Crisis y prioridades
El recorte en I+D+i aleja a Espa?a del objetivo de lograr un modelo m¨¢s s¨®lido de crecimiento
Entre las medidas de disminuci¨®n del gasto p¨²blico anunciadas por el Gobierno el viernes tiene un especial significado la que afecta a las actividades de investigaci¨®n y desarrollo, aunque su cuant¨ªa sea modesta en comparaci¨®n con el total. En efecto, es sabido que una de las carencias m¨¢s se?aladas en nuestro sistema productivo es la que se refiere a esta partida, muy lejos del promedio europeo. Todos los Gobiernos afirman estar convencidos de que, para generar el cambio de modelo que nos ponga al abrigo de crisis y burbujas como las que nos est¨¢n azotando, resulta imprescindible apostar por el conocimiento, la formaci¨®n y la innovaci¨®n. Pero cuando llegan los momentos de dificultades, los hechos contradicen con frecuencia a las convicciones.
La I+D+i exige un esfuerzo sostenido, sin altibajos que pongan en cuesti¨®n y anulen progresos registrados que, desafortunadamente, se diluyen por falta de continuidad. Se corre el riesgo de interrumpir programas exitosos, algunos de ellos de gran impacto sobre el sector productivo, y de frustrar generaciones de cient¨ªficos y tecn¨®logos que no acaban de encontrar en nuestro pa¨ªs un futuro acorde con sus expectativas y acabar¨¢n tirando la toalla o emigrando al extranjero para beneficio de los pa¨ªses de acogida.
Nuestro sistema de I+D+i es todav¨ªa demasiado fr¨¢gil porque no se ha beneficiado de una etapa de apoyo sostenido suficientemente larga, y no puede encajar sin graves consecuencias recortes como los habidos en la ¨²ltima etapa del anterior Gobierno y como los anunciados por este. No es posible abrir par¨¦ntesis y luego reanudar sin m¨¢s el camino que queda por recorrer, algo imposible dada la naturaleza de esta actividad y el sistema de fijaci¨®n de presupuestos p¨²blicos.
Los beneficios de un vigoroso sistema de investigaci¨®n e innovaci¨®n compensan los esfuerzos invertidos para ponerlo en marcha, pero son de largo plazo. Por eso resiste mal oscilaciones que pueden ser m¨¢s f¨¢cilmente absorbidas por otros sectores en los que el tiempo de respuesta es m¨¢s corto.
En los ¨²ltimos tres a?os, desde que se desencaden¨® la fase m¨¢s aguda de la crisis, han sufrido especialmente los Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n (OPI), esenciales en todo el entramado de la investigaci¨®n en nuestro pa¨ªs, por su importancia relativa y tambi¨¦n por la especializaci¨®n de sus trabajos, con frecuencia relacionados ¨ªntimamente con las necesidades de sectores productivos din¨¢micos y las de la propia Administraci¨®n.
Nadie niega la gravedad del momento que estamos viviendo y la necesidad de tomar medidas para sobrellevarlo, pero justamente en los momentos de crisis, cuando hay que escatimar recursos, es m¨¢s necesario que nunca marcar prioridades y ser consecuente con ellas. Pues bien, parece fuera de duda que una de nuestras prioridades nacionales es construir un sistema de I+D+i s¨®lido del que todav¨ªa estamos muy lejos.
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