El Gobierno siembra la confusi¨®n sobre el destino del silo nuclear
En un d¨ªa fren¨¦tico, Sebasti¨¢n comunica a las comunidades que el almac¨¦n nuclear va a ir a Zarra, en Valencia, y La Moncloa le desaira y retrasa sin fecha la elecci¨®n
El Gobierno ha sembrado el desconcierto al comunicar a las comunidades valenciana y castellanomanchega que el almac¨¦n de residuos nucleares se instalar¨ªa previsiblemente en la localidad de Zarra (Valencia) para, horas despu¨¦s, negar que se hubiera producido una decisi¨®n oficial. Por la ma?ana, el ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, comunic¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, presidente de Castilla-La Mancha (PSOE), que pod¨ªa respirar tranquilo, ya que se opon¨ªa a ubicar el almac¨¦n en su comunidad. Tambi¨¦n ha intentado ponerse en contacto con Francisco Camps. Al no lograrlo, el secretario de Estado de Industria ha transmitido el mensaje al vicepresidente valenciano Vicente Rambla. La reacci¨®n desde Valencia ha sido de rechazo tajante. El Gobierno regional (PP) ha anunciado un recurso y ha acusado a La Moncloa -"nos quitan el agua y nos mandan los residuos"-, mientras el l¨ªder regional del PSOE, Jorge Alarte, expresaba a Sebasti¨¢n su opini¨®n contraria. En el Consejo de Ministros se fren¨® la decisi¨®n. El informe t¨¦cnico en que Sebasti¨¢n se ha basado da la mejor posici¨®n a Zarra, seguida de Asc¨® (Catalu?a), Yebra y Villar de Ca?as (ambas en Castilla-La Mancha).
El momento hab¨ªa llegado. Despu¨¦s de casi seis a?os en busca de un emplazamiento para el almac¨¦n nuclear, el Ministerio de Industria decidi¨® que, que pese a todos los problemas pol¨ªticos y manifestaciones en contra, ya ten¨ªa una decisi¨®n. Zarra, en Valencia, a 11 kil¨®metros de la nuclear de Cofrentes, 551 habitantes, con un alcalde expulsado del PSOE por denuncias de corrupci¨®n, era el municipio elegido para albergar una instalaci¨®n clave para Espa?a.
La tarde anterior, la comisi¨®n interministerial encargada de la selecci¨®n del emplazamiento fue convocada de urgencia. All¨ª hay representantes de Industria, Presidencia, Interior, Medio Ambiente, Salud, Econom¨ªa y Ciencia. Fue tal la premura que varios de sus miembros no pudieron acudir. Alguno desconoc¨ªa que hubiese existido la reuni¨®n. Desde junio, los miembros del comit¨¦ ten¨ªan orden de mantener libre su agenda los jueves por la tarde. La intenci¨®n era ver una noche el informe y aprobarlo en el Consejo de Ministros del d¨ªa siguiente. R¨¢pido y limpio. El 24 de junio ya recibieron una llamada, pero fueron desconvocados a ¨²ltima hora porque el ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, hab¨ªa pactado con el popular Crist¨®bal Montoro aplazar la decisi¨®n sobre el Almac¨¦n Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares, activos durante miles de a?os.
La comisi¨®n aprob¨® un informe elaborado por el Gobierno -el Comit¨¦ Asesor T¨¦cnico compuesto por profesores de Universidad no hab¨ªa dado puntuaciones ni listas en su dictamen previo- en el que se conclu¨ªa que hab¨ªa cuatro candidatos posibles con "escasas diferencias". Eran Zarra, Asc¨® (Tarragona), Yebra (Guadalajara) y Villar de Ca?as (Cuenca). La primera ten¨ªa 304 puntos y la cuarta, 272. La m¨¢xima puntuaci¨®n posible era de 500 puntos.
Con ese informe, Sebasti¨¢n comenz¨® por la ma?ana temprano una ronda de llamadas a presidentes auton¨®micos afectados. Antes de las diez ya hab¨ªa telefoneado a Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, el presidente socialista de Castilla-La Mancha. Le dijo que estuviera tranquilo, que ya que no lo quer¨ªa, el almac¨¦n nuclear no ir¨ªa a su comunidad, ni a Yebra ni a Villar de Ca?as, pese a que estaban "bien situados". Barreda se sinti¨® aliviado y sabore¨® lo que vio como una victoria. ?l se hab¨ªa empe?ado en contra del almac¨¦n y lleg¨® a manifestarse contra el Gobierno. "La manifestaci¨®n, las pancartas, los gritos eran que no quer¨ªamos el ATC", declar¨® Barreda por la tarde. Barreda y Sebasti¨¢n se enfrentaron p¨²blicamente en enero pasado cuando el ministro afirm¨® a este diario que la opini¨®n de Barreda sobre el tema no ten¨ªa ninguna importancia.
Despu¨¦s le toc¨® el turno al presidente valenciano, Francisco Camps. Sebasti¨¢n le llam¨® seis veces durante la ma?ana, pero Camps no se puso al tel¨¦fono, para sorpresa e irritaci¨®n del ministerio. Camps presidi¨® a primera hora la reuni¨®n semanal de su Gobierno, que concluy¨® en torno al mediod¨ªa. Despu¨¦s recibi¨® en audiencia al comit¨¦ organizador del XVIII Congreso Internacional de las Familias y m¨¢s tarde a los miembros de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, que le presentaron la Copa del Mundo ganada en Sud¨¢frica por la selecci¨®n.
Camps ha eludido pronunciarse contra el ATC. Durante meses apunt¨® que lo aceptar¨ªa. El pasado 17 de febrero, el consejero de Gobernaci¨®n de la Generalitat Valenciana, Seraf¨ªn Castellano, respondi¨® que el Gobierno de Camps era "absolutamente respetuoso con la autonom¨ªa local" y que sobre este tema respetar¨ªa "de manera escrupulosa las competencias de las distintas administraciones, en este caso, la local y la estatal".
Antes del verano, sin embargo, el Gobierno de Camps se opuso. Con la negativa de Camps, el Ejecutivo se encontraba con que, oficialmente, ninguna autonom¨ªa quer¨ªa la instalaci¨®n. S¨ª hab¨ªa alcaldes interesados -nueve peque?os pueblos llegaron a la ¨²ltima criba- pero sus presidentes auton¨®micos se opon¨ªan.
Como Camps no respond¨ªa a las llamadas, el secretario de Estado de Energ¨ªa, Pedro Mar¨ªn, llam¨® al vicepresidente valenciano Vicente Rambla, y le dijo que el Consejo de Ministros que estaba a punto de empezar tratar¨ªa el informe y que Zarra estaba en "buena posici¨®n".
Ni el presidente extreme?o, el socialista Guillermo Fern¨¢ndez Vara, ni el de Castilla y Le¨®n, el popular Juan Vicente Herrera, recibieron el aviso de que no ir¨ªa a los pueblos candidatos de sus regiones. Fuentes de la Generalitat de Catalu?a explican que "hace d¨ªas" Sebasti¨¢n le comunic¨® a Montilla que no ir¨ªa a Asc¨®, aunque fuentes del sector no descartan que, si la decisi¨®n se toma despu¨¦s de las elecciones catalanas, el ATC termine all¨ª.
Desde Valencia, las llamadas se multiplicaron. El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, admite que estuvo en contacto con Sebasti¨¢n desde primera hora de la ma?ana. Alarte, que desde el principio se opuso a que el ATC fuera a la Comunidad Valenciana, le expres¨® su rechazo "frontal y contundente" a que fuera a Zarra. La conversaci¨®n fue especialmente tensa.
Los socialistas valencianos han presentado una veintena de iniciativas en la diputaci¨®n contra la instalaci¨®n y su implantaci¨®n all¨ª era vista como un tiro de gracia. "El Gobierno del PSOE nos quita el agua y nos manda los residuos nucleares", era la frase que comenzaron a lanzar los populares a los cuatro vientos.
Alarte llam¨® a la vicepresidenta primera del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, diputada por Valencia, para que intentara frenar la decisi¨®n y tambi¨¦n contact¨® con el vicepresidente tercero, Manuel Chaves. Alarte se?al¨® que el alcalde de Zarra, el independiente Juan Jos¨¦ Rubio, hab¨ªa sido expulsado del PSOE por corrupci¨®n, y que darle a su municipio una inversi¨®n de casi 1.000 millones de euros no era una buena idea.
Pero Sebasti¨¢n estaba decidido a sacarlo adelante. ?l har¨ªa lo que ni Montilla ni Joan Clos, sus predecesores en el cargo, lograron. Estos, cada vez que amagaban con la decisi¨®n, terminaban por dejarla en el caj¨®n ante el revuelo pol¨ªtico y social. En 1987, el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez intent¨® construir un cementerio nuclear en Castilla y Le¨®n y la bronca hizo que los socialistas perdieran la presidencia auton¨®mica. Gracias al cementerio lleg¨® a la Junta Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Desde entonces, cada intento de construir un ¨²nico almac¨¦n radiactivo, como tienen B¨¦lgica y Holanda, acab¨® en fracaso.
Sebasti¨¢n estaba decidido a romper con eso. Estaba convencido de que "habr¨ªa tortas" por acoger el almac¨¦n cuando pidi¨® alcaldes candidatos y ayer segu¨ªa convencido de que no habr¨ªa mayor problema. El tema no estaba en el orden del d¨ªa del Consejo de Ministros, ni hab¨ªa pasado el mi¨¦rcoles por la Comisi¨®n de Subsecretarios que prepara los temas que el viernes se analizan en Moncloa.
Sobre lo que ocurri¨® dentro de la reuni¨®n del Ejecutivo hay distintas versiones. Fuentes de Moncloa sostienen que no hubo un grave enfrentamiento. Otras fuentes se?alan que De la Vega se opuso y que tras una tensa reuni¨®n impuso su objetivo.
Sobre la una de la tarde, mientras el Consejo estaba reunido, el vicepresidente tercero del Ejecutivo valenciano, Juan Cotino, sali¨® a dar cuenta en rueda de prensa de la reuni¨®n del consejo de Gobierno auton¨®mico. All¨ª dio por hecho que el ATC ir¨ªa a Zarra: "Estamos en contra de una decisi¨®n del Gobierno de Espa?a tomada de una forma unilateral y la Generalitat recurrir¨¢ el acuerdo". La familia de Cotino tiene los terrenos en los que ir¨ªa el ATC, as¨ª que su aparici¨®n en contra de la instalaci¨®n fue especialmente disonante.
Cuando una hora despu¨¦s, De la Vega compareci¨® en Moncloa, el enredo era imparable. "El Consejo ha estudiado un amplio informe del Ministerio de Industria, pero la decisi¨®n no est¨¢ tomada. Se ha pedido alg¨²n informe complementario", declar¨® De la Vega con su habitual ritmo pausado. "Es un debate complejo que continuaremos la semana que viene tras completar el informe que se ha solicitado", a?adi¨® la vicepresidenta primera. "Un debate complejo que continuaremos la semana que viene" es una forma evidente de desairar al titular de Industria. De la Vega ni siquiera aseguraba que se vaya a decidir en siete d¨ªas.
El motivo alegado para retrasar la decisi¨®n es chocante. Oficialmente, el Gobierno quiere tener un informe jur¨ªdico que le garantice que una comunidad aut¨®noma no puede bloquear la instalaci¨®n de un almac¨¦n nuclear. Y es chocante porque desde hace m¨¢s de un a?o Sebasti¨¢n ha insistido en que no ten¨ªan ninguna opci¨®n de bloquear la selecci¨®n. El argumento de Industria era que esto es una decisi¨®n entre el Gobierno y los ayuntamientos implicados, y que bastaba con dar audiencia a las autonom¨ªas durante la tramitaci¨®n. Incluso alud¨ªa a una sentencia que le dio la raz¨®n ante la Junta de Castilla-La Mancha cuando el Gobierno del PP construy¨® en al nuclear de Trillo, en Guadalajara, un almac¨¦n nuclear.
El Congreso y el Senado ya hab¨ªan pedido al Ejecutivo que se coordinase con las autonom¨ªas. Apenas dos d¨ªas antes el Senado lo pidi¨® por unanimidad.
La alusi¨®n a las competencias auton¨®micas en el ¨²ltimo momento caus¨® sorpresa en algunas comunidades. Los barones socialistas llevan meses avisando al PSOE de que las formas de Sebasti¨¢n no eran las correctas. Barreda critic¨® que negociara con pueblos candidatos de su regi¨®n a sus espaldas; ?scar L¨®pez, de Castilla y Le¨®n, conoci¨® casi a la vez que la prensa que Industria hab¨ªa convencido a alcaldes del PSOE para que optaran al almac¨¦n; Montilla insisti¨® en que no se lo pod¨ªan colocar en Tarragona meses antes de las auton¨®micas, y Fern¨¢ndez Vara amenaz¨® con dimitir si iba a su territorio. "Industria ha actuado como si estuvi¨¦ramos en la Espa?a preauton¨®mica, como si fuera razonable tener relaciones directas sobre una cuesti¨®n tan importante con municipios peque?os puenteando a las comunidades. Los residuos nucleares son una cuesti¨®n de Estado, pero del Estado auton¨®mico", declar¨® Barreda el 30 de enero en este diario.
Con informaci¨®n Adolf Beltr¨¢n.
?Qu¨¦ supone ser el pueblo elegido para acoger el ATC?
La adjudicaci¨®n del Almac¨¦n Temporal Centralizado, que recibir¨¢ los residuos radiactivos de las centrales nucleares espa?olas, y el centro tecnol¨®gico asociado supondr¨¢ una inversi¨®n de 700 millones de euros y 500 empleos. Adem¨¢s, el Consistorio del municipio donde se ubique percibir¨¢ seis millones al a?o de forma directa.
Hasta ahora, cada nuclear guarda sus propios residuos, pero la vuelta de los de Vandell¨°s I enviados a Francia tras el cierre de la planta en 1989, prevista para 2011, el cierre de Garo?a y la saturaci¨®n de las piscinas apremia la b¨²squeda de un emplazamiento.
El fracaso en la construcci¨®n de un ¨²nico almac¨¦n nuclear implicar¨ªa que el Gobierno tendr¨ªa que levantar un almac¨¦n en cada central y uno m¨¢s complejo para los residuos de Vandell¨°s I. Eso supondr¨ªa un coste de unos 1.000 millones de euros m¨¢s que los 700 que cuesta el un almac¨¦n centralizado, seg¨²n fuentes de Industria.
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