El ¡°segundo Amazonas¡±, puesto a prueba
Un estudio del r¨ªo Congo revela menos deforestaci¨®n que en el Amazonas, pero amenazas graves para los grandes mam¨ªferos
![Troncos de wengé ('Millettia Laurentii') en un parque industrial de República Democrática del Congo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VAAY4UU6SGW4XKRPHZ3GMPZCNY.jpg?auth=0f0991b9e9f95d9632a234f3bd3718400391b3015e2a3807febec40aeb710945&width=414)
La cuenca del R¨ªo Congo, con su 1.700.000 kil¨®metros cuadrados, casi triplica la extensi¨®n de la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Despu¨¦s de la Amazon¨ªa es la mayor selva tropical del planeta. Se extiende por seis pa¨ªses -Camer¨²n, Rep¨²blica Centroafricana, Congo, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Guinea Ecuatorial y Gab¨®n- y contiene la cuarta parte de todo el carbono almacenado en selvas tropicales del mundo.
Ahora un informe internacional, El estado de las selvas 2010 [en franc¨¦s y en ingl¨¦s] ha examinado a fondo la evoluci¨®n de este tesoro ecol¨®gico, crucial para la regulaci¨®n mundial del clima. Una buena noticia, aunque solo relativa, es que los ¨ªndices de deforestaci¨®n de ?frica siguen siendo mucho menores que los de otras zonas tropicales del planeta. El informe establece que de media cada a?o entre 1990 y 2005 se ha deforestado un 0,14% de la superficie, aunque se percibe un aumento en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n las mediciones del proyecto TREES, del Instituto para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la Comisi¨®n Europea, a partir de an¨¢lisis de alta resoluci¨®n tomadas por sat¨¦lite de los tres continentes tropicales, Sudam¨¦rica y Centroam¨¦rica se han deforestado a raz¨®n de un 0,45% al a?o y el Sudeste Asi¨¢tico (parte continental e islas), un 0,67% anual.
?frica es el ¨²nico continente que aumentar¨¢ el consumo con fines energ¨¦ticos de las selvas
?Qu¨¦ tiene de especial ?frica para mantener a raya los ¨ªndices de deforestaci¨®n? Seg¨²n el informe, que compendia el trabajo de m¨¢s de cien investigadores, dos caracter¨ªsticas: que el continente carece de grandes mercados locales para productos forestales y la escasez y fragilidad de sus infraestructuras de transporte. A pesar de este hecho, la expansi¨®n de la actividad agr¨ªcola a la selva se cierne como una amenaza retroalimentada por el crecimiento de la poblaci¨®n. ?frica es adem¨¢s el ¨²nico continente en el que seguir¨¢ aumentando el consumo de las selvas con fines energ¨¦ticos. De ellas se obtiene el 80% de la energ¨ªa que surte al continente.
La situaci¨®n de los h¨¢bitats de muchos animales no sale tan bien parada del informe. Aunque un considerable 17% de la superficie de la cuenca del Congo ya tiene estatus de ¨¢rea protegida, la falta de estrategias a largo plazo deja desamparados a los grandes mam¨ªferos, como los elefantes, los gorilas, los chimpanc¨¦s y los okapis. La caza furtiva a escala industrial de los elefantes para el tr¨¢fico de marfil supone el 70% de todo el comercio ilegal.
La cuenca del r¨ªo Congo es una joya ecol¨®gica y un bot¨ªn sustancioso para su explotaci¨®n comercial
La globalizaci¨®n tambi¨¦n ha llegado, en una de sus peores facetas, a las selvas congole?as, cuajadas de cazadores furtivos chinos -la mayor demanda del marfil procede del gigante asi¨¢tico- que adem¨¢s talan ¨¢rboles para edificar y construir infraestructuras de transporte. Tampoco ha ayudado la agitada historia reciente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, en guerra civil desde 1996 a 2002, un periodo en el que se destruy¨® por completo el control sobre las ¨¢reas protegidas. Resultado: la poblaci¨®n de elefantes ha ca¨ªdo por debajo de los 20.000 ejemplares desde los 100.000 que poblaban el pa¨ªs hace 50 a?os. Los datos pertenecen a estimaciones recientes de John Hart, de la organizaci¨®n Bonobo In Congo.
Philippe Mayaux es investigador en gesti¨®n de recursos terrestres del Centro Com¨²n de Investigaci¨®n de la Uni¨®n Europea en Ispra (Italia) y uno de los autores principales del estudio. Acaba de regresar de la cuenca del Congo a su laboratorio. Preguntado por la situaci¨®n de otrps grandes mam¨ªferos, exculpa en cierta medida a las poblaciones locales: ¡°El consumo local por parte de los ind¨ªgenas no es un problema real, siempre y cuando no haya comercio con las grandes ciudades. Pero puedes encontrar mam¨ªferos en los mercados de Libreville (Gab¨®n), Kinshasa (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo), Douala, Yaund¨¦ (ambas en Camer¨²n)¡±, afirma Mayaux. ?Han detectado los investigadores una mayor amenaza? ¡°No son m¨¢s graves que en el pasado, pero como la poblaci¨®n contin¨²a decreciendo, pueden caer por debajo del umbral de recuperaci¨®n. Adem¨¢s, ese decrecimiento de algunas especies puede alterar el comportamiento habitual de los bosques, ya que animales como los elefantes desempe?an una labor esencial en la regeneraci¨®n¡±, explica.
Tesoros (y mucho carbono) enterrados
La cuenca del r¨ªo Congo es una joya ecol¨®gica pero tambi¨¦n un bot¨ªn sustancioso para su explotaci¨®n comercial. Su subsuelo atesora petr¨®leo, hierro, cobre, manganeso, uranio, diamantes y oro. La explotaci¨®n de estos recursos seguir¨¢ en aumento en los pr¨®ximos a?os. Para bien del medio ambiente, la de los metales seguir¨¢ siendo a baja escala y reducida a la pr¨¢ctica artesanal. Pero Guinea, Gab¨®n y la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, por mencionar solo el caso del petr¨®leo, poseen unas econom¨ªas muy dependientes del oro negro. Se siguen realizando prospecciones en el terreno en busca de nuevos yacimientos. Uno de los descubrimientos m¨¢s recientes, en Kivu (Rift Albertine, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo), presagia, como da?o a?adido, el aumento de la contaminaci¨®n en las ¨¢reas protegidas.
A trav¨¦s del programa REDD, que se ocupa de las emisiones de carbono causadas la deforestaci¨®n en todo el mundo, Naciones Unidas ha puesto sus miras en el coraz¨®n de ?frica. Los pa¨ªses de este ¨¢rea saben que pueden recibir enormes recursos financieros como ¡°capturadores natos¡± de carbono, pero la comunidad internacional les va a exigir, ante todo, un sistema de vigilancia y monitoreo exigente de la deforestaci¨®n, o lo que es lo mismo, que midan objetivamente la captura de carbono. Pero para eso hacen falta recursos que permitan capacitar a la poblaci¨®n ind¨ªgena. Los Estados, adem¨¢s, poco pueden hacer en este ¨¢mbito. Seg¨²n Philippe Mayaux, ¡°los principales motores de la deforestaci¨®n son locales [como la agricultura itinerante, el consumo de madera como combustible] y eso conlleva que haya que implicar con fuerza a las comunidades locales¡±. Queda mucho por hacer.
Los principales motores de la deforestaci¨®n son locales, por lo que hay que implicar a las comunidades
El Observatorio para los Bosques de ?frica Central publica este informe cada dos a?os, con el apoyo de la Comisi¨®n Centroafricana de Bosques (COMIFAC) y con apoyo de Estados Unidos, Francia, Alemania y la UNESCO. El Instituto para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad del Centro Com¨²n de Investigaci¨®n de la Uni¨®n Europea en Istra coordina el observatorio y se ocupa de los c¨¢lculos de la desforestaci¨®n y el mantenimiento de las bases de datos.
Los expertos han consultado y armonizado datos recibidos de los servicios nacionales de medio ambiente de cada pa¨ªs, junto a los de ONG que trabajan sobre el terreno y bases de datos internacionales. Pero sin el trabajo de an¨¢lisis interno, basado en imagen por sat¨¦lite, de los cambios de la cubierta vegetal, los incendios y la estacionalidad de las vegetaciones, el informe no habr¨ªa sido posible. Ni tampoco completo sin la publicaci¨®n, en las pr¨®ximas semanas, de una recomendaciones dirigidas a los pol¨ªticos y dem¨¢s responsables de la toma de decisiones. Para conocer el ¨¦xito de esas medidas ser¨¢ preciso esperar hasta el pr¨®ximo informe, previsto para 2014.
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