BP intenta frenar la fuga con robots submarinos
El vertido del Golfo duplica ya el del petrolero 'Exxon Valdez'
La comparaci¨®n que m¨¢s se maneja es la del malo de la pel¨ªcula que nunca se muere; que, cuando parece que el bueno ya ha acabado con ¨¦l, recupera fuerzas y ataca de nuevo. Seis semanas despu¨¦s de la explosi¨®n y hundimiento en el golfo de M¨¦xico de una plataforma petrol¨ªfera propiedad de BP, el crudo sigue brotando sin control y el intento m¨¢s ambicioso por frenarlo se ha declarado fracasado. Era el tercero. La tarea es una misi¨®n casi imposible. Para lograr matar el escape de petr¨®leo de la tuber¨ªa rota, los ingenieros de BP deben lograr que los robots submarinos acierten sobre una diana de menos de 18 cent¨ªmetros que se encuentra a m¨¢s de cinco kil¨®metros bajo el mar. Pesadillesco.
Las cifras aportadas por el Gobierno -BP no ofrece ninguna, la compa?¨ªa sabe que las indemnizaciones que tendr¨¢ que pagar depender¨¢n de los litros de crudo que se hayan derramado- hablan de entre 70 y 150 millones de litros de petr¨®leo desde que comenz¨® el vertido. Un desastre que ya es dos veces superior al provocado por el petrolero Exxon Valdez frente a las costas de Alaska en 1989, seg¨²n los expertos.
Fracasado el conocido como top kill -intento de sellar la fuga con cemento y lodos pesados- los norteamericanos utilizan ahora con soltura durante la hora de la cena mientras contemplan las noticias t¨¦rminos nunca antes empleados en su lenguaje diario como v¨¢lvulas de seguridad, c¨²pula de acero, cristalizaci¨®n subterr¨¢nea o inyecci¨®n de basura. El siguiente paso tampoco invita demasiado al optimismo. En esta ocasi¨®n se trata de intentar alcanzar el foco de la fuga para capturar buena parte del petr¨®leo en el lecho marino y canalizarlo hacia la superficie para ser recuperado por barcos.
Pozo de auxilio
Fuentes de la compa?¨ªa han estimado que esta operaci¨®n -llamada Lower Marine Riser Package Cap o LMRP Cap- puede tardar entre cuatro y siete d¨ªas, y que este pr¨®ximo fin de semana se sabr¨¢ si ha sido fruct¨ªfera. De no ser as¨ª, de resultar un nuevo fracaso, la ¨²nica alternativa que quedar¨¢ es la que est¨¢ en marcha desde 10 d¨ªas despu¨¦s de iniciada la crisis y que podr¨ªa dar resultados positivos en el mes de agosto. El largo periodo de tiempo de esta soluci¨®n -la perforaci¨®n de un pozo de auxilio por el que desviar la fuga- es lo que ha hecho que mientras se desarrolla se intentaran otras opciones. Mientras, la marea negra crece y avanza.
La noticia del nuevo descalabro de BP llegaba justo un d¨ªa despu¨¦s de que el presidente Barack Obama visitara Luisiana -el Estado m¨¢s afectado por el vertido- para contrarrestar las cr¨ªticas que le llegan desde la opini¨®n p¨²blica y desde el Congreso. Cr¨ªticas que piden que la Casa Blanca desempe?e un mayor papel, quiz¨¢ que desbanque a la compa?¨ªa brit¨¢nica del control y tome las riendas de las operaciones de reparaci¨®n -a pesar de que la tecnolog¨ªa punta y los m¨¢s renombrados ingenieros est¨¢n a sueldo de BP.
Obama ha pasado el puente de Memorial Day, que concluye el lunes (d¨ªa en el que se conmemora a todos los hombres y mujeres que han perdido la vida mientras serv¨ªan en el Ej¨¦rcito de EE UU), retirado en Chicago con su familia. Desde all¨ª, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que se aseguraba que la cat¨¢strofe era "descorazonadora" y enfurec¨ªa al presidente. "No pararemos hasta que se contenga el vertido y las aguas y las costas est¨¦n limpias", ha asegurado Obama mientras BP planea atacar de nuevo a un monstruo que se niega a morir.
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