El monopolio de un vocablo

La estimaci¨®n parcial del recurso presentada por algunas universidades en relaci¨®n con la ordenaci¨®n de las ense?anzas art¨ªsticas superiores establecida por el Real Decreto 1614/2009, declarando nulos algunos art¨ªculos del mismo, supone, en la pr¨¢ctica, la privaci¨®n a los centros superiores de ense?anzas art¨ªsticas de la denominaci¨®n de grado o graduado y la posibilidad de que las universidades dupliquen las especialidades ofertadas en ellos.

Por otra parte, la sentencia viene a confirmar la plena integraci¨®n de las ense?anzas art¨ªsticas superiores en el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES), con la posibilidad de definir e impartir t¨ªtulos de m¨¢ster en Ense?anzas Art¨ªsticas. Y al respecto es bueno notar dos cosas:

a) Se habla de Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, no de Espacio Europeo de Educaci¨®n Universitaria.

b) El m¨¢ster es un posgrado. ?C¨®mo es posible que exista la posibilidad de impartir un posgrado y no la haya de impartir un grado?

El t¨ªtulo de grado no puede ser exclusivo de la Unversidad

La imposibilidad de que los t¨ªtulos superiores de ense?anzas art¨ªsticas se denominen ¡°grado¡± es, en apariencia, una simple cuesti¨®n de nomenclatura, porque los t¨ªtulos tienen el mismo valor y as¨ª lo confirma la sentencia; pero no es as¨ª realmente, porque ¡°grado¡± no es solo un vocablo, es un concepto que encierra el significado de ¡°estudios superiores¡±. Solo en ese sentido cabe interpretar que, en Europa, la educaci¨®n superior se organice en dos ciclos: grado y posgrado. Ser¨ªa de dif¨ªcil entendimiento que una sentencia imposibilitase la utilizaci¨®n de una palabra y menos entendible es cuando en ella se encierra un concepto a cuya obtenci¨®n se llega a trav¨¦s de unas unidades de medida, los ECTS, compartidos por toda la educaci¨®n superior, tanto universitaria como no universitaria. Entendemos, en consecuencia, que la denominaci¨®n de grado ¨Cposiblemente con ¡°apellido¡±- no puede ser exclusiva de la Universidad porque con ello tal vez se conculcar¨ªan los par¨¢metros el Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior. Ello al margen de que una lectura reposada y seria de los art¨ªculos 54 al 57 de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE) nos ofrece una interpretaci¨®n ambivalente en sentido filol¨®gico, como, en su d¨ªa, manifest¨® la RAE ante la consulta realizada al efecto y que vino a decir que o falta una coma para que el t¨ªtulo sea grado o hay que cambiar una letra para que sea equivalente.

Al margen de que ni acad¨¦mica ni profesionalmente quede, con la sentencia, cuestionada la validez de nuestras ense?anzas ni de sus t¨ªtulos, muy al contrario; se ha roto la consecuci¨®n del ¡°T¨ªtulo de grado¡± como t¨ªtulo ¨²nico para todas las ense?anzas del EEES, como ser¨ªa l¨®gico. Esta situaci¨®n no se produce en ning¨²n otro pa¨ªs europeo, independientemente de que los estudios se cursen en una universidad, un conservatorio o una academia, pero es bueno recordar que, en nuestro pa¨ªs, cada avance normativo para las ense?anza art¨ªsticas superiores ha venido acompa?ado de un sinf¨ªn de torpezas y errores que lo han devaluado. Al margen de ello, decimos, este problema de denominaci¨®n puede tener repercusiones reales de percepci¨®n social magnificadas por quienes pretenden desmerecer los t¨ªtulos de nuestros centros manifestando ignorar que la excelencia pedag¨®gica, la dedicaci¨®n, la osmosis entre pr¨¢ctica y pedagog¨ªa as¨ª como la vocaci¨®n son las pautas de actuaci¨®n en los centros de ense?anzas art¨ªsticas superiores.

Este problema de denominaci¨®n puede tener repercusiones reales de percepci¨®n social

En cuanto a la anulaci¨®n de la disposici¨®n adicional 7? , la sentencia lo hace en base a que se refiere al grado, pero el Tribunal Supremo no entra en el fondo de la cuesti¨®n. Veamos que, con relaci¨®n a ello, se dice ¡°con independencia de que coincidamos o no con el planteamiento que realiza la de mandante o con las apreciaciones de la defensa del Estado¡­¡± Y surge la pregunta: ?qu¨¦ hubiera pasado si no se hablase de grado?

La propia Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU) ten¨ªa previsto que existiesen otros centros en los que se impartiese la educaci¨®n superior. De ah¨ª la disposici¨®n adicional sexta:

"De otros centros docentes de educaci¨®n superior. Los centros docentes de educaci¨®n superior que, por la naturaleza de las ense?anzas que impartan o los t¨ªtulos o diplomas que est¨¦n autorizados a expedir, no se integren o no proceda su integraci¨®n o adscripci¨®n a una Universidad, conforme a los t¨¦rminos de la presente Ley, se regir¨¢n por las disposiciones espec¨ªficas que les sean aplicables".?

El espacio de la ense?anza de las artes debe ser superior pero aut¨®nomo de la Universidad

Querr¨ªamos, finalmente, afirmar que nunca los centros superiores de ense?anzas art¨ªsticas han albergado sentimiento alguno de animadversi¨®n hac¨ªa las universidades y, como no podr¨ªa ser de otra manera, las relaciones con los campus de su entorno son ¨®ptimas, siendo todos los docentes titulados universitarios y un gran volumen de ellos doctores. Ello no obstante, entendemos que el espacio de la ense?anza de las artes debe ser superior pero aut¨®nomo de la Universidad, en un ecosistema propio que garantice las condiciones imprescindibles para la vida y el desarrollo de las artes, lo que comporta unas pruebas de acceso espec¨ªficas donde se valoren no solo los conocimientos sino tambi¨¦n las aptitudes, unas ratios profesor/alumno tan reducidas como exigen algunas materias, etc¨¦tera.

Es urgente dotar a estas ense?anzas y los centros que las imparten de un marco jur¨ªdico garante de autonom¨ªas acad¨¦mica, econ¨®mica y de gesti¨®n y de un espacio propio equivalente ¨Cahora s¨ª- al universitario. En coherencia con los t¨ªtulos que imparten que todos deseamos, que cuanto antes, puedan ser verificados y evaluados por una agencia de calidad, conscientes de las mejoras que necesitamos pero tambi¨¦n de la excelencia que ofertamos.

Entendemos que el Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte debe dar una respuesta integral a la problem¨¢tica suscitada, lo que exige considerar todas las variables, y entre ellas son especialmente importantes las que afectan a un alumnado inquieto, molesto y desasosegado con la sentencia que, sistem¨¢ticamente, a lo largo de los ¨²ltimos a?os vio sensiblemente reducidos sus derechos en relaci¨®n con los que tienen otros estudiantes del equivalente nivel.

Juan ?ngel Serrano es? presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Centros Superiores de Ense?anzas Art¨ªsticas (ACESEA)