"Nos quedamos sin ?rtico"
Los cient¨ªficos advierten de que el volumen de hielo ha ca¨ªdo un 60% desde 2002 El cambio clim¨¢tico amenaza al ecosistema
El hielo del ?rtico es cada vez m¨¢s delgado y su extensi¨®n, menor. A finales de este verano la capa marina congelada cubr¨ªa 4,34 millones de kil¨®metros cuadrados, una superficie que se qued¨® muy cerca del r¨¦cord hist¨®rico de m¨ªnimos, el de 2007. Pero los cient¨ªficos sospechan que, en realidad, se super¨® esa marca, que la situaci¨®n fue peor que hace cuatro a?os por cantidad total de hielo, ya que ahora es m¨¢s delgado. "Lo que estamos viendo es que, en 10 a?os, entre 2002 y 2011, es mucho mayor la reducci¨®n de volumen, un 60%, que la de extensi¨®n, un 30%", explica Ed Ross, f¨ªsico de la empresa ASL Enviromental Sciences y de la Universidad de Victoria (Canad¨¢). ?La causa? No hay que buscar muy lejos: el calentamiento global. "En 20 a?os el incremento de temperatura registrado, por ejemplo, en la bah¨ªa de Hudson, es siete veces superior a la media del planeta; es algo que se aprecia a simple vista", afirma Vincent Warwick, director del Centro de Estudios N¨®rdicos (CEN), en Quebec.
Pero la p¨¦rdida de hielo en el oc¨¦ano del norte es m¨¢s compleja que la reducci¨®n de su tama?o. "El que se est¨¢ perdiendo es sobre todo el hielo viejo, y se forma el de un a?o, que es m¨¢s fr¨¢gil", explica Frederic Lasserre, investigador del CEN. Y esto tiene que ver con el adelgazamiento progresivo de la capa congelada, "porque el hielo viejo puede llegar a tener ocho o nueve metros de grosor, y el nuevo, unos tres", a?ade.
El hielo tiene unas propiedades muy interesantes, se?alaba el f¨ªsico Bruce Parsons (Instituto de Tecnolog¨ªa Oce¨¢nica, Canad¨¢) en el congreso Ocean Innovation 2011, celebrado en pleno ?rtico, en Iqaluit. "Al congelarse pierde densidad y flota (si no, el mar estar¨ªa congelado hasta el fondo) y es muy duro, buen aislante y muy quebradizo".
Para conocer su extensi¨®n total los sat¨¦lites son ¨®ptimos, pero medir el grosor es complicado, explica Ross. La perforaci¨®n es precisa, pero tiene la limitaci¨®n de ser puntual. "Lo com¨²n ha sido medir c¨®mo es de grueso el hielo del oc¨¦ano ?rtico con s¨®nar desde submarinos que navegan constantemente por debajo", a?ade este especialista. "Tambi¨¦n se pueden aplicar m¨¦todos electromagn¨¦ticos desde helic¨®pteros y, desde sat¨¦lites, l¨¢ser, radar y alt¨ªmetros para determinar el volumen de hielo que sobresale del agua". As¨ª, poco a poco, los cient¨ªficos van conociendo muy bien al menos algunas regiones ¨¢rticas, aunque, dicen, queda mucho por hacer para saber del conjunto.
El efecto del calentamiento no es menor en tierra, donde el permafrost (terreno congelado) es muy sensible. "En 1987, empezamos a realizar perforaciones en el permafrost en unos 50 lugares [en territorio del extremo norte]", explica Michel Allard (de la Universidad Laval, de Quebec). "Hemos constatado que la temperatura est¨¢ increment¨¢ndose y, en las zonas en las que hay deshielo superficial del terreno en verano, esa capa es cada vez m¨¢s profunda". Desde 1992, en la pen¨ªnsula de Quebec, que hasta entonces era una de las m¨¢s estables del planeta, se registra una de las tasas de calentamiento m¨¢s altas de la Tierra.
Una consecuencia es que proliferan los arbustos. "Esto tiene un efecto de retroalimentaci¨®n positiva del calentamiento", explica Allard, porque el terreno con esta vegetaci¨®n absorbe m¨¢s radiaci¨®n solar que la superficie helada, con lo que se refuerza la subida de la temperatura. Los arbustos, adem¨¢s, retienen m¨¢s nieve y aumentan su efecto aislante, impidiendo que se congele el suelo en muchas zonas que van colonizando los arbustos, con lo que se extiende esta vegetaci¨®n.
El CEN tiene en el ?rtico, en el Noroeste canadiense, 80 bases cient¨ªficas. La m¨¢s septentrional est¨¢ en Ward Hunt, el extremo del continente americano, se?ala ?milie Saulnier-Talbot, cient¨ªfica del centro, durante una visita organizada por el Gobierno canadiense. La base m¨¢s meridional est¨¢ en la bah¨ªa de Hudson, en lo que ellos llaman el final de la carretera. A partir de ah¨ª, hay 3.000 kil¨®metros de ?rtico hasta Ward Hunt y solo se puede viajar por aire, o por mar en verano.
La acelerada p¨¦rdida del permafrost influye, por ejemplo, en el mayor riesgo y coste de las infraestructuras y edificios, que se quedan en suelo inestable. Pero no solo. "Cuando se derrite el permafrost se forman lagos y prolifera en ellos actividad microbiana", concreta otra cient¨ªfica del CEN, Isabelle Lauri¨®n. Y esos lugares pasan de ser sumideros de carbono atrapado a emisores activos de gases de efecto invernadero liberados por la actividad de plantas y microorganismos. "Los parches de agua en el hielo est¨¢n aumentando y estos fen¨®menos poco conocidos pueden esconder un efecto grande de aceleraci¨®n del cambio clim¨¢tico", advierte Lauri¨®n. "El calentamiento es muy intenso en los polos y los cambios pueden ser dr¨¢sticos", asevera.
Sin duda los ecosistemas reaccionan ante las condiciones clim¨¢ticas cambiantes y el cient¨ªfico Luis Fortier pone varios ejemplos, desde los osos polares y las morsas, hasta el zooplancton marino, pasando por las focas. En Canad¨¢ hay unos 20.000 osos blancos en 12 poblaciones, dice. "Cada hembra necesita comer entre 50 y 55 focas (phoca hispida) al a?o para no pasar hambre y poder reproducirse", y esas focas se reproducen en el hielo, que cada vez es menos extenso. "Esto supone un serio riesgo para los osos". Tambi¨¦n las morsas afrontan problemas al retraerse la capa helada porque est¨¢n encima de las plataformas en aguas someras y se alimentan de animales del fondo, que resultan m¨¢s inaccesibles si la placa helada se aleja de la orilla, apunta Warwick.
Con menos hielo hay m¨¢s luz en el agua y, por tanto, mayor actividad fotosint¨¦tica y m¨¢s comida, en general, para todo el ecosistema marino, contin¨²a Fortier. Esto afecta al zooplancton y, por la cadena alimenticia, a numerosos animales, incluido el bacalao ¨¢rtico y la foca que se lo come. "Habr¨¢ un reemplazo de las especies ¨¢rticas por las m¨¢s generalistas. En 50 a?os habr¨¢ cambiado todo el ecosistema. Esto ser¨¢ en un tiempo m¨¢s parecido al norte del Atl¨¢ntico y del Pac¨ªfico", advierte. "Poco a poco nos vamos quedando sin ?rtico", sentencia Warwick.
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