Te doy el dinero y te lo embargo
Los mismos Ayuntamientos que conceden ayudas de emergencia a los pobres bloquean ese importe por deudas Y los bancos no preguntan: se cobran
Son cientos los ciudadanos que andan atrapados en un absurdo administrativo que se resume as¨ª: el Ayuntamiento les concede una ayuda econ¨®mica de emergencia y, una vez ingresada en el banco, el mismo Ayuntamiento recupera ese dinero mediante una orden de embargo dictada por otra concejal¨ªa porque el ciudadano tiene deudas municipales pendientes (multas, impuestos). Una concejal¨ªa act¨²a de forma ciega respecto a lo que ocurre en la concejal¨ªa de al lado.
Las ayudas de emergencia social son el ¨²ltimo dique para evitar que se desencadene la miseria: cheques para comprar alimentos, un dinero para pagar el alquiler o la hipoteca, la luz antes de que la corten, la deuda con la comunidad de vecinos, la calefacci¨®n en invierno. Las dan los Ayuntamientos de m¨¢s de 20.000 habitantes o las diputaciones, en caso de pueblos m¨¢s peque?os. Han crecido con la crisis, claro. El presupuesto total para esto fue de 81 millones de euros en 2010 (excluidas Navarra y Pa¨ªs Vasco, que siguen otro sistema).
Los trabajadores sociales, encargados de gestionar estas ayudas, vienen detectando este embrollo administrativo y han buscado los trucos para evitarlo: en lugar de ingresar en el banco donde existe el descubierto, piden que se abra una cuenta en otro para depositar el dinero; o lo dan en las ventanillas de la Administraci¨®n, o llegan a acuerdos con los acreedores para pagarles directamente, por ejemplo, el alquiler o la comunidad de vecinos. Otra forma de escape es retirar el dinero antes de que abran los bancos, efect¨²en su barrido autom¨¢tico y hagan desaparecer lo ingresado. Porque a la ceguera de la Administraci¨®n hay que sumar el automatismo de las entidades financieras.
Los trabajadores sociales piden que se protejan por ley estos ingresos
Los bancos no preguntan: se cobran la deuda (si se trata de una hipoteca, un descubierto) o ejecutan la orden de embargo dictada por la Administraci¨®n. ¡°No es m¨¢s que un sistema inform¨¢tico, los bancos funcionan as¨ª. Es el embargador [el Ayuntamiento en este caso] el que tiene que estar pendiente si hay algo que no quiere embargar, porque el banco est¨¢ obligado a hacerlo. No puede detectar la naturaleza del ingreso¡±, sostienen en la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca.
El problema es que, aunque detectaran la naturaleza del ingreso, las ayudas de emergencia social pueden ser requisadas, porque no est¨¢n protegidas por ley. El presidente del Colegio de Trabajadores Sociales de Valladolid, V¨ªctor Mart¨ªnez, ha vivido uno de estos casos: ¡°Ingresamos el dinero para la fianza de un alquiler y desapareci¨®. Fuimos a visitar al director de la sucursal, pero nos dijo que d¨®nde estaba la ley que dec¨ªa que eso era inembargable¡±. No la hay. Estas ayudas se rigen por ordenanzas municipales. ¡°Necesitamos una norma con rango de ley para proteger este dinero. Las rentas m¨ªnimas de inserci¨®n, que se dan a aquellas personas que no tienen ingresos de ning¨²n tipo, s¨ª est¨¢n reguladas por ley y no se pueden embargar¡±, dice el presidente de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez.
Hay consistorios que no prestan apoyo si el usuario tiene impagos
En otro de los casos, el banco devolvi¨® el dinero cuando el Ayuntamiento se lo pidi¨®, pero se qued¨® con unos 40 euros. ¡°Era un ingreso que hicimos a una madre de 16 a?os para la ropita del beb¨¦¡±, explica una trabajadora social que no quiere que su nombre se mencione.
E. B. R. no tuvo tanta suerte con el banco, pero, finalmente, la Administraci¨®n le ingres¨® el dinero de nuevo. Tambi¨¦n es madre, de dos ni?os peque?os, y divorciada. Tuvo problemas con su pareja y antes los hab¨ªa tenido en casa de sus padres, de la que se fue muy joven. Estaba acostumbrada a pedir ayuda a los servicios sociales, para su madre, adicta al juego y, despu¨¦s, para s¨ª misma. Pero es ¡°una curranta¡±, dicen las trabajadoras sociales de un pueblo de M¨¢laga que llevan su caso. En efecto, ha trabajado mucho en almacenes, de limpiadora, en lo que fuera: ¡°Yo soy muy din¨¢mica, me busco la vida, y por mis hijos pido ayuda donde haga falta¡±. Durante un tiempo trabaj¨® en Carrefour, un empleo modesto que le proporcion¨® una tarjeta de cr¨¦dito. La us¨®: ¡°Eran las Navidades, ten¨ªa que comprar comida y los Reyes para los ni?os¡±. Cuando se fue al paro dej¨® un descubierto de 700 euros y tres meses de alquiler que arrastraba del periodo en que se estaba divorciando. Los servicios sociales le ingresaron una cantidad y la llamaron para que justificara su uso, como se hace siempre. ¡°?Qu¨¦ voy a justificar, si no he recibido nada?¡±, les contest¨®. ¡°Y as¨ª descubrimos que me lo hab¨ªan ingresado, por error, en la cuenta en la que ten¨ªa el descubierto. No hubo forma de recuperarlo. Pero el Ayuntamiento me lo concedi¨® de nuevo. No sabes lo que es no deber nada al casero. Es lo mejor que me ha pasado en 2011. Quiero seguir en ese piso, ah¨ª he criado a mis hijos¡±. Ahora trabaja de pizzera los fines de semana y el resto del tiempo sigue ¡°buscando y buscando¡± cualquier otra cosa que salga.
Pero los embargos no son el ¨²nico problema con las ayudas de emergencia. Hay Ayuntamientos que, sencillamente, no las conceden a aquellos ciudadanos que tienen deudas con la Administraci¨®n, siguiendo un ambiguo art¨ªculo de la Ley de Subvenciones. ¡°Pero es que estos beneficiarios casi siempre tienen deudas, porque se trata de gente que antes de dejar de pagar la luz o el gas ha dejado de abonar impuestos o multas, por ejemplo. Afortunadamente, no todos los Ayuntamientos proceden as¨ª, pero no sabemos cu¨¢ntos lo hacen¡±, explica Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez. ¡°Intentaremos que todos procedan de la misma manera, porque estas ayudas son vitales. Y pediremos que haya una ley que las proteja de ser embargadas¡±, a?ade.
Consultada por el asunto la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP), dicen que a¨²n no se ha reunido la comisi¨®n de Servicios Sociales, por tanto, no se ha tratado ese problema.
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