Los budas de Bamiyan estaban coloreados de rojo, blanco y azul
Expertos europeos y japoneses estudian los fragmentos de las dos grandes esculturas del siglo VI destruidas por los talibanes en Afganist¨¢n hace 10 a?os
Las dos monumentales estatuas de buda del valle de Bamiyan (Afganist¨¢n), datadas en el siglo VI y destruidas por los talibanes hace una d¨¦cada, empiezan a desvelar sus secretos a los cient¨ªficos que est¨¢n estudiando sus fragmentos desde hace un a?o y medio. En origen y antes de la conversi¨®n de la regi¨®n al islam, los dos budas eran de colores brillantes (uno de ellos, el mayor, en tonos rojizos y el otro en blanco) y se repintaron varias veces, con diferentes colores en el interior y el exterior de los ropajes, seg¨²n han averiguado los cient¨ªficos europeos y japoneses que est¨¢n examinando los restos. Tambi¨¦n han logrado una dataci¨®n exacta de las estatuas mediante espectrometr¨ªa de los materiales org¨¢nicos intercalados en las capas de arcilla, determinando que la estatua m¨¢s peque?a (de 38 metros de altura) fue construida entre 544 y 595, mientras que la m¨¢s alta (de 55 metros), entre 591 y 644.
Las dos estatuas estaban alojadas en nichos en un acantilado de un kil¨®metro de largo del valle de Bamiyan, en la Ruta de la Seda, y constituyeron, hasta el siglo X, el centro de un gran complejo budista. En 2001, los talibanes las destruyeron a tiros y con explosivos hasta convertirlas en varios cientos de fragmentos que los investigadores, trabajando en nombre de la Unesco, est¨¢n examinando. Los dos budas apenas hab¨ªan sido estudiados hasta ahora con t¨¦cnicas modernas de an¨¢lisis. Estos estudios, adem¨¢s, permiten evaluar la perspectiva de su reconstrucci¨®n, al menos en parte.
"Los budas estuvieron durante un tiempo intensamente coloreados", explica Erwin Emmerling, de la Universidad T¨¦cnica de Munich (TUM). Sus investigaciones han permitido desvelar que, antes de la conversi¨®n de la regi¨®n al islam, las estatuas fueron pintadas y repintadas, probablemente porque los colores se iban desvaneciendo. Las t¨²nicas estaban pintadas de azul oscuro en su interior y rosa y naranja brillante por fuera. Al final el buda grande estaba pintado de rojo y el peque?o de blanco, con el interior de la ropa en azul p¨¢lido en ambos casos, seg¨²n explican los especialistas de la TUM en un comunicado. Estos detalles de los an¨¢lisis confirman los relatos del siglo XI, que hablaban de un buda rojo y un monje blanco.
Las dos estatuas (la grande, de 12 metros de fondo, y la peque?a, de dos) fueron esculpidas directamente en la roca del acantilado quedando encajados en nichos. Pero los adornos se hicieron separadamente y se a?adieron con diferentes t¨¦cnicas. Eran adornos de arcilla aplicados en dos o tres capas con maestr¨ªa que asombra a los cient¨ªficos actuales: "Las superficies est¨¢n perfectamente lisas, algo que solo encuentras en materiales elaborados al horno como porcelana", explica Emmerling. Dentro de la arcilla hay paja que absorbe bien la humedad, pelos de animales que estabilizan el material y cuarzo y otros aditivos que evitan el agrietamiento. La capa de abajo est¨¢ sujeta con cuerdas amarradas a estaquillas de madera. Esta t¨¦cnica permit¨ªa al artesano aplicar capas gruesas, de hasta ocho cent¨ªmetros de grosor, "que han sobrevivido no solo 1.500 a?os, sino incluso a los efectos de las explosiones, en algunos fragmentos", dice Emmerling.
La cuesti¨®n de la conservaci¨®n y posible reconstrucci¨®n in situ de las dos piezas es controvertida. Se est¨¢ preparando una simulaci¨®n por ordenador, en tres dimensiones, de todo el acantilado con las estatuas en su posici¨®n original. Emmerling es esc¨¦ptico acerca de las posibilidades de rehacer la grande, la de 55 metros con 12 de fondo, mientras la peque?a tiene m¨¢s posibilidades. La idea, en cualquier caso, es recomponer los fragmentos m¨¢s que intentar una reconstrucci¨®n. La misma conservaci¨®n de los trozos es complicada y la restauraci¨®n de las figuras podr¨ªa chocar incluso con obst¨¢culos pol¨ªticos.
El equipo de Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Yacimientos, de la Unesco), que coordina todos los trabajos, ha recuperado y albergado todos los fragmentos de los budas en almacenes temporales en la zona y las piezas m¨¢s grandes se han protegido in situ. Pero es una soluci¨®n solo temporal, porque la piedra es una arenisca muy porosa y fr¨¢gil. Los especialistas no est¨¢n muy seguros del resultado que pudiera dar a largo plazo, en las condiciones climatol¨®gicas del valle de Bamiyan, las resinas sint¨¦ticas habituales en los trabajos de restauraci¨®n y se est¨¢n planteando utilizar una nueva t¨¦cnica de inyecci¨®n en la piedra de un compuesto de silicio. Las operaciones de conservaci¨®n de los fragmentos exigir¨ªan construir una peque?a planta en la misma zona de Bamiyan; la alternativa ser¨ªa transportar hasta laboratorios en Alemania unos 1.400 trozos de las esculturas de hasta dos toneladas algunos de ellos para los trabajos.
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