Fumar hasta morir
R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV) ha de ser ¨²til a la sociedad y solo lo ser¨¢ si se convierte en un marco plural y democr¨¢tico
La actitud del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en relaci¨®n con el futuro de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV) es igual de irresponsable y necia que la de un m¨¦dico que estuviera dispuesto a extirparle un pulm¨®n a un enfermo para que pudiera seguir fumando.
El Consell ha anunciado una reforma de la ley de RTVV en paralelo con un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE). Aseguran que ambas cosas responden a un proceso de actualizaci¨®n del modelo. As¨ª de abstracto lo dicen, as¨ª de et¨¦reo. No concretan porque no pueden, porque no saben, porque no hay modelo, ni nada parecido. Y si algo pudieran explicar, es tan indigno que prefieren callar.
La reforma legal que ha presentado el Consell es para que todo pueda seguir igual de mal que hasta ahora. A ellos les va bien. Las prioridades que se plantean son las mismas que se han incumplido sistem¨¢ticamente todos estos a?os, empezando por los contenidos informativos, cuyo valor se destaca pero sin arbitrar ninguna f¨®rmula para garantizar su imparcialidad. No hay definici¨®n de lo que se entiende por servicio p¨²blico, ni se explica por qu¨¦ solo un parte de la programaci¨®n ha de responder a tal condici¨®n. La elecci¨®n del director general sigue dependiendo del Gobierno, igual que la composici¨®n del consejo de administraci¨®n. En cuanto a la novedad de que los directivos puedan ser destituidos por mala gesti¨®n, se esconde que tal destituci¨®n tambi¨¦n queda en manos de instancias directamente controladas desde el Consell. Es decir, no es una reforma, es un fraude. Para entendernos, extirpar para seguir fumando.
En cuanto al ERE, se trata tan solo de soltar lastre. El objetivo es deshacerse de personal inc¨®modo y ahorrar un pu?ado de euros para gastar ese dinero contratando empresas amigas para que hagan m¨¢s caro lo que podr¨ªan haber hecho esos trabajadores despedidos, siempre que su tarea se hubiera organizado bien y con honradez. Externalizar despilfarrando es una de sus especialidades. Lo dicho, seguir fumando.
Estamos ante una empresa enferma que, ciertamente, necesita una terapia de choque. RTVV malvive llena de directivos incompetentes y poco honrados; con unos informativos manipulados y manipuladores siempre al servicio del PP; con una programaci¨®n que ha oscilado entre la telebasura y la inanidad; con unas cuentas pensadas para enriquecer a los amigos aun a riesgo, cumplido, de caer en la bancarrota; con el valenciano como idioma ausente, y con la plantilla, mayoritariamente complaciente y despreocupada, hinchada a base de enchufar a hijas de diputados, cu?ados de directores generales, hermanos de concejales, primos de cualquier militante del PP y amigos varios.
La dram¨¢tica situaci¨®n financiera y profesional de la radiotelevisi¨®n p¨²blica valenciana, igual que su quiebra ¨¦tica y su desprestigio social, es el resultado de a?os de penosa gesti¨®n. A la falta de modelo durante el periodo de Gobiernos socialistas, le sigui¨® la desverg¨¹enza desacomplejada de la gesti¨®n zaplanista (incluyendo al curioso millonario Olivas). Despu¨¦s llegaron los tiempos sin escr¨²pulos de la era Camps. No hay empresa capaz de aguantar tantos a?os de mala gente en su puente de mando.
?Qui¨¦n se acuerda ahora de Jes¨²s S¨¢nchez Carrascosa, su estulticia y sus salvas con p¨®lvora de rey? ?Qui¨¦n asume el dontancredismo de Jos¨¦ Vicente Villaescusa? Y de la desfachatez de Emilio Fern¨¢ndez en el consejo de administraci¨®n, ?qu¨¦? ?Alguien piensa responder por las cuentas de Pedro Garc¨ªa? ?Qui¨¦n se responsabiliza de las brutalidades de Genoveva Reig? ?Alguien recuerda que hubo un director de Canal 9 llamado Antxo Quintanilla? ?Alguien sabe qu¨¦ hizo? ?Y Vicente Sanz? ?Lo colocaron acaso los cr¨ªticos en los cargos que detent¨®? ?Pod¨ªa haber sido peor gestor o m¨¢s miserable? ?Y Lola Johnson? Cuando dirigi¨® Canal 9, ?ya actuaba de consejera? ?Qui¨¦n paga por todas las noticias manipuladas y censuradas desde la ¨¦poca de Pau P¨¦rez Rico, pasando por Llu¨ªs Motes, Maite Fern¨¢ndez o ahora Salud Pedr¨®s? ?Y L¨®pez Jaraba? ?A qu¨¦ se ha dedicado, de qu¨¦ ha servido? ?Algo tendr¨¢n que ver todos estos nombres con la bancarrota actual, no? Pues no, Fabra debe considerar que no. Joan Fuster dec¨ªa que muchas veces "no hay que mirar la bandera sino al abanderado". En este caso, los que llevan la bandera de la salvaci¨®n de la empresa son los mismos que la han hundido, as¨ª que...
Desde la casa, y tambi¨¦n desde fuera, pero sobre todo desde dentro, ha habido durante todo este tiempo voces advirtiendo de la deriva que se llevaba y sugiriendo otras v¨ªas. Ha sido in¨²til. Se ha ignorado a los discrepantes, se les ha perseguido y represaliado, incluso v¨ªa familiares interpuestos. A fecha de hoy, resulta que esos cr¨ªticos ten¨ªan raz¨®n: que la empresa ha sido expoliada, que se ha convertido en in¨²til e inservible, que se ha alejado de la ciudadan¨ªa, que se ha quedado sin futuro.
Ser¨ªa, pues, el momento, de recoger esas voces, esas alternativas y ponerse a trabajar. Olvidar de una vez el sectarismo, reconocer los errores cometidos y desandar lo andado. Esa, y no otra, es la tarea de Alberto Fabra.
Antes de reformas legales o ERE, deber¨ªa quedar claro que los medios audiovisuales p¨²blicos valencianos no pueden ser otra cosa que una garant¨ªa de comunicaci¨®n democr¨¢tica m¨¢s all¨¢ de las apetencias de los grandes mass-media. Un pa¨ªs que deja en manos del sector privado y de los intereses econ¨®micos el ¨¢mbito de la comunicaci¨®n p¨²blica de masas se condena a vivir a la deriva en cuanto a cohesi¨®n social. RTVV ha de ser ¨²til a la sociedad y solo lo ser¨¢ si se convierte en un marco plural y democr¨¢tico en el que los valencianos pongan en com¨²n lo que hacen y lo que opinan, si su calidad est¨¢ por encima de la media de la oferta audiovisual, si sirve para prestigiar el idioma propio, para controlar el funcionamiento de la Administraci¨®n y para potenciar una industria audiovisual propia como sector estrat¨¦gico. L¨¢stima que de esto no hable nadie, ni a nadie parezca preocuparle. L¨¢stima que se siga fumando. As¨ª estamos.
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