El Guadiana reabre los ojos
Pese a la sequ¨ªa, el agua subterr¨¢nea se asoma al cauce seco del r¨ªo 28 a?os despu¨¦s La mejora del acu¨ªfero por lluvias pasadas da esperanza a un ecosistema ¨²nico
Parece un simple charco, un charco grande en mitad de un campo de cebada. A cualquiera que pase por la carretera de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) a Daimiel sin conocer la apasionante y triste historia de La Mancha H¨²meda no le parecer¨¢ m¨¢s que eso. Apenas le llamar¨¢ la atenci¨®n. Sin embargo, ese charco es la prueba de la espectacular recuperaci¨®n del acu¨ªfero del alto Guadiana por las lluvias de los dos ¨²ltimos a?os. Ese charco es un nuevo ojo del Guadiana, el primero desde que, en 1984, el agua dej¨® de manar tras d¨¦cadas de sobreexplotaci¨®n. Puede que no dure m¨¢s que unos meses, y es m¨¢s que probable que el agua no llegue a correr cauce abajo, pero da esperanza de recuperar un ecosistema ¨²nico y castigado durante m¨¢s de medio siglo.
En diciembre pasado, Alfonso Queipo de Llano, observ¨® con asombro c¨®mo en el campo de cebada que su familia tiene en el cauce del Guadiana surg¨ªa agua. ¡°Pensamos que pod¨ªa estar roto nuestro pozo o que ten¨ªamos un problema en la bomba¡±, cuenta. Sin embargo, y a pesar de la falta de lluvias, el charco fue creciendo. ?l es due?o del Molino de Zuacorta, una de las decenas de instalaciones usadas durante siglos gracias a los caudalosos r¨ªos de la zona, y que ahora se asoman a un paisaje polvoriento. Queipo de Llano cuenta que hace 35 a?os su suegro, quien compr¨® la tierra, s¨ª ¡°hablaba de que en la tierra hab¨ªa humedad¡±.
El charco de sus tierras no es un caso ¨²nico. A dos kil¨®metros, al Este, en el paraje conocido como El Rinc¨®n, han aparecido otros encharcamientos, aunque m¨¢s peque?os. ?Ser¨ªa posible que todos ellos fuesen ojos del Guadiana? ?De esos de los que hablan los libros de texto y que dejaron de manar en los ochenta? Un ojo, o un ojillo, es cualquier lugar en el que rebosa el acu¨ªfero 23 (la enorme bolsa de agua bajo Ciudad Real), no es un punto concreto.
En enero, Miguel Mej¨ªas, responsable de Hidrogeolog¨ªa del Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a (IGME), recibi¨® otra sorprendente llamada desde el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, a solo unos kil¨®metros. Quer¨ªan que fuera a ver el sorprendente charco. ¡°El a?o anterior hubo algunos afloramientos de agua cauce abajo, pero concluimos que era de la escorrent¨ªa de las abundantes lluvias. Esta vez no era posible, porque no ha llovido¡±, explica Mej¨ªas en su despacho en Madrid. Mej¨ªas concluy¨® el pasado 3 de febrero un informe para la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana que constata ¡°la aparici¨®n de estos nuevos ojos en zonas que probablemente no fueron las ¨²ltimas en desecarse a mediados de los ochenta¡±. ?l, que lleva 15 a?os estudiando la zona, se sincera: ¡°Pens¨¦ que yo me iba a jubilar sin verlo¡±.
Lo que ha ocurrido es que las enormes lluvias de los cursos 2009-2010 y 2010-2011, un 50% por encima de la media, siguen filtr¨¢ndose al subsuelo. Es como si uno echase agua sobre una esponja descomunal. El sistema tiene una inercia que hace que suelte agua a¨²n mucho despu¨¦s de cerrar el grifo. Por eso, un a?o despu¨¦s de que cesaran las lluvias, el acu¨ªfero sigue subiendo. Es lo que se conoce como ¡°recarga plurianual¡±, lo que hac¨ªa que antiguamente las Tablas de Daimiel tuviesen siempre agua, incluso en periodos secos. El agua subterr¨¢nea empieza a brotar en los ojos a partir de los 610 metros sobre el nivel del mar y el 30 de marzo pasado estaba a 609,75.
La zona en la que ha aparecido el encharcamiento m¨¢s grande est¨¢ un par de kil¨®metros cauce abajo del cartel de los ojos del Guadiana, en una m¨ªnima depresi¨®n, quiz¨¢ producida por la roturaci¨®n de tierras o por la combusti¨®n de la turba. El informe del IGME sobre los ¡°encharcamientos de agua aparecidos en el entorno de los ojos del Guadiana¡±, de 11 p¨¢ginas, explica que, ¡°aunque todav¨ªa no se han alcanzado las condiciones hidrol¨®gicas necesarias para recuperar el esquema natural de flujo¡±, porque el agua no mana, ¡°la situaci¨®n actual supone la mejor de los ¨²ltimos 28 a?os¡±. Mej¨ªas explica: ¡°Si este hubiese sido otro a?o h¨²medo ver¨ªamos correr el Guadiana por su cauce¡±.
Los nuevos ojos son una de las pocas buenas noticias que el humedal ha recibido desde que en 1956 Franco promulg¨® la ¡°ley sobre saneamiento y colonizaci¨®n de los terrenos pantanosos a los m¨¢rgenes de los r¨ªos Cig¨¹ela y Z¨¢ncara¡±. La norma convert¨ªa ¡°terrenos incultos de car¨¢cter pantanoso o encharcadizo¡± en regad¨ªo. Los ingenieros se empe?aron con ¨¦xito en desecar los terrenos.
En 1973, el Gobierno declar¨® las Tablas de Daimiel como parque nacional, la m¨¢xima figura de protecci¨®n. Parec¨ªa como se?alar una pista de esqu¨ª en medio del desierto. El enorme acu¨ªfero sigui¨® sobreexplotado durante d¨¦cadas por miles de pozos (muchos de ellos ilegales) y lleg¨® a estar, en 2008, a 35 metros de profundidad. En el peor momento, el d¨¦ficit acumulado rondaba los 3.750 hect¨®metros c¨²bicos. Para dar la medida de la situaci¨®n, hay que tener en cuenta que los embalses de Entrepe?as y Buend¨ªa (Guadalajara), los dos enormes pantanos de los que parte el trasvase al Segura, tienen una capacidad m¨¢xima de 2.474 hect¨®metros. As¨ª que el d¨¦ficit de m¨¢s de 3.000 hect¨®metros parec¨ªa imposible de recuperar.
La sobreexplotaci¨®n, unida a la sequ¨ªa, hizo saltar las alarmas. El Gobierno y la Junta de Castilla-La Mancha anunciaron el Plan Especial del Alto Guadiana, dotado sobre el papel con 3.000 millones, para regularizar pozos y comprar derechos de agua para recuperar los ojos en dos d¨¦cadas. El dinero no lleg¨® ¡ªal menos no en esa cantidad¡ª, pero los agricultores comenzaron a tomar conciencia de que aquello no pod¨ªa seguir, que si segu¨ªan abusando del acu¨ªfero terminar¨ªa por ser su ruina.
En octubre de 2009, y tras la prolongada sequ¨ªa, la turba del subsuelo comenz¨® a arder en las Tablas. Era un fen¨®meno habitual fuera del parque, pero el espacio protegido hab¨ªa estado a salvo hasta entonces.
El balance del Plan del Alto Guadiana es de ¡°4.000 pozos legalizados, 20.000 nuevas hect¨¢reas de regad¨ªo, m¨¢s de 8.000 contadores instalados y 1.000 millones en infraestructuras¡± y la compra de multitud de fincas. El Gobierno del PP ha anunciado que suprimir¨¢ el plan, pero con un poco de suerte puede que quede su legado: la conciencia en la zona de que no se puede seguir explotando sin fin el acu¨ªfero.
?Durar¨¢n mucho los nuevos ojos? Es poco probable. El informe del IGME explica que ¡°de continuar la falta de precipitaciones de los ¨²ltimos dos meses y el inicio de los primeros riegos de la temporada, se producir¨¢ un lento descenso del nivel piezom¨¦trico que volver¨¢ a situar este por debajo de la cota del terreno y dejar¨¢n de aparecer estas nuevas surgencias¡±. Aun as¨ª, la situaci¨®n del acu¨ªfero hace que sea m¨¢s factible que nunca recuperar el ecosistema. Para ello, es fundamental controlar las extracciones para regad¨ªo, que en los peores a?os superaron los 600 hect¨®metros c¨²bicos, el triple de la recarga media.
¡°Si se salva esto o no es una decisi¨®n pol¨ªtica¡±, a?ade Mej¨ªas, que teme que en un nuevo periodo seco se olviden las medidas de ahorro. ¡°La recuperaci¨®n no se puede confiar solo a la aparici¨®n de espor¨¢dicos episodios h¨²medos¡±.
El Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente prepara una reforma legal de urgencia para impedir ¡°un nuevo deterioro del acu¨ªfero¡±, para lo cual ¡°reordenar¨¢ los derechos de uso de las aguas tendente a la recuperaci¨®n ambiental de los acu¨ªferos¡±. Las condiciones para recuperar La Mancha H¨²meda se dan ahora como nunca. El tiempo dir¨¢ si el ojo entreabierto del Guadiana es solo un espejismo, una oportunidad perdida. O si, por el contrario, no hay marcha atr¨¢s en la recuperaci¨®n del Guadiana.
Las Tablas De Daimiel, en su apogeo
El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel capea la sequ¨ªa. Aunque este invierno fue uno de los m¨¢s secos que se recuerdan, los r¨ªos de la comarca a¨²n llevan agua por las lluvias de a?os anteriores. Las Tablas mantienen 1.300 hect¨¢reas encharcadas (en 2009 lleg¨® a tener solo 16).
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