Condenados a seis y dos a?os los padres que practicaron la ablaci¨®n a su hija en Teruel
La sentencia demuestra que la mutilaci¨®n genital se realiz¨® en Espa?a
Los padres que practicaron una ablaci¨®n a su hija menor de un a?o en el pueblo de Alca?iz (Teruel) han sido condenados ambos en calidad de un delito por mutilaci¨®n genital a diferentes penas de c¨¢rcel: El padre a seis a?os y la madre a dos. La Audiencia no ha apreciado en el padre, Mamadou Darme, concurrencia de circunstancias modificativas de su responsabilidad penal, mientras que en la madre, Nyuma Sillah, s¨ª estima que ha concurrido un error de prohibici¨®n vencible, seg¨²n se lee en el fallo de la sentencia y por este motivo se le reduce la pena. Ambos han sido condenados tambi¨¦n a la inhabilitaci¨®n especial para el derecho de sufragio pasivo -priva al penado, durante el tiempo de la condena, del derecho a ser elegido para cargos p¨²blicos- y deber¨¢n satisfacer las costas procesales. Los acusados son naturales de Gambia aunque llevan cuatro a?os residiendo en dicho pueblo de la provincia de Arag¨®n.
La Fiscal¨ªa ped¨ªa seis a?os de prisi¨®n para cada progenitor, mientras que la defensa su absoluci¨®n argumentando que la ablaci¨®n se practic¨® en Gambia. El juicio oral tuvo lugar el pasado 8 de noviembre. La sentencia entiende como hechos probados que entre el 20 de noviembre de 2009 y 25 de mayo de 2010 ambos progenitores de com¨²n acuerdo directamente o bien a trav¨¦s de una persona de identidad desconocida contribuyeron a la ablaci¨®n, siendo el padre conocedor de la prohibici¨®n de esta pr¨¢ctica en Espa?a, conocimiento del que carec¨ªa la mujer.
Asimismo, indica que la ablaci¨®n tuvo que realizarse en Espa?a porque "las pruebas practicadas en el juicio son contundentes en este sentido" ya que el 20 de noviembre de 2009 se realiz¨® a la ni?a en el centro de salud la revisi¨®n de los seis meses, por parte la pediatra que le atend¨ªa, quien, siguiendo el protocolo marcado dentro del programa 'Ni?o sano', efectu¨® un examen detallado de la ni?a, que inclu¨ªa la exploraci¨®n de sus genitales y no observ¨® "nada anormal en los mismos" y as¨ª "lo hizo constar en su informe". Sin embargo, el 25 de mayo de 2010, cuando la madre de la menor llev¨® a su hija para que se le efectuara la revisi¨®n de los doce meses, tanto la m¨¦dico que la atendi¨® en primer lugar, como la pediatra que examin¨® a la menor a requerimiento de aqu¨¦lla, pudieron constatar que la ni?a carec¨ªa de cl¨ªtoris porque le hab¨ªa sido extirpado, presentando una cicatriz que evidenciaba que se le hab¨ªa practicado la mutilaci¨®n meses antes, aunque no se ha podido precisar la fecha concreta en que hab¨ªa tenido lugar.
Adem¨¢s la ni?a no ha realizado ning¨²n viaje en este periodo de tiempo ni fue llevada por su madre a la revisi¨®n obligatoria de los nueve meses que est¨¢ previsto dentro del programa "Ni?o Sano". Fue la m¨¦dico forense quien apreci¨® el 21 de junio de 2010 la cicatriz lineal y que est¨¢ ten¨ªa pocos meses de evoluci¨®n aparente. De esta forma, la sentencia rechaza el argumento de la defensa de que la ablaci¨®n se practic¨® en Gambia antes de que la ni?a viajara a Espa?a con su madre en el mes de septiembre de 2009, y que fueron los abuelos quienes la llevaron a un curandero para realiz¨¢rsela, sin que la madre pudiera tomar decisi¨®n alguna al respecto.
La legislaci¨®n espa?ola apunta, sobre la pr¨¢ctica de la mutilaci¨®n genital femenina, que el hecho de que "sean una pr¨¢ctica tradicional en algunos pa¨ªses de los que son originarios los inmigrantes en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea no puede considerarse una justificaci¨®n para no prevenir, perseguir y castigar semejante vulneraci¨®n de los derechos humanos". Por ello, La sentencia precisa que la ablaci¨®n del cl¨ªtoris persigue "controlar la sexualidad de la mujer y, adem¨¢s de la peligrosidad que conlleva, pues las condiciones en que se practica no suelen ser higi¨¦nicas, las afectadas padecen secuelas durante toda su vida", como "trauma, infecciones vaginales, lesiones renales, depresi¨®n, ansiedad, tumores, impidiendo todo tipo de gozo sexual y provocando dolor, en ocasiones extremo, en el momento de la penetraci¨®n y el parto". Y agrega, "resulta evidente que para la sociedad espa?ola la ablaci¨®n del cl¨ªtoris supone una de las pr¨¢cticas m¨¢s detestables que puede realizar una sociedad contra sus ni?as pues va en contra de la dignidad de las mujeres y de sus derechos como persona".
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