Una de cada cuatro personas es adicta a Internet, el trabajo o las compras
Las nuevas tecnolog¨ªas lideran la lista de nuevos afectados (15%), pero solo la ludopat¨ªa se considera enfermedad mental (3%)
Aunque solo el juego sin control o ludopat¨ªa se considera enfermedad mental, los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria alertan del incremento de pacientes con alg¨²n tipo de trastorno en la conducta asociado a otras adicciones sin sustancia, como son Internet, el tel¨¦fono m¨®vil, el trabajo o las compras. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud cifra en un 25% la poblaci¨®n afectada por alguna de ellas, uno de cada cuatro espa?oles.
Internet lidera la lista de adicciones que m¨¢s han crecido en los ¨²ltimos a?os, afectando a un 15% de la poblaci¨®n (sobre todo a menores de 25 a?os), donde las redes sociales, como Facebook o Twitter, han sustituido a los chats. Adem¨¢s, la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria (Semergen) estima que "cada 10 a?os podr¨ªa incrementarse un 5% el n¨²mero de casos". Le sigue la adicci¨®n al tel¨¦fono m¨®vil (10%), al trabajo (10%), las compras (5%) o al juego (3%).
Javier Garc¨ªa Campayo, psiquiatra del hospital Miguel Servet de Zaragoza, durante la presentaci¨®n de un curso de formaci¨®n a m¨¦dicos de cabecera organizado por la sociedad, considera adicci¨®n a Internet "cuando alguien pasa m¨¢s de tres horas al d¨ªa navegando por la Red, y no es por trabajo", mientras que la adicci¨®n al trabajo se puede identificar "cuando se le dedican m¨¢s de 50 horas semanales". Un tiempo que suele quitarse de otras actividades, lo que termina por arruinar la vida social del adicto.
Un diagn¨®stico complejo
Seg¨²n esta sociedad de m¨¦dicos, el perfil cl¨ªnico del paciente es similar al que presenta un toxic¨®mano. "En lugar de alcohol u otras drogas, estos pacientes hacen un uso excesivo del m¨®vil, por ejemplo", ha dicho Jos¨¦ ?ngel Arbes¨², coordinador mental de Semergen. "Suelen ser personas impulsivas, introvertidas y con baja autoestima", sintetiza el doctor.
El problema para diagnosticar estas adicciones radica en la dificultad para establecer un l¨ªmite entre lo que se considera normal y aquello que se convierte en patol¨®gico. Lo que inicialmente es placentero, adem¨¢s de estar m¨¢s aceptado socialmente, se convierte m¨¢s adelante en necesidad. El afectado, que no se identifica como tal, dedica todo el tiempo y esfuerzo econ¨®mico a satisfacer su adicci¨®n para calmar el s¨ªndrome de abstinencia. "He llegado a tener pacientes que si no les suena el m¨®vil cada 15 minutos se consideran unos fracasados socialmente", dice el psiquiatra.
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