera brit¨¢nica inicia una campa?a de 'limpieza' de imagen para apaciguar los ¨¢nimos de Washington
No es capaz de frenar el vertido continuo de petr¨®leo pero acaba de anunciar que destinar¨¢ 500 millones de d¨®lares (unos 403 millones de euros) a un programa de investigaci¨®n sobre el impacto que el desastre tenga en el futuro en el medio ambiente. La compa?¨ªa petrolera BP (British Petroleum) ha hecho p¨²blico un comunicado en el que asegura que har¨¢ "todo lo posible para reducir el impacto del tr¨¢gico incidente sobre la poblaci¨®n y el entorno de la costa del Golfo". Treinta y cinco d¨ªas despu¨¦s de que un accidente sin aclarar acabase con la vida de 11 trabajadores y hundiese en el mar una plataforma petrol¨ªfera frente a las costas de Luisiana, la marea negra sigue extendi¨¦ndose sin control y su fin no parece estar cercano.
Pero en una campa?a de limpieza de imagen y apaciguamiento de las aguas pol¨ªticas en Washington, el consejero delegado de la empresa, Tony Hayward, acaba de anunciar en Londres que hay que hacer "todos los esfuerzos para entender el impacto". El millonario programa tendr¨¢ una duraci¨®n de 10 a?os y estar¨¢ dirigido por "un comit¨¦ consultivo independiente" que repartir¨¢ los fondos y contar¨¢ con la participaci¨®n de bi¨®logos marinos y ocean¨®grafos.
El comunicado llega a dos d¨ªas de que se intente el ¨²ltimo invento para contener el vertido y cuando las previsiones de ¨¦xito m¨¢s optimistas son pesimistas . El mi¨¦rcoles, BP pondr¨¢ en marcha una nueva t¨¦cnica, conocida como top kill y que consiste en verter lodos pesados y cemento en la fuente de la fuga para acabar con ella. Pero cuestionado sobre las posibilidades de ¨¦xito -en una escala de 1 a 10-, el jefe de operaciones de la compa?¨ªa ha dicho: "Definitivamente no es un 10. Son superiores a cinco... quiz¨¢ un seis, m¨¢ximo un siete". No sonaba muy convencido.
Doug Suttles ha hecho este lunes una gira televisiva de relaciones p¨²blicas para explicar al pa¨ªs lo que est¨¢ sucediendo aunque fue incapaz de aportar ning¨²n dato nuevo -litros fugados, por ejemplo-. La opci¨®n del top kill no se ha intentado nunca antes. La operaci¨®n es complicada y propia de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n por m¨¢s que el vertido que comienza a llegar a los humedales de Luisiana y el delta del Misisipi sea un hecho real.
Una serie de robots manejados por ordenador deben bajar a una profundidad de m¨¢s de un kil¨®metro y medio, donde la visibilidad es nula y el agua est¨¢ casi helada. "Necesitamos que esto funcione", ha dicho en un mensaje desesperado pero sin convicci¨®n el jefe de operaciones de BP. ?Y si no es as¨ª?, le cuestionaron en CNN. "Existen otras opciones", ha avanzado Suttles. Desde el denominado top hat -reconducir la fuga a trav¨¦s de un tubo que arroje el petr¨®leo a la superficie donde el carguero Enterprise lo recoger¨ªa- hasta el junk shot o inyecci¨®n de detritos -una acumulaci¨®n de basura formada por pelotas de golf, neum¨¢ticos o desechos de diversa ¨ªndole que taponar¨ªa la rotura y forzar¨ªa la puesta en marcha de la v¨¢lvula de sellado que no funcion¨® en su momento-.
Admitiendo que era consciente de la frustraci¨®n entre los ciudadanos que estaba creando la incapacidad de la compa?¨ªa para controlar el desastre, Suttles s¨®lo ha acertado decir: "Somos una de los mayores compa?¨ªas internacionales. Tenemos los mejores instrumentos para trabajar bajo el mar. No creo que nadie sea capaz de hacerlo mejor que nosotros".
Pero la Administraci¨®n de Barack Obama -de nuevo- parece dar muestras de impaciencia aunque luego no la plasme en actuaciones concretas. En la noche del domingo, el secretario de Interior (responsable de supervisar los recursos naturales del pa¨ªs), Ken Salazar, puso en duda que BP sepa lo que est¨¢ haciendo. "Si descubrimos que no est¨¢n haciendo lo que se supone que deber¨ªan hacen, los presionaremos para que se aparten" del caso, dijo Salazar desde Houston -donde se encuentra el cuartel general de BP- y antes de iniciar una gira de supervisi¨®n que le llevar¨ªa a toda la zona afectada. "Estoy enfadado y estoy frustrado", confes¨® Salazar. "Treinta y tres d¨ªas despu¨¦s de iniciadas las operaciones de contenci¨®n, [BP] ha fracasado en todas las fechas l¨ªmites que se le han impuesto".
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