Que no brille solo el lucero del alba
La contaminaci¨®n lum¨ªnica da?a el ambiente, la salud y es un problema para los astr¨®nomos - Las autonom¨ªas empiezan a frenar el derroche
Khalil Gibran se lo escribi¨® a su "adorada Mary" en los a?os veinte del siglo pasado. "?Qu¨¦ gran diferencia entre la luz que viene de arriba y la que viene de abajo!", se lamentaba el poeta liban¨¦s. Khalil Gibran le contaba a Mary lo "impresionante y bella" que ser¨ªa Nueva York bajo el brillo solo de la luna y las estrellas.
Casi un siglo despu¨¦s -y descartado ya el sue?o del escritor de dejar a oscuras a la ciudad de Nueva York, salvo apag¨®n accidental-, la luz que generan las ciudades se ha colado en la conciencia medioambiental. Forma parte de los problemas del denominado medio ambiente urbano, que las Administraciones intentan atajar. El ¨²ltimo ejemplo es el de Andaluc¨ªa, que acaba de aprobar un reglamento de protecci¨®n de la calidad del cielo nocturno, que prev¨¦ sanciones de hasta 60.000 euros para los que infrinjan las restricciones que se imponen en la norma y que incluye los anuncios luminosos.
La luz que se genera en un punto llega a cientos de kil¨®metros
Andaluc¨ªa prev¨¦ sanciones de hasta 60.000 euros por alumbrar de m¨¢s
El 63% del alumbrado no cumple con la eficiencia energ¨¦tica
Esta poluci¨®n reduce la creaci¨®n de melatonina, un anticancer¨ªgeno
Catalu?a, Baleares y Navarra son las pioneras en la protecci¨®n del cielo
Andaluc¨ªa proh¨ªbe la luz artificial en las playas no urbanas
Los efectos de la contaminaci¨®n son bastante sencillos de detectar. Como cada agosto, los restos de polvo del cometa Swift-Tuttle desencadenan un curioso fen¨®meno en el firmamento, la lluvia de estrellas conocida como las Perseidas o L¨¢grimas de San Lorenzo. Pero verla es cada vez m¨¢s complicado, sobre todo, en las grandes urbes. "En 20 a?os hemos perdido en Espa?a una magnitud aparente", se?ala David Galad¨ª, astr¨®nomo del Observatorio de Calar Alto (Almer¨ªa): es decir, vemos menos estrellas que nuestros abuelos, que pod¨ªan observar a simple vista objetos hasta tres veces menos brillantes.
El principal enemigo de los observatorios astron¨®micos es la contaminaci¨®n lum¨ªnica. "Cuando obtenemos un dato tenemos que descontar el efecto brillo del cielo, que cada vez se acent¨²a m¨¢s por la explosi¨®n urban¨ªstica", indica Galad¨ª. Pero las observaciones astron¨®micas no solo se ven afectadas por los alumbrados instalados cerca de los telescopios. "Esta contaminaci¨®n se genera en un punto pero sus efectos llegan a cientos de kil¨®metros de distancia", a?ade Galad¨ª, quien tambi¨¦n es coordinador en Andaluc¨ªa de Cel Fosc, asociaci¨®n de lucha contra este tipo de poluci¨®n: "A Calar Alto le afectan las luces de Almer¨ªa (situada a 50 kil¨®metros), de Baza y de Macael".
El problema de los observatorios astron¨®micos fue el que hizo que empezara la preocupaci¨®n por esta clase de contaminaci¨®n. La primera norma en Espa?a para proteger las noches data de 1988, la denominada Ley del Cielo de Canarias. La aprob¨® el Congreso de los Diputados para intentar blindar el Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, uno de los puntos de referencia para la investigaci¨®n astron¨®mica internacional.
Pero el reto ahora es trascender el ¨¢mbito puramente cient¨ªfico y concienciar a toda la poblaci¨®n sobre los problemas que acarrea esta contaminaci¨®n, que rebasa lo que cl¨¢sicamente se ha considerado conservaci¨®n del medio ambiente.
El nuevo reglamento andaluz surge del desarrollo de la Ley de Gesti¨®n Integral de la Calidad Ambiental de Andaluc¨ªa (Gica) y de la ley estatal 34/2007, cuya disposici¨®n adicional cuarta insta a todas las comunidades aut¨®nomas a prevenir y reducir este tipo de contaminaci¨®n. Actualmente, no existe una directiva europea sobre esta forma de poluci¨®n, por lo que el Gobierno central deja en manos de las Administraciones auton¨®micas la regulaci¨®n del problema, se?ala el Ministerio de Medio Ambiente.
La primera comunidad que abord¨® este asunto fue Catalu?a, que aprob¨® una ley en 2001 y la desarroll¨® a trav¨¦s de otro reglamento en 2005. La norma ha tenido algunos problemas en su tramitaci¨®n pero, seg¨²n la Generalitat, en los ¨²ltimos a?os ha provocado que se dejen de emitir 28 millones de kilol¨²menes por hora, lo que significa que se emite un 60% menos que en 2006. Este ahorro equivale a dejar de emitir a la atm¨®sfera 85.000 toneladas de CO
2. Por su parte, los t¨¦cnicos de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de Andaluc¨ªa que han elaborado el nuevo reglamento estiman que, gracias a esta norma, se dejar¨¢n de emitir 37.400 toneladas de di¨®xido de carbono al a?o.
El frente del derroche energ¨¦tico es el que han elegido algunas Administraciones para tratar de concienciar sobre este problema a la sociedad, mucho m¨¢s sensible a otros tipos de contaminaci¨®n urbana como, por ejemplo, los ruidos. "La contaminaci¨®n lum¨ªnica es la m¨¢s desconocida, en el caso de la ac¨²stica tenemos una mayor presi¨®n social", reconocen desde la direcci¨®n general de Cambio Clim¨¢tico y Medio Ambiente Urbano de la Junta de Andaluc¨ªa: "Estamos iniciando el camino para que la sociedad pida que no se derroche".
"Con el alumbrado ocurre igual que cuando lleg¨® el agua corriente a los pueblos y el alcalde colocaba una fuente de la que sal¨ªa agua durante 24 horas como un signo de prosperidad", a?ade Galad¨ª. "Ahora ser¨ªa considerado una obscenidad". En opini¨®n de este astr¨®nomo, en Espa?a existe una "visi¨®n de nuevos ricos" respecto al alumbrado: "Cuantas m¨¢s bombillas, m¨¢s bonito nos parece todo".
Al margen del derroche energ¨¦tico, la contaminaci¨®n lum¨ªnica afecta a los ciclos vitales y a los comportamientos de especies animales y vegetales con h¨¢bitos de vida nocturnos. Al ser humano tambi¨¦n le provoca molestias como la fatiga visual, la ansiedad y alteraciones del sue?o. Seg¨²n explica ?ngeles Rol de Lama, profesora de Fisiolog¨ªa y miembro del Laboratorio de Cronobiolog¨ªa de la Universidad de Murcia, la luz durante las noches tambi¨¦n afecta a la gl¨¢ndula pineal, localizada en el cerebro y que desempe?a un papel fundamental en el reloj biol¨®gico en los vertebrados.
Esta peque?a gl¨¢ndula produce y libera en el cuerpo humano la hormona melatonina, pero lo hace en mayor cantidad durante las noches y en momentos de oscuridad, seg¨²n esta investigadora. La melatonina est¨¢ considerada como un agente anticancer¨ªgeno que frena el inicio y progresi¨®n de algunos tumores. Tambi¨¦n es una mol¨¦cula antioxidante que frena el envejecimiento de las c¨¦lulas y la aparici¨®n de enfermedades degenerativas. En concreto, la contaminaci¨®n lum¨ªnica provoca "un aumento del riesgo" en determinados tipos de c¨¢ncer como el de pr¨®stata, mama y colo-rectal. "Una investigaci¨®n realizada en Israel con fotograf¨ªas por sat¨¦lite, combinadas con otros factores de riesgo, se?ala como las zonas con m¨¢s incidencia de estos tipos de c¨¢ncer son las m¨¢s iluminadas", a?ade Rol de Lama.
El problema con esta forma de poluci¨®n no solo se genera por el elevado n¨²mero de bombillas, sino tambi¨¦n por la configuraci¨®n de las luminarias. Muchas de las farolas de los municipios alumbran por igual las aceras y el cielo, algo absurdo. El nuevo reglamento andaluz, por ejemplo, da un plazo de tres a?os para eliminar las luminarias que emitan m¨¢s de un 25% de luz sobre el plano horizontal. Seg¨²n Fernando Ib¨¢?ez, presidente del Comit¨¦ Espa?ol de Iluminaci¨®n (CEI), el 63% de los sistemas de alumbrado que hay en Espa?a no cumplen con los rangos de eficiencia energ¨¦tica. "Estamos en el buen camino, pero queda mucho que hacer con las instalaciones antiguas", a?ade Ib¨¢?ez.
La contaminaci¨®n lum¨ªnica se genera por la mala orientaci¨®n de las luminarias y por los rangos espectrales que se utilizan de forma innecesaria. En la reglamentaci¨®n andaluza, por ejemplo, est¨¢ previsto que en dos a?os desaparezcan todas las l¨¢mparas que no sean monocrom¨¢ticas en las zonas oscuras, denominadas en la legislaci¨®n como E1. "Las luces naranjas son las menos agresivas (...) Las blancas son las peores, porque sus efectos llegan m¨¢s lejos y generan m¨¢s contaminaci¨®n", explica Galad¨ª. La norma andaluza tambi¨¦n proh¨ªbe el uso de l¨¢ser y led que emitan por encima del plano horizontal o la utilizaci¨®n de aerostatos por las noches con fines publicitarios.
Las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas que deben cumplir las instalaciones de alumbrado exterior son comunes para todo el pa¨ªs y est¨¢n recogidas en el real decreto 1890/ 2008, que aborda la eficiencia energ¨¦tica en este tipo de iluminaci¨®n. Sin embargo, las restricciones y reglamentos los deben elaborar las comunidades aut¨®nomas. Catalu?a, Islas Baleares, Navarra, Cantabria y Andaluc¨ªa son las pioneras en este asunto. Otras, como Castilla y Le¨®n, Murcia o Valencia tienen m¨¢s o menos avanzadas sus regulaciones.
Todas las normativas auton¨®micas parten de la zonificaci¨®n en cuatro grandes ¨¢reas. Las m¨¢s restrictivas son las zonas oscuras o E1, donde el uso de la iluminaci¨®n artificial est¨¢ muy restringido. En el caso andaluz se consideran ¨¢reas oscuras los espacios naturales protegidos. Los reglamentos tambi¨¦n blindan determinados puntos de referencia. En el texto catal¨¢n el punto de referencia es el observatorio astron¨®mico de Montsec. En el andaluz, los observatorios de Sierra Nevada y Calar Alto.
Luego, cada regi¨®n concreta sus propias limitaciones. Por ejemplo, en Catalu?a y Navarra se proh¨ªbe la "iluminaci¨®n permanente" de las pistas de esqu¨ª. En Andaluc¨ªa, se intenta poner coto a la iluminaci¨®n ornamental de monumentos durante el horario nocturno y el alumbrado de playas y costas, "a excepci¨®n de aquellas integradas f¨ªsica y funcionalmente en los n¨²cleos de poblaci¨®n". La Junta de Andaluc¨ªa ha incluido en su reglamento excepciones que podr¨¢n establecer los Ayuntamientos, que son los que, al final, tienen que aplicar las restricciones a trav¨¦s de sus ordenanzas. Y en los municipios muchas veces no se dispone de t¨¦cnicos especializados en este tipo de asuntos medioambientales ni de recursos. Aqu¨ª es donde suele fallar la aplicaci¨®n de las normas sobre contaminaci¨®n lum¨ªnica.
El Ayuntamiento de T¨¢rrega (Lleida) fue de los primeros en aprobar una ordenanza de protecci¨®n del cielo en 1998. Poco a poco, m¨¢s corporaciones se han ido sumando a este tipo de iniciativas. En el caso andaluz, el nuevo reglamento obligar¨¢ a los 771 municipios de la comunidad a aprobar una ordenanza de protecci¨®n del cielo y as¨ª lograr que las noches sean m¨¢s oscuras y se pueda contemplar algo m¨¢s que el lucero del alba.
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