?C¨®mplices de una injusticia social?
La alcald¨ªa de Madrid quiere un voluntariado civil ¡°porque muchas veces se asocian los voluntarios solo a temas sociales¡±. Pretenden suplir miles de puestos de trabajo que han eliminado. Un voluntario social jam¨¢s ser¨¢ un recurso laboral ni amortizar¨¢ un puesto de trabajo. Ser¨ªa ¨¦ticamente reprobable. Si en los presupuestos de cualquier proyecto se olvida la parte fundamental, que son las personas que lo har¨¢n posible, ese proyecto est¨¢ viciado y convertir¨ªa a los voluntarios sociales en c¨®mplices de una injusticia social.
Seg¨²n la Declaraci¨®n Universal sobre Voluntariado, Congreso Mundial de Par¨ªs, 1990, el voluntariado social se caracteriza por la gratuidad, la continuidad, la preferencia, la responsabilidad personal y el conocimiento y respeto de las personas y comunidades. La gratuidad es la donaci¨®n de s¨ª mismo y la conciencia de ser para los dem¨¢s lo que sostiene su concepci¨®n de la vida. La continuidad, ya que no se pueden crear necesidades en aquellas personas que se comprometan a seguir ayudando. La preferencia del voluntario, ya que uno hace mejor aquello para lo que est¨¢ preparado. La responsabilidad personal sostenida por su equipo que desarrolla el proyecto de la organizaci¨®n con la que trabaja. El conocimiento, respeto y valoraci¨®n de las diferentes personas que pueda encontrarse en su tarea.
Nada est¨¢ m¨¢s lejos de un aut¨¦ntico voluntariado social que el intrusismo, ya que el voluntario no invade el terreno profesional, sino que colabora con los t¨¦cnicos en tareas que no podr¨ªan llevarse a cabo puesto que se trata de un modo de actuar que no se encuentra en el mercado laboral. Tambi¨¦n est¨¢n lejos el militantismo, por digna y respetable que sea la ideolog¨ªa o creencia que lo informa; el diletantismo de los que se acercan por veleidad y se sirven de los dem¨¢s como si fueran objetos para suplir sus necesidades; el asistencialismo: el voluntario quiere desarrollar en las personas capacidades personales que les lleven a la autonom¨ªa y no a la dependencia. Ni la compasi¨®n ni la limosna, ya que el voluntario social se inserta en la m¨¢s profunda reciprocidad. El voluntarismo, ya que el voluntariado sabe asumir sus l¨ªmites y no confunde la realidad con las buenas intenciones. En la organizaci¨®n del trabajo voluntario hay que dise?ar programas realistas y factibles, pues de otra forma se fomentan la desilusi¨®n y la desesperanza.
Jos¨¦ Carlos Garc¨ªa Fajardo es profesor em¨¦rito de la Complutense y Fundador de Solidarios.
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