D¨¦jalo de una vez, Sam
En Espa?a hay 11 millones de fumadores, y con la Ley Antitabaco m¨¢s de la mitad ha pensado en abandonar esta adicci¨®n. Para lograrlo hay que querer (de verdad) y saber c¨®mo. Las t¨¦cnicas psicol¨®gica y farmacol¨®gica son las ¨²nicas cient¨ªficamente probadas
Lleva tres a?os sin fumar y su salud ha mejorado tanto que espera no volver. A sus 39 a?os, para Gemma Vidal el tabaco se hab¨ªa convertido en un boleto seguro para ganarse cada invierno varios resfriados terribles, dolores de cabeza todas las tardes y una piel irritada. Eso sin contar lo que se gastaba. Lo dej¨® siguiendo un programa de deshabituaci¨®n en su ambulatorio, con parches y algunas sesiones de apoyo. Escogi¨® una fecha se?alada: fum¨® su ¨²ltimo cigarrillo antes de tomar las uvas en el fin de a?o de 2006. "En la fiesta, todos me hac¨ªan cachondeo invit¨¢ndome a fumar. Creo que aguant¨¦ porque soy muy cabezota", bromea.
Diferente es el caso de Antonio Gonz¨¢lez, que sufri¨® una angina de pecho hace apenas dos meses. Empez¨® un programa para dejarlo estando ya ingresado en el hospital de Bellvitge. Contin¨²a asistiendo a la unidad de tabaquismo del centro. Utiliza parches y chicles de nicotina. Tambi¨¦n ha cambiado las rutinas que asocia al cigarrillo, pero no puede dejarlo. "Tengo muchos problemas y me tranquiliza". Dice que est¨¢ contento porque fuma menos, cinco cigarrillos al d¨ªa. Pero los especialistas coinciden en que no es manera, que cualquier d¨ªa volver¨¢.
Solo un 5% de los que intentan dejarlo por s¨ª solos lo consigue
Las crisis se dan a la semana, a los dos meses y al a?o de abstinencia
El tratamiento que m¨¢s ¨¦xito tiene, el m¨¦dico, dura entre 8 y 12 semanas
Los cigarrillos electr¨®nicos pueden generar sustancias t¨®xicas
En Espa?a hay unos 11 millones de fumadores, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). La Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica (Separ) estima que con la reforma de la ley del tabaco, m¨¢s de la mitad ha manifestado en alg¨²n momento que tiene intenciones de dejarlo. Ponerse en manos especializadas es el primer paso. Entre los que lo intentan solos, las tasas de ¨¦xito son bajas, entre un 3% y un 5%, seg¨²n datos del British Journal of Medicine (BMJ).
En manos de especialistas
La mayor¨ªa de exfumadores ha intentado dejarlo m¨¢s de una vez. Hay tantas formas de dejar de fumar como fumadores, afirma Cristina Pinet, al frente de la unidad de tabaquismo del hospital de Sant Pau. Pero entre los que abordan el reto acompa?ados por especialistas se dan las mayores tasas de ¨¦xito. "Lo primero es consultar con el m¨¦dico", explica Pinet. Y estar convencido de querer dejarlo.
Los especialistas consideran que solo se puede calificar a alguien de exfumador cuando lleva un a?o sin probar ni un cigarrillo. Durante ese tiempo se suceden los s¨ªntomas f¨ªsicos y psicol¨®gicos del s¨ªndrome de abstinencia que sufre un cuerpo que pide nicotina. Se puede sentir una larga lista de s¨ªntomas: mareos, ansiedad, depresi¨®n, irritabilidad, trastornos del sue?o, dificultades para concentrarse, dolores de cabeza, cansancio, aumento del apetito, estre?imiento y tos. Como todo s¨ªndrome de abstinencia, se pasa por etapas distintas. Los momentos m¨¢s cr¨ªticos del craving (mono) aparecen a la semana, al cabo de dos meses y tras un a?o sin fumar.
Las mayores tasas de ¨¦xito est¨¢n entre quienes siguen programas de deshabituaci¨®n tab¨¢quica conducidos por profesionales, explica Mauricio Orozco-Levi. Y los que m¨¢s, quienes aplican la terapia psicol¨®gico-cognitiva, para modificar los h¨¢bitos y comportamientos asociados con el tabaco, con los f¨¢rmacos. Los estudios muestran que el 40% de las personas que se ponen en manos de profesionales y utilizan la terapia combinada tiene ¨¦xito, dice Pinet.
El cerebro
"Dejar de fumar es muy f¨¢cil, yo lo he dejado ya como 100 veces". La cita es del escritor Mark Twain. Si estuviese entre nuestros contempor¨¢neos, en cada una de estas veces podr¨ªa haber aplicado una opci¨®n distinta. Podr¨ªa haber le¨ªdo los muchos libros de autoayuda especializados. Podr¨ªa haber probado t¨¦cnicas de acupuntura, sesiones de hipnosis, cigarrillos electr¨®nicos o los diferentes tratamientos farmacol¨®gicos que se pueden abordar por libre o con el apoyo y el seguimiento de una unidad antitabaco.
Pero el primer paso, sea cual sea la opci¨®n elegida para superar la adicci¨®n, es reconocerse como adicto. Los expertos creen que a¨²n hoy la sociedad considera el tabaquismo como un h¨¢bito, mientras que la ciencia ha demostrado que la dependencia y el s¨ªndrome de abstinencia que genera se rigen por mecanismos similares a los de otras adicciones. "Es una adicci¨®n a un alcaloide, igual que ocurre con la coca¨ªna. En este caso se trata de la nicotina, a la que hay que sumar otras 3.000 sustancias diferentes", explica Mauricio Orozco-Levi, jefe cl¨ªnico de neumolog¨ªa del hospital del Mar de Barcelona. "La adicci¨®n es algo que ocurre en el cerebro", a?ade el especialista. Con el tabaco, los circuitos relacionados con el placer se ven alterados. Su consumo incide directamente en los niveles de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.
Los expertos coinciden en que no todos los fumadores pueden meterse dentro del mismo saco, cada caso requiere una atenci¨®n personalizada de la adicci¨®n. No todas las personas fuman el mismo tipo de tabaco y la composici¨®n de este determina la adicci¨®n, explica Orozco. No todo el mundo aspira ni retiene el humo durante el mismo tiempo. Tampoco se tienen las mismas motivaciones para fumar. "Adem¨¢s en la dependencia hay diferencias de g¨¦nero que hay que tener en cuenta. La dependencia a los alcaloides tiene que ver con el ambiente hormonal", a?ade.
Lo que funciona y lo que no
Para ser considerado como exfumador se debe pasar un a?o sin probar el tabaco. "Antes es un fumador en fase de desintoxicaci¨®n", explica Orozco. Durante el tratamiento se restablecen los mecanismos neurol¨®gicos y sociales que el tabaco hab¨ªa modificado.
Las ¨²nicas terapias que se ha comprobado cient¨ªficamente que funcionan son la farmacol¨®gica y la psicol¨®gica. Aunque existen casos de personas que lo han dejado por otras v¨ªas. "Los libros de autoayuda, por ejemplo, en realidad lo que hacen es modificar h¨¢bitos, algo imprescindible", explica Pinet.
En cuanto a la acupuntura o la hipnosis, "puede haber personas a las que les funcione, pero como sugesti¨®n. Hay que tener en cuenta que parte del ¨¦xito de un tratamiento est¨¢ en creer en ¨¦l, siempre hay un cierto efecto placebo", explica Pinet. La acupuntura, en todo caso, s¨ª puede contribuir a aligerar la ansiedad que genera el dejar de fumar.
En cuanto al uso del cigarrillo electr¨®nico, cuyas ventas se dispararon a ra¨ªz de la reforma de la Ley Antitabaco, el Comit¨¦ Nacional para la Prevenci¨®n del Tabaquismo ha advertido de que aunque contiene nicotina no es un dispositivo eficaz. No solo porque no permite tratar adecuadamente la adicci¨®n, sino porque genera un vapor que puede contener sustancias t¨®xicas y nocivas.
Los mayores ¨¦xitos se logran en las unidades especializadas. Se puede acudir a los centros de atenci¨®n primaria y a algunos hospitales. "Como con todas las drogas, en el tratamiento hay un aspecto fisiol¨®gico y otro psicol¨®gico. Hay que analizar las situaciones de riesgo, identificarlas y buscar estrategias para que el paciente las evite o las afronte", explica Pinet. La terapia puede ser individual o en grupo. Algunas comunidades, como la catalana, han puesto en marcha un servicio de atenci¨®n telef¨®nica que da pautas al fumador para que tome el control de las situaciones de riesgo.
Los f¨¢rmacos m¨¢s utilizados son los sustitutivos de la nicotina, en forma de parches, chicles o comprimidos: el bupropion (un antidepresivo) y la vareniclina. "Lo primero es considerar si hay alg¨²n motivo para que el paciente no pueda utilizar alguno", cuenta Pinet. Luego se le explican las caracter¨ªsticas de cada uno de ellos para que el paciente escoja cu¨¢l prefiere. Sea cual sea el que elija, el tratamiento acostumbra a durar entre ocho y 12 semanas, dependiendo del paciente.
Cuanto antes, mejor
Abandonar el tabaco cuanto antes supone ganar a?os de vida. Poco m¨¢s de la mitad de los fumadores lo dejan antes de morir, seg¨²n el BMJ. En muchos casos, la decisi¨®n llega cuando ya se han producido da?os irreparables, afirma Orozco-Levi. Otro estudio del BMJ brit¨¢nico demuestra que, pasados los 40 a?os, por cada a?o que se retrase la decisi¨®n de dejarlo se reducen tres meses la esperanza de vida. Por eso es vital animar a los fumadores a que lo dejen cuanto antes.
C¨®mo escoger el d¨ªa H
Todo fumador cuenta d¨ªa a d¨ªa el tiempo que lleva sin fumar. Observar c¨®mo se avanza es una de las recompensas que m¨¢s ayudan.
Por eso los especialistas recomiendan escoger una fecha adecuada para dejar de fumar.
Existen algunas claves para no acabar pronunciando la c¨¦lebre frase que el fallecido Lesli Nilsen pronunciaba en la pel¨ªcula Aterriza como puedas: "Escog¨ª un mal d¨ªa para dejar de fumar".
- Marque la fecha en el calendario.
- Evite que coincida con ¨¦pocas de estr¨¦s u otros eventos que favorezcan el consumo de tabaco.
- Comunique a sus amigos y familiares el d¨ªa que ha dejado oficialmente de fumar.
- Desh¨¢gase de todos los cigarrillos y ceniceros de la casa.
- Establezca un plan y escoja la terapia que va a seguir con constancia.
- Ensaye esta frase: "No, gracias, no fumo".
20 cigarrillos, ni uno m¨¢s ni uno menos
El cigarrillo contiene sustancias que hacen que se libere dopamina y serotonina, unos neurotransmisores relacionados con el placer. Las dosis de estas sustancias que hay en cada cigarrillo hacen que 30 minutos despu¨¦s de fumar uno bajen otra vez los niveles de los neurotransmisores. Mauricio Orozco-Levi, jefe de neumolog¨ªa del hospital del Mar de Barcelona, recuerda que a este ritmo, en un d¨ªa -quitando las horas de sue?o- el cuerpo pide tabaco unas 20 veces. Es decir, la cantidad de cigarrillos que contiene una cajetilla.
?Una econom¨ªa sin tabaco?
Seg¨²n los datos sobre venta de tabaco del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, entre enero y octubre de 2010 se recaudaron algo m¨¢s de 10.811 millones de euros por este concepto, lo que represent¨® un crecimiento del 3,18% en comparaci¨®n con los 10.477 millones de los 10 primeros meses de 2009.
Casi en forma de epitafio, Mauricio Orozco-Levi, jefe de neumolog¨ªa del hospital del Mar de Barcelona, resume: "Fum¨®, pag¨® impuestos y muri¨® joven, sin cobrar demasiada jubilaci¨®n, ni suponer mucho gasto para la Seguridad Social".
Seg¨²n el especialista, "si se prohibiese la venta del tabaco, el sistema de Seguridad Social no se sustentar¨ªa. Se ingresar¨ªan menos impuestos, se incrementar¨ªa la longevidad de la poblaci¨®n, con el gasto que ello supone, y se romper¨ªa el sistema de la Seguridad Social.
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