La cumbre del clima se deja lo dif¨ªcil para 2015
Casi dos d¨ªas despu¨¦s de lo previsto, los 190 pa¨ªses acuerdan negociar un recorte de emisiones pero sin tener claro qu¨¦ forma legal tendr¨¢.- Durban decide prorrogar Kioto aunque con menos pa¨ªses
Al final hubo acuerdo. Un d¨ªa y medio despu¨¦s de lo previsto, a las 5.23 en Durban (una hora menos en la Espa?a peninsular), la cumbre del clima acord¨® que negociar¨¢ para tener en 2015 un "protocolo, un instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal" que limite las emisiones de todos los pa¨ªses "a partir de 2020". El acuerdo es lo mejor que pudo arrancar la UE y permite seguir la negociaci¨®n en la ONU en Catar en 2012, a la vez que sienta en la mesa a todos los grandes emisores. Al mismo tiempo abre un proceso enormemente complicado con muchas inc¨®gnitas. Las potencias no se ponen de acuerdo en si quieren un acuerdo o un protocolo (una f¨®rmula con mucha m¨¢s fuerza) y habr¨¢ que ver c¨®mo se reparten las emisiones. A cambio, la UE acepta prorrogar Kioto, aunque se ver¨¢ el a?o que viene si ser¨¢ hasta 2017 o 2020.
El borrador presentado prev¨¦ negociar un protocolo para 2020
"En el futuro se podr¨¢ elevar la ambici¨®n", dijo Nkoana-Mashabane
La secretaria de la ONU para el cambio clim¨¢tico, Christiana Figueres, calific¨® el pacto como extraordinario y asegur¨® que abre "una nueva fase en el r¨¦gimen clim¨¢tico". Greenpeace en cambio declar¨® que se trata de una victoria de los grandes contaminadores y que perd¨ªan los ciudadanos.
La UE se hab¨ªa impuesto que no renovar¨ªa el Protocolo de Kioto (cuyo primer periodo expira en solo un a?o) si no consegu¨ªa en Durban un calendario para tener un nuevo tratado en el que estuvieran EE UU, China e India.
Los dos primeros m¨¢s o menos aceptaron, a condici¨®n de que fuera un "instrumento legal", pero India se neg¨® en redondo. Su argumento es que un pa¨ªs que emite por persona mucho menos que China (1,7 toneladas de CO2 al a?o, frente a casi 7 de China) no puede negociar un tratado legal que le imponga obligaciones. La ministra india, Jayanthi Natarajan, expuso con vehemencia en el plenario, ya en la madrugada del domingo, su intenci¨®n de dejar abierta la posibilidad de que el futuro acuerdo no fuese ning¨²n tratado, solo un "acuerdo legal", algo mucho m¨¢s vago: "Han dicho que se cae todo el proceso si queda el 'resultado legal' en el texto. A m¨ª no me gusta protocolo ni instrumento legal. ?Cu¨¢l es el problema en tener otra opci¨®n? India nunca ser¨¢ intimidada de esa forma".
El plenario de las cumbres del clima es un entorno peculiar. Negociadores de m¨¢s de 190 pa¨ªses, cansados, en mangas de camisa, debaten con lenguaje diplom¨¢tico entre gritos y aplausos que salen de la misma sala, ya que las ONG y los periodistas est¨¢n presentes. Todo tiene un aire 15-M con pantallas gigantes y en el que los que hablan se refieren unos a otros como "distinguidos delegados".
El ejercicio de transparencia es ¨²nico, pero el proceso a veces resulta endiablado. Cualquier pa¨ªs puede poner objeciones al texto y evitar todo pacto, porque las cosas se aprueban por aclamaci¨®n. Para llegar all¨ª con un texto que tenga opciones de salir adelante hacen falta semanas de negociaci¨®n, a menudo por unas pocas palabras, y los horarios saltan por los aires con frecuencia. El viernes comenz¨® una larga reuni¨®n a puerta cerrada con m¨¢s de 20 pa¨ªses para limar peque?as diferencias en un texto de solo dos folios.
Al final pactaron una forma de compromiso y el papel lleg¨® en la madrugada del domingo al plenario. El ambiente all¨ª result¨® mucho m¨¢s fr¨ªo que otros a?os (como en Canc¨²n y en Bali, por ejemplo). En Durban la cumbre llevaba m¨¢s de un d¨ªa de retraso, el cansancio era visible y el texto que se pod¨ªa aprobar no levantaba los ¨¢nimos ni de los ecologistas ni de los negociadores.
Solo el anuncio de prorrogar Kioto -una exigencia de los pa¨ªses en desarrollo- gener¨® alg¨²n aplauso. La UE (y Suiza, Noruega, Australia y Nueva Zelanda) aceptan continuar dentro del ¨²nico tratado del clima existente pero se decidir¨¢ el a?o que viene si lo hacen hasta 2017 o 2020, con lo que mantienen una carta de negociaci¨®n. All¨ª no estar¨¢n ni Canad¨¢, ni Jap¨®n ni Rusia, que se borraron a su vez porque no ir¨¢n ni EE UU ni China. Al final, en el segundo periodo, Kioto solo controlar¨¢ el 15% de las emisiones. El resto de pa¨ªses se mantendr¨¢ con los compromisos voluntarios del a?o pasado en Canc¨²n y que, seg¨²n la ONU, no llegan para estabilizar el calentamiento.
El pleno s¨ª reprodujo el cambiante mundo. La UE consigui¨® el apoyo de los pa¨ªses m¨¢s pobres y los peque?os Estados-isla, que le pidieron a India que flexibilizara su postura. Lo que se vio ayer no era el mundo dividido entre ricos y pobres, entre pa¨ªses desarrollados y en desarrollo, bajo cuyo signo se pact¨® Kioto en 1997. Brasil y China aceptaron la petici¨®n india (mostrando c¨®mo el BASIC sigue unido) y EE UU apoy¨® que se mantuviera esa forma laxa, demostrando que el clima a veces genera extra?os compa?eros de negociaci¨®n.
Al final, la UE e India convinieron que el futuro pacto podr¨ªa ser un "resultado acordado con fuerza legal dentro de la Convenci¨®n [de Naciones Unidas de Cambio Clim¨¢tico] que se aplique a todas las partes". Ahora comienzan dos duras discusiones. La primera es cu¨¢l de las tres opciones se elige, y la segunda es qu¨¦ significa exactamente lo pactado con India.
Aunque en el ambiente flotaba que el texto pactado no aclaraba el futuro, los optimistas han considerado un triunfo el que puedan negociar ya en el mismo listado EE UU, China, India, la UE y Brasil, lo que cubre m¨¢s del 85% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esa era la condici¨®n indispensable que el Congreso de EE UU le hab¨ªa puesto a la Administraci¨®n de Barack Obama para que negociara cualquier tipo de acuerdo.
Los pesimistas ve¨ªan que en Bali en 2007, una cumbre similar ya pact¨® una "hoja de ruta" para tener un acuerdo en 2009 y luego fracas¨®, por lo que consideran que lo de ayer es volver cuatro a?os atr¨¢s e incluso puede que con m¨¢s ambig¨¹edad (y menos apoyo ciudadano, peor entorno econ¨®mico y menguante preocupaci¨®n social por el calentamiento).
La ministra sudafricana de Exteriores, Maite Nkoana-Matshabane, que dirigi¨® la cumbre de forma ca¨®tica, resalt¨® ante los delegados que deb¨ªan ser flexibles: "Como este no es el Mundial que celebramos hace poco m¨¢s de un a?o, nadie puede salir por la puerta celebrando y diciendo: `Hemos ganado". Entonces gan¨® Espa?a. En Durban, en efecto, nadie ten¨ªa aspecto de haber ganado mucho. Si acaso, de haberse quitado un peso de encima. Simb¨®licamente, cuando se aprob¨® formalmente el acuerdo, la enorme sala del plenario estaba medio vac¨ªa.
Una ciudad convertida en ratonera
A las 15.24, con todo por decidir y sin que se vislumbrara un acuerdo en Durban, la secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico en funciones, Teresa Ribera, compareci¨® ante la prensa justo antes de partir hacia Madrid: "Lamento tener que irme ahora porque siempre es mejor asistir hasta el final". La delegaci¨®n hab¨ªa intentado cambiar el vuelo pero Durban es una ratonera, con miles de personas buscando y cambiando billetes. As¨ª, quedaban en representaci¨®n, el embajador, Pablo de Benavides, que antes fue embajador ante la OTAN y que ayer estudiaba los rudimentos de la negociaci¨®n del clima, y una t¨¦cnica de la Oficina Espa?ola de Cambio Clim¨¢tico.
Que estas reuniones se alarguen un d¨ªa no es tan inusual. La ¨²ltima vez que pas¨® fue en Bali, en 2007, y entonces la delegaci¨®n espa?ola, con la ministra Cristina Narbona a la cabeza, abandon¨® el plenario en el que se debat¨ªa el texto. Entonces al menos hab¨ªa un texto que aprobar por aclamaci¨®n.
Ribera destac¨® ayer que la negociaci¨®n en la UE segu¨ªa en manos de la Comisi¨®n Europea, de la presidencia polaca y del Reino Unido, cuyos ministros s¨ª segu¨ªan ah¨ª. En Kioto la cumbre incluso dur¨® dos d¨ªas de m¨¢s y en La Haya, en 2000, hubo que hacer una cumbre bis seis meses despu¨¦s.
Parte de los espa?oles presentes en la cumbre (ONG, periodistas, representantes de patronales...) segu¨ªan ayer en el centro de convenciones, ya que es un consejo t¨ªpico no comprar un billete con el tiempo justo por si se alargan las negociaciones.
Una semana de palabras
- Lunes. La comisaria de Acci¨®n por el Clima, Connie Hedegaard muestra la frustraci¨®n europea por tener que negociar otra hoja de ruta, algo que se consigui¨® en Bali en 2007: "Es frustrante estar as¨ª, pero este es el escenario en el que nos movemos, no el que nos gustar¨ªa". El negociador chino Xie Zhenhua aceptar¨ªa un acuerdo vinculante de emisiones en 2020 si se dan una serie de condiciones. Hedegaard apunta despu¨¦s que no era m¨¢s que una maniobra.
- Martes. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, admite: "Debemos ser realistas. Un acuerdo vinculante puede estar fuera de nuestro alcance ahora". El enviado de Obama, Todd Stern, tiene el mandato de no comprometerse a negociar un tratado: "Estar¨ªamos abiertos a un proceso para una negociaci¨®n con resultados despu¨¦s de 2020 y puede acabar siendo un acuerdo legalmente vinculante". La UE pide una hoja de ruta, pero Stern prefiere dejarlo en "proceso".
- Mi¨¦rcoles. Canad¨¢ no firmar¨¢ un segundo periodo de Kioto: "Eso es el pasado".
- Jueves. Stern, que aparece en p¨²blico como el que bloquea le negociaci¨®n, da signos de flexibilidad: "La UE ha pedido una hoja de ruta y nosotros lo apoyamos". Posteriormente, el departamento de Estado matiza: "No dijo que EE UU apoye un acuerdo legalmente vinculante como resultado del proceso negociador". Jo Leinen, del Parlamento Europeo, replica: "Me frustra que esta conferencia est¨¢ secuestrada por el juego de ping-pong de EE UU y China".
- Viernes. La presidenta de la conferencia, la sudafricana Maite Nkoana-Mashabane, se enoja cuando la prensa pregunta por los escasos avances: "Envidio su profesi¨®n. Pueden ver a gente trabajando duro 12 meses, o 17 a?os, y decir que no hemos conseguido nada".
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