Identificados seis genes que determinan la evoluci¨®n de la infecci¨®n por el VIH
Un 8% de las personas tiene una predisposici¨®n a empeorar r¨¢pidamente.- El descubrimiento abre la puerta a nuevos enfoques terap¨¦uticos
De la gripe se dice que dura "siete d¨ªas con tratamiento, o una semana sin ¨¦l". Pero no es posible hacer un chiste parecido sobre le VIH. Uno de los hechos que m¨¢s han intrigado a los investigadores desde que se descubri¨® la infecci¨®n hace 30 a?os es la desigual evoluci¨®n que sufren las personas. Si se supone que no se toma medicaci¨®n, en unos el deterioro del sistema inmunitario es r¨¢pido -casi fulminante-, y las infecciones oportunistas aparecen en meses o en tres a?os como mucho. En otros, ocurre lo contrario: hay documentados casos de personas que llevan a?os (m¨¢s de 15) infectadas y que no han tenido un problema. En la mayor¨ªa, el deterioro empieza a hacerse visible alrededor de los cinco a?os despu¨¦s de la infecci¨®n. Cient¨ªficos del Instituto de Investigaci¨®n del Sida IrsiCaixa y del Departamento de Salud de Catalu?a han identificado seis genes que act¨²an en el primero de los grupos (los progresores r¨¢pidos), lo que abre la puerta a posibles tratamientos.
El estudio, que publica Journal of Clinical Investigation, se ha basado en 66 pacientes (la mitad espa?oles, la otra mitad en Suiza) de los que se sab¨ªa la fecha de la infecci¨®n y a los que se pudo seguir hasta que el deterioro de su sistema inmunitario (medido por la concentraci¨®n de gl¨®bulos blancos) lleg¨® al nivel en el que se necesitar¨ªa tomar medicaci¨®n (menos de 350 por mil¨ªmetro c¨²bico).
La primera sorpresa es que este grupo corresponde al 8% de la poblaci¨®n, una proporci¨®n m¨¢s elevada de lo que se cre¨ªa, lo que tiene importantes implicaciones en pol¨ªtica sanitaria, y refuerza la importancia de hacerse la prueba para acceder a la medicaci¨®n antes de que aparezcan complicaciones.
La segunda implicaci¨®n es que al conocer los genes, se podr¨¢ predecir la evoluci¨®n de una infecci¨®n en las personas, lo que permitir¨¢ adelantarse a sus peores efectos y adecuar el tratamiento.
Y la tercera, m¨¢s a largo plazo, es que conociendo los genes se pueden determinar los procesos implicados en el desarrollo de la infecci¨®n, lo que abre la puerta a tratamientos futuros.
Con este descubrimiento se cierra el ciclo que se inici¨® cuando hace ya m¨¢s de 10 a?os se describieron los casos contrarios: las personas que controlaban el virus sin necesidad de medicaci¨®n. Pero estos grupos, los no progresores (aproximadamente otro 8% de la poblaci¨®n), han resultado de poca utilidad de momento porque no se ha dado con una explicaci¨®n clara de lo que les sucede, y, por lo tanto, los posibles beneficios de ese conocimiento (repetir esas condiciones en el resto de la poblaci¨®n para protegerla de los efectos del virus) no se ha podido aplicar.
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