Los humanos ganan a los ordenadores
Un juego en red para resolver un problema biol¨®gico obtiene mejores resultados que un programa inform¨¢tico
Miles de jugadores en red, la mayor¨ªa no especializados, han demostrado resolver mejor la forma que adoptan las prote¨ªnas que los programas inform¨¢ticos m¨¢s avanzados, han hallado cient¨ªficos de la Universidad de Washington (en Seattle). Averiguar c¨®mo se pliegan las largas cadenas de amino¨¢cidos de las prote¨ªnas en la naturaleza -su estructura en tres dimensiones- es uno de los grandes problemas de la biolog¨ªa actual, al que numerosos equipos dedican enormes recursos inform¨¢ticos.
La estructura en tres dimensiones de una prote¨ªna es clave para comprender su funci¨®n biol¨®gica y para dise?ar f¨¢rmacos que interact¨²en con ella. Sin embargo la predicci¨®n por ordenador de la estructura de una prote¨ªna representa un desaf¨ªo muy grande porque hay que analizar un gran n¨²mero de posibilidades hasta alcanzar la soluci¨®n, que se corresponde con un estado ¨®ptimo de energ¨ªa. Es un proceso de optimizaci¨®n.
En la Universidad de Washington David Baker y sus colegas decidieron en 2005 iniciar un proyecto de computaci¨®n distribuida para aprovechar los tiempos muertos de los ordenadores de los voluntarios que se apuntaran. Se llamaba Rosetta@home y fue todo un ¨¦xito, como era de esperar tras el primero de este tipo, lanzado en 1999 por la organizaci¨®n SETI de b¨²squeda de vida extraterrestre. Sin embargo, pronto empezaron a llegar comentarios de algunos usuarios, que cre¨ªan que pod¨ªan hacer el trabajo m¨¢s deprisa de lo que lo hac¨ªa el ordenador. De hecho, los humanos todav¨ªa disponen de un talento mucho m¨¢s evolucionado para la manipulaci¨®n espacial que los ordenadores, recuerda Eric Hand en un comentario en la revista Nature, donde se comunica este experimento.
El caso es que Baker se apoy¨® en inform¨¢ticos para crear en 2008 un juego en red asociado a Rosetta@home, que llamaron Foldit (pli¨¦galo, en ingl¨¦s). En ¨¦l los jugadores compiten, colaboran, desarrollan estrategias, acumulan puntos y escalan niveles, mientras manipulan prote¨ªnas simplificadas con herramientas intuitivas pero seg¨²n las reglas de la bioqu¨ªmica.
Para los jugadores que no saben nada de biolog¨ªa molecular se prepararon unos niveles de introducci¨®n, y se ha demostrado, seg¨²n los cient¨ªficos, que los mejores jugadores son en su mayor¨ªa, ajenos a la bioqu¨ªmica.
Para comprobar su pericia, los cient¨ªficos plantearon a los jugadores 10 problemas concretos de estructuras de prote¨ªnas que conoc¨ªan pero que no se hab¨ªan hecho p¨²blicas. Encontraron que en algunos de estos casos, concretamente cinco, el resultado alcanzado por los mejores jugadores fue m¨¢s exacto que el de Rosetta. En otros tres casos las cosas quedaron en tablas y en dos casos gan¨® la m¨¢quina.
Adem¨¢s, las colaboraciones establecidas entre algunos de los jugadores dieron lugar a todo un nuevo surtido de estrategias y algoritmos, algunos de los cuales se han incorporado ya al programa inform¨¢tico original. "Tan interesantes como las predicciones de Foldit son la complejidad, la variedad y la creatividad que muestra el proceso humano de b¨²squeda", escriben los autores del trabajo, entre los que figuran, algo ins¨®lito en un art¨ªculo cient¨ªfico, "los jugadores de Foldit".
"La integraci¨®n de la resoluci¨®n de problemas visual y la capacidad de desarrollar estrategias de los humanos en los algoritmos de computaci¨®n tradicionales a trav¨¦s de juegos en red interactivos constituye un enfoque nuevo y poderoso para resolver problemas cient¨ªficos para los que existen limitaciones computacionales", aseguran los autores. "Estamos en el inicio de una nueva era, en la que se mezcla la computaci¨®n de los humanos y las m¨¢quinas", dice Michael Kearns, un experto en el llamado pensamiento distribuido.
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