Adopciones truncadas
La relaci¨®n se complica cuando los ni?os entran en la adolescencia Tras el ¡®boom¡¯ de llegada de menores en 2005, est¨¢ ocurriendo ahora en Espa?a
Un 1,5% de las adopciones internacionales se rompen en los primeros a?os, seg¨²n un estudio de Ana Ber¨¢stegui, doctora en Psicolog¨ªa e investigadora en el Instituto de la Familia de la Universidad de Comillas. Lo hizo en 2003, pero entonces ya avisaba de que la experiencia de pa¨ªses con mayor tradici¨®n en adopciones, como Holanda, constataba que pasados de cinco a ocho a?os de convivencia, cuando el menor entraba en la adolescencia, las rupturas aumentaban. Ese plazo ya ha pasado en Espa?a desde el boom de adopciones entre 2004 y 2006 (un 273% m¨¢s que en 1998), y ya han saltado las primeras alarmas de este problema. Hace unos d¨ªas, Catalu?a alert¨® de que 72 menores hab¨ªan sido abandonados por sus padres adoptivos en la ¨²ltima d¨¦cada. M¨¢s de la mitad proven¨ªan de adopciones internacionales y ten¨ªan m¨¢s de 10 a?os. La Consejer¨ªa de Bienestar Social catalana anunci¨® que revisar¨¢ sus criterios de selecci¨®n de las familias, pero los expertos consideran que, adem¨¢s, es necesaria una mayor informaci¨®n, formaci¨®n y seguimiento de los padres para evitar el fracaso de los proyectos adoptivos.
Las dificultades de la paternidad no son exclusivas de los adoptantes, pero s¨ª existen peculiaridades. ¡°Tienen que admitir que la Administraci¨®n fisgar¨¢ en su vida, que los hijos pueden ejercer su derecho a buscar a sus padres biol¨®gicos, o que pueden sufrir problemas por sus or¨ªgenes¡±, dice Ber¨¢stegui. Lila Parrondo, psic¨®loga especializada en adopciones, a?ade la cuesti¨®n afectiva: ¡°Normalmente los menores adoptados conflictivos muestran una conducta desafiante. Intentan constatar una y otra vez que no les van a abandonar a pesar de lo que hagan¡±. En sus 22 a?os de experiencia ha observado que incluso algunos ni?os se oponen a aceptar a sus nuevos padres. La mayor¨ªa de las familias acaban superando estos problemas, pero las que no suelen posponer el momento de pedir ayuda porque les cuesta reconocer que han fracasado. ¡°Sufren mucho¡±, comenta Eva Gispert, directora del Instituto Familia y Adopci¨®n, entidad sin ¨¢nimo de lucro. Los casos de padres adoptivos que renunciaron a la tutela de sus hijos que ha conocido este peri¨®dico no quieren recordar el calvario por el que pasaron: las discusiones, la terapia, la impotencia e, incluso, el divorcio. ¡°Se sienten estigmatizados y fracasados¡±, comenta Gispert.
La cuesti¨®n es si aquellas familias eran realmente id¨®neas para la adopci¨®n, si tuvieron la informaci¨®n y formaci¨®n necesarias y si contaron con apoyo tras la llegada del menor. Javier ?lvarez-Ossorio, representante de la Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopci¨®n y el Acogimiento (CORA) cree que no. ¡°Nos lanzamos a la adopci¨®n internacional sin tener los recursos necesarios¡±. No fue hasta la Ley de Adopci¨®n Internacional de 2007 cuando se estableci¨® la obligatoriedad de una ¡°formaci¨®n previa de las familias que permitiera comprender y afrontar las implicaciones de la adopci¨®n internacional, prepar¨¢ndolas para el adecuado ejercicio de sus funciones parentales una vez constituida aquella¡±.
Pero cuando empezaron a funcionar esos cursos ya se hab¨ªa producido un boom de adopciones. Se pas¨® de poco m¨¢s de 3.500 en 2002 a 5.500 en 2004 y 2005. A pesar del descenso de los a?os siguientes, Espa?a es el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s adopciones internacionales despu¨¦s de Estados Unidos, seg¨²n un informe del Parlamento Europeo. Para Ana Ber¨¢stegui, en la ¨²ltima d¨¦cada se ha dado ¡°una visi¨®n demasiado positiva y naif de las adopciones, y la crianza de un hijo adoptivo es m¨¢s dif¨ªcil porque viene con una historia de riesgo detr¨¢s¡±. Aquellos ni?os que vinieron hace 10 a?os hoy son adolescentes, con la rebeld¨ªa propia de la edad y los problemas a?adidos de su condici¨®n.
Uno de los principales retos de las familias adoptivas es crear v¨ªnculos afectivos y, por muy deseados que sean los hijos, no siempre llegan a establecerse. ¡°Es un problema de expectativas que a veces no se cumplen¡±, apunta Ber¨¢stegui. Isabel Machado, responsable del servicio posadopci¨®n de Andaluc¨ªa, pone un caso reciente: ¡°La familia plante¨® que no hab¨ªa creado ning¨²n lazo afectivo con su hija, que ya llevaba tres a?os con ellos. Normalmente, cuando hay problemas no es que los padres no los quieran abordar, es que no pueden¡±.
Pero aunque no se creen v¨ªnculos familiares, una adopci¨®n es ¡°irrenunciable¡±, seg¨²n el C¨®digo Civil. ¡°Hay cierta fantas¨ªa entre algunos padres adoptivos cuando las cosas no van bien. Piensan que como la Administraci¨®n concedi¨® al ni?o, se tiene que hacer cargo de ellos si fracasan¡±, apunta la psic¨®loga Lila Parrondo.
El proceso legal para renunciar a la tutela, incluso la custodia, es el mismo para hijos biol¨®gicos y adoptados, pero en t¨¦rminos emocionales es diferente. ¡°Cuando se dan rupturas pierde todo el mundo, aunque los ni?os son los que m¨¢s sufren porque para ellos es un segundo fracaso. Es un trabajo fundamental que entiendan que no es su culpa¡±, asegura Isabel Machado.
Catalu?a anunci¨® que revisar¨¢ los criterios de selecci¨®n de las familias
En febrero de 2011 hab¨ªa 25 ni?os adoptados en los centros de protecci¨®n de menores de la Comunidad de Madrid, seg¨²n datos de Ber¨¢stegui. La mitad de ellos hab¨ªan sido adoptados cuando ten¨ªan menos de 6 a?os. El 68,2% estaba all¨ª porque a partir de los 11 a?os tuvo problemas de conducta con sus familias. Entre los ni?os del centro hijos de padres biol¨®gicos, solo un 20,7% estaba all¨ª por el mismo motivo. A tenor de los resultados, la investigadora cree que ¡°algunas rupturas tienen que ver con la ligereza de los criterios en el pasado¡±. Con el tiempo, los requisitos para la idoneidad se han endurecido, pero todav¨ªa ¡°tienen que revisarse porque ha cambiado el perfil de los ni?os adoptables, que ahora son m¨¢s mayores¡±, apunta.
Salom¨¦ Adroher, directora general de Servicios para la Familia y la Infancia del Ministerio de Sanidad, considera que la Administraci¨®n ¡°no es la ¨²nica culpable de las adopciones truncadas¡±, pero reconoce que ¡°hay que analizar si los procesos han sido los adecuados. Es el momento de abrir el debate¡±. ¡°Como jurista, veo que no es concebible que ninguna comunidad contemple como causa de no idoneidad el haber abandonado a un hijo antes¡±. El ministerio ha elaborado un manual para las evaluaciones t¨¦cnicas en las adopciones internacionales, porque ¡°convendr¨ªa procurar una homogeneidad¡±, seg¨²n Adroher, pero no deja de ser competencia de las comunidades.
El proceso de idoneidad se ha mejorado desde 2005, tras el pico de adopciones. ¡°Empezamos a buscar en la experiencia unos criterios en la selecci¨®n de familias¡±, explica Ber¨¢stegui. Pero adem¨¢s de ese camino largo y dif¨ªcil que tienen que superar los adoptantes para lograr la idoneidad, los expertos coinciden en que para evitar las adopciones truncadas es necesaria una buena formaci¨®n previa. ¡°No se trata de asustarles, pero tienen que conocer los riesgos¡±, dice Parrondo. En el caso de la v¨ªa internacional los cursos preadoptivos son obligatorios, pero ¡°insuficientes¡±, seg¨²n ?lvarez-Ossorio, de CORA. En la mayor¨ªa de comunidades se imparte un curso de 10 horas en una o varias sesiones, pero cree que tendr¨ªan que ser al menos 15 horas y una formaci¨®n m¨¢s espec¨ªfica. ¡°Si les damos las herramientas y el tiempo para reflexionar la mitad de las familias se autodescartar¨ªan¡±, apunta.
Catalu?a es la primera que ha anunciado que aumentar¨¢ el tiempo de formaci¨®n de 12 a 16 horas repartidas en cuatro semanas, y no un d¨ªa y medio como hasta ahora. Sin embargo, las asociaciones de padres adoptivos demandan un paso m¨¢s: que la formaci¨®n no la impartan las mismas instituciones que evaluar¨¢n su idoneidad. Eva Gispert asegura que las familias tienen reticencias a mostrar sus dudas en los cursos de preparaci¨®n, porque piensan que les perjudicar¨¢.
Espa?a es el segundo pa¨ªs del mundo con m¨¢s adopciones internacionales
La otra carencia del sistema, seg¨²n el representante de CORA, es la falta de apoyo mientras el hijo es menor de edad. En las adopciones nacionales se realizan evaluaciones peri¨®dicas, pero no ocurre lo mismo con las internacionales. Son los pa¨ªses de origen los que fijan el seguimiento que debe hacerse. Como ejemplo, Rusia pide cuatro informes en los tres primeros a?os, China solicita tres en el primer a?o y Colombia, dos. Otros pa¨ªses, como Mozambique, no requieren ninguno. Pero, adem¨¢s, queda a elecci¨®n de las comunidades hacerlo o no. Aunque la mayor¨ªa cuenta con servicios de apoyo posadoptivo, algunos casos de adopciones truncadas no se detectan. ¡°Los pocos datos que tenemos¡±, asegura Ber¨¢stegui, ¡°son solo la punta del iceberg, porque sabemos de padres que mandan a sus hijos a internados y eso son, en realidad, adopciones no constituidas, que no han creado lazos, y al llegar a la mayor¨ªa de edad se rompen¡±. En esos casos, dice Parrondo, ¡°los padres se gastan un dineral y as¨ª nadie ve que hay una ruptura, pero solo est¨¢n cubriendo las necesidades educativas del menor¡±.
Los hijos no se devuelven
¡°La adopci¨®n es irrevocable¡±. Lo dice el art¨ªculo 180 del C¨®digo Civil. Un padre adoptivo es padre cien por cien, en t¨¦rminos legales, como si fuera biol¨®gico. Lo que no deja lugar a equ¨ªvocos: ¡°Los hijos no se devuelven¡±, insiste Salom¨¦ Adroher, directora general de Servicios para la Familia y la Infancia del Ministerio de Sanidad. Este mensaje es el que ha tenido que transmitir Javier ?lvarez-Ossorio, representante de la Coordinadora de padres adoptantes, CORA, a sus dos hijos adoptivos de nueve y 11 a?os, que han visto las noticias y escuchado a su padre hablar de ello en la radio.
La ruptura de las familias adoptivas es como la de cualquier otra familia. Su tutela pasa a la Administraci¨®n cuando quedan privados de la necesaria asistencia moral o material. Un padre que pida a la Administraci¨®n que asuma la tutela de su hijo tiene que demostrar tales circunstancias y pasar por un per¨ªodo de terapia. ¡°Lo primero es intentar solucionar el problema¡±, explican fuentes de la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. Pero si la ayuda no funciona, las comunidades se hacen cargo de la tutela, pero los ni?os, sean adoptados o no, siguen siendo hijos de sus padres. Solo se rompe el v¨ªnculo legal cuando el ni?o es adoptado por una nueva familia o porque un juez retire la custodia.
Aun bajo la tutela de la comunidad aut¨®noma los padres tienen, como tales, obligaciones con su hijo. Catalu?a ya ha anunciado que estudiar¨¢ la responsabilidad jur¨ªdica de las familias que renuncian a la tutela, despu¨¦s de que se hayan conocido los datos de adopciones truncadas en esta comunidad.
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