?Contaminaci¨®n lum¨ªnica en plena crisis?
Nuevas im¨¢genes de la NASA confirman que Valencia es una de las ciudades m¨¢s contaminantes de toda Europa
Desde siempre la humanidad ha mirado el cielo nocturno y ante la magnitud del universo se ha planteado profundas y trascendentales cuestiones. Precisamente pensamos que de la contemplaci¨®n del cielo estrellado naci¨® la ciencia. La filosof¨ªa, las matem¨¢ticas, la geometr¨ªa, la religi¨®n, etc¨¦tera, tuvieron su origen en la profunda meditaci¨®n a que invita la contemplaci¨®n de un cielo oscuro y lleno de estrellas.
Saberse situar en la dimensi¨®n humana gracias a la contemplaci¨®n del universo es un ejercicio m¨¢s que saludable. Sin embargo, actualmente la ausencia del cielo estrellado desde nuestras ciudades nos instala en la mediocridad de una existencia poco trascendente ajena a nuestro verdadero entorno c¨®smico. Viviendo en una gran ciudad los est¨ªmulos para meditar sobre nuestra propia existencia quedan pr¨¢cticamente relegados a un segundo t¨¦rmino al no poder contemplar el firmamento como lo hicieron nuestros antepasados.
Somos muchos los que desde nuestra condici¨®n de profesionales en la ense?anza y la investigaci¨®n o bien como simples aficionados al cielo nocturno, hemos constatado que ese problema parte de un nuevo tipo de alteraci¨®n del medio ambiente: la excesiva contaminaci¨®n lum¨ªnica del cielo, producida por la dispersi¨®n de la luz artificial en los gases y part¨ªculas del aire debido a un alumbrado artificial poco o nada eficaz.
Podemos ejemplificar cu¨¢n grave es el problema en im¨¢genes recientes de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica tomadas desde el espacio por los astronautas de la NASA, que muestran varias ciudades que contaminan enormemente, principalmente por este orden: Valencia, Madrid, Sevilla, Zaragoza, Granada, etc¨¦tera... Es especialmente preocupante el problema en Valencia que puede decirse es una de las ciudades m¨¢s contaminantes de toda Europa. Esto ya lo denunciamos hace ocho a?os desde una universidad valenciana y fue refrendado por varios miles de ciudadanos sin que nadie se diese por aludido.
Habr¨ªa que explicar a algunos de nuestros mandatarios que la contaminaci¨®n lum¨ªnica no es ninguna banalidad y tiene f¨¢cil soluci¨®n. Emitir luz hacia el espacio es un desperdicio energ¨¦tico que provoca problemas de derroche energ¨¦tico y econ¨®mico, as¨ª como molestias a los vecinos por intrusi¨®n lum¨ªnica en todas aquellas viviendas situadas por debajo del nivel de las farolas (bajos, primeros pisos y a veces hasta terceros). Luces demasiado intensas y mal orientadas han sido identificadas por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico como fuente de accidentes en rotondas, autov¨ªas y dem¨¢s. En realidad, se produce una falsa sensaci¨®n de seguridad, ya que las luces excesivamente potentes llegan a deslumbrar, creando sombras mucho m¨¢s oscuras.
El derroche de luz crea confusi¨®n a animales nocturnos y migratorios, seg¨²n demuestran expertos de sociedades ornitol¨®gicas, a los que provocan taras o incluso la muerte de ejemplares de una gran variedad de especies. Entre las medidas urgentes a adoptar cabr¨ªa no instalar luces de globo sin pantalla ya que desperdician hasta el 50% de la luz que consumen al emitirla hacia arriba. Cabria tambi¨¦n dedicar atenci¨®n a no dirigir focos ni l¨¢seres (atenci¨®n discotecas de zonas tur¨ªsticas) hacia el cielo. Las poblaciones tur¨ªsticas deber¨ªan tambi¨¦n reducir la iluminaci¨®n en ¨¦pocas de poca afluencia.
No se trata de dejar nada a oscuras ni de impedir la expansi¨®n humana o nuevas instalaciones industriales. No se trata de reducir la seguridad que proporciona una iluminaci¨®n nocturna adecuada. Se trata simplemente de rentabilizar al m¨¢ximo la energ¨ªa y consumirla con eficiencia. Se trata de racionalizar el consumo energ¨¦tico, de usar bombillas de vapor de sodio de bajo consumo con pantallas para que iluminen el suelo y no el cielo, de reducir el alumbrado p¨²blico y de monumentos a partir de cierta hora de la noche en la que la actividad ciudadana en la calle desciende al m¨ªnimo, etc¨¦tera. En resumen, todas estas medidas intentan reducir un consumo imposible de asumir por las compa?¨ªas el¨¦ctricas que a menudo anuncian cortes en las ¨¦pocas de m¨¢s demanda. Fomentar las energ¨ªas alternativas: e¨®licas, solares y fotovoltaicas tambi¨¦n deber¨ªa contemplar una reforma coherente del alumbrado p¨²blico.
La lista de expertos que aconsejan la instalaci¨®n de alumbrado adecuado para evitar derroche, gasto p¨²blico y contaminaci¨®n lum¨ªnica es muy amplia y tambi¨¦n hace ¨¦nfasis en la necesidad de preservar el cielo nocturno para su explotaci¨®n cient¨ªfica. No cabe olvidar que tenemos observatorios astron¨®micos en diferentes lugares de la pen¨ªnsula cuyas condiciones nocturnas deber¨ªan ser preservadas. Entre los organismos que m¨¢s se han volcado figuran la Oficina T¨¦cnica para la Protecci¨®n de la Calidad del Cielo (OTPC) del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC), el Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa (IAA), el Colectivo Cel Fosc y varias decenas de asociaciones astron¨®micas.
En definitiva, pienso que esta profunda crisis nos debe hacer reflexionar. El ahorro energ¨¦tico puede, a su vez, permitir que nuestros j¨®venes recuperen su derecho a contemplar el espect¨¢culo nocturno que la humanidad ha tenido a su alcance hasta hace pocos a?os. Cabe invitar a las nuevas generaciones a sentir el v¨¦rtigo de la inmensidad y a maravillarse ante el firmamento estrellado, como una parte m¨¢s del medio ambiente que debemos legar inc¨®lume. Por todo lo anterior, sugiero que es buena hora para que los poderes p¨²blicos tomen iniciativas para evitar la degradaci¨®n del cielo en forma de contaminaci¨®n lum¨ªnica. Desarrollar una normativa eficaz como la ya aprobada en algunas ciudades y autonom¨ªas de Espa?a y, sobre todo, vigilar su cumplimiento, ser¨¢ nuestro pr¨®ximo reto.
Josep M. Trigo Rodr¨ªguez es astrof¨ªsico en el Instituto de Ciencias del Espacio, CSIC-IEEC. En 2002 promovi¨® un Manifiesto a favor del Cielo Oscuro en la Comunidad Valenciana refrendado por varios miles de ciudadanos que no tuvo respuesta oficial.
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