SOHO, el veterano vigilante del Sol
El observatorio espacial analiza el astro en su fase actual de actividad m¨¢xima
El Sol est¨¢ de actualidad. Desde hace unos meses somos testigos de una sucesi¨®n de tormentas solares que han producido auroras espectaculares. ?Es esto normal? Pues s¨ª. Desde el siglo XIX sabemos que la actividad del Sol var¨ªa. Se descubri¨® observando la aparici¨®n y desaparici¨®n de manchas en su superficie. De forma regular, el Sol pasa de un periodo en el que no se ven manchas y apenas hay tormentas solares a otro en el que las manchas abundan y las tormentas se suceden. Y este ciclo se repite cada 11 a?os.
Nos encontramos en el m¨¢ximo de uno de estos ciclos. Y aunque es probable que a partir de ahora ya empecemos a detectar una disminuci¨®n en el n¨²mero de manchas solares, es tambi¨¦n muy posible que sigan produci¨¦ndose tormentas intensas durante un par de a?os. Es lo que ha sucedido en ciclos pasados.
Las tormentas solares pueden continuar durante un par de a?os
Los f¨ªsicos solares usan tanto telescopios en tierra como en el espacio para estudiar la actividad solar. Esto nos permite poder predecir, cada vez con mayor precisi¨®n, la aparici¨®n de tormentas solares. Y una pieza clave de este arsenal cient¨ªfico es el Observatorio Solar y Heliosf¨¦rico (SOHO por sus siglas en ingl¨¦s), testigo ya de m¨¢s de un ciclo completo de actividad solar.
Desde 1989, la Agencia Europea del Espacio (ESA) ha liderado la colaboraci¨®n con la NASA en el dise?o, la construcci¨®n y las operaciones del SOHO. Tambi¨¦n una cincuentena de universidades, laboratorios y centros de investigaci¨®n est¨¢n involucrados de diferentes maneras en la construcci¨®n y operaci¨®n de los 12 instrumentos que este observatorio lleva a bordo. Toda la instrumentaci¨®n se dise?¨® para operar de forma coordinada, con objetivos cient¨ªficos muy claros: el estudio del interior y la atm¨®sfera solar, as¨ª como del viento solar que se propaga a trav¨¦s del medio interplanetario, llenando la zona de influencia que el Sol ejerce entre las estrellas de su alrededor (la heliosfera).
El telescopio SOHO se encuentra a un mill¨®n y medio de kil¨®metros de la Tierra, siempre en la direcci¨®n del Sol. All¨ª la atracci¨®n gravitatoria de nuestra estrella y de nuestro planeta se combinan de forma que el sat¨¦lite se puede mantener en posici¨®n con muy poco consumo de combustible. Este es un lugar privilegiado pues, sin noche, se puede observar el Sol 24 horas al d¨ªa. Adem¨¢s, se recibe la luz ultravioleta del Sol, que la atm¨®sfera terrestre absorbe, y el SOHO puede estudiar los fen¨®menos solares que la producen y que son invisibles para un telescopio en tierra.
El observatorio tambi¨¦n estudia el interior solar mediante t¨¦cnicas muy parecidas a las de la sismolog¨ªa terrestre, midiendo c¨®mo se mueve su superficie. Con el SOHO, grandes avances han venido de la mano de la observaci¨®n ininterrumpida, lo que permite una precisi¨®n no alcanzada anteriormente. Estas t¨¦cnicas han permitido medir con detalle la estructura interior del Sol y los complejos flujos de gas bajo la superficie solar relacionados con el ciclo de actividad de 11 a?os, un ciclo del que todav¨ªa quedan muchos detalles por entender.
Un campo cient¨ªfico que se ha desarrollado a la par de esta misi¨®n ha sido la meteorolog¨ªa espacial. Consiste en el estudio del efecto que algunos fen¨®menos solares tienen en nuestro planeta. Los dos m¨¢s relevantes son las fulguraciones y las eyecciones de masa coronal, que son lo que com¨²nmente se conocen como tormentas solares.
Las fulguraciones solares son fen¨®menos en los que el campo magn¨¦tico que existe en la superficie solar se reorganiza y producen explosiones que emiten radiaci¨®n (visible, ultravioleta y rayos X) y, a veces, part¨ªculas cargadas como protones y electrones hacia el medio interplanetario. La atm¨®sfera terrestre nos protege de los efectos de estas fulguraciones.
Las eyecciones de masa coronal (CME) son reorganizaciones a gran escala de la corona del Sol (la parte m¨¢s externa de su atm¨®sfera) que proyectan material solar hacia el medio interplanetario. En ocasiones esto sucede en la direcci¨®n en la que se encuentra nuestro planeta y dicho material, el¨¦ctricamente cargado, es conducido por el campo magn¨¦tico terrestre hacia los polos. Es la causa principal de que se produzcan las auroras boreales. El campo magn¨¦tico terrestre nos protege de sus efectos.
El telescopio capta en el espacio fen¨®menos invisibles en tierra
Fen¨®menos de este tipo especialmente intensos pueden afectar en ocasiones a ciertas zonas de la superficie terrestre, principalmente cerca de los polos magn¨¦ticos. Sat¨¦lites en ¨®rbita alta (como los de comunicaciones o de navegaci¨®n) e infraestructuras en tierra que abarcan largas distancias, como redes de distribuci¨®n el¨¦ctrica, tambi¨¦n se pueden ver ocasionalmente afectadas. Las primeras, en ¨®rbita, porque est¨¢n menos protegidas por el campo magn¨¦tico terrestre, y las segundas, en tierra, porque pueden sufrir corrientes el¨¦ctricas inducidas si se encuentran cerca de los polos terrestres. Los operadores de estas infraestructuras toman medidas para evitar los efectos de estos fen¨®menos solares.
Todo este trabajo tendr¨¢ su continuidad con el Solar Orbiter, una nueva misi¨®n en desarrollo de la ESA que nos permitir¨¢ observar el Sol desde mucho m¨¢s cerca que hasta ahora y avanzar m¨¢s en el estudio de su relaci¨®n con el medio interplanetario y, en particular, la Tierra. Su lanzamiento est¨¢ programado para 2017 y tiene una importante contribuci¨®n espa?ola.
Luis S¨¢nchez es el coordinador de datos cient¨ªficos de sat¨¦lite SOHO, Agencia Europea del Espacio (ESA).
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