"Necesito las pastillas del VIH y no podr¨¦ pagarlas. Estoy tirado"
Chaouki Smaali, sin permiso de residencia, no tendr¨¢ acceso a un costos¨ªsimo tratamiento ¡°?Qu¨¦ har¨¦ sin asistencia sanitaria?¡±, se pregunta
Chaouki Smaali es seropositivo. ¡°Por una mujer¡±, comenta sin dar m¨¢s detalles. Este tunecino que el martes cumple 40 a?os se enter¨® de que era portador de VIH en 1996, de casualidad. Un accidente de tr¨¢fico le desvel¨® su condici¨®n de infectado. ¡°Me detectaron el virus en los an¨¢lisis que me hicieron antes de operarme¡±, explica. Por entonces a¨²n le iba bien como instalador de equipos de aire acondicionado. Ahora, mientras trata de olvidarse de la hero¨ªna, no tiene m¨¢s trabajo que las chapuzas que le salen para ir tirando. Su mujer y sus dos hijos se han ido a vivir con sus suegros. Le han cortado el agua corriente por impago y no tiene ¡°ni para un caf¨¦¡±.
El 1 de septiembre el Gobierno quitar¨¢ la cobertura a los ¡®sin papeles¡¯
Pero sus problemas no acaban aqu¨ª. Ni con el reto que supone vivir con el VIH. Todo apunta a que, a partir del 31 de agosto, Chaouki dejar¨¢ de tener acceso a los costosos medicamentos (850 euros al mes) que impiden que el virus prolifere hasta el punto de desarbolar su sistema inmunitario. Es entonces, al caer dram¨¢ticamente las defensas, cuando aparece el sida y las enfermedades oportunistas que le acompa?an (tuberculosis, pulmon¨ªas, sarcoma de Kaposi).
A falta de las excepciones que se puedan incluir en el desarrollo reglamentario, las medidas incluidas en el decreto aprobado por el Gobierno, destinado a recortar el gasto sanitario, contemplan dejar sin tarjeta sanitaria desde septiembre a los extranjeros ¡°no registrados ni autorizados como residentes en Espa?a¡±, unos 153.000, que tendr¨¢n como ¨²nica cobertura la atenci¨®n de urgencias. Es el caso de Chaouki, que tras 20 a?os en Valencia se ha quedado sin papeles: ¡°Me han denegado el permiso de residencia¡±.
El ¨²nico acceso a estos f¨¢rmacos es a trav¨¦s de los hospitales p¨²blico
¡°?Qu¨¦ voy a hacer?¡±, se pregunta mientras relata su historia, sentado en un banco en el centro hist¨®rico de Valencia. Sus respuestas suelen llegar precedidas por un silencio que aprovecha para encoger los hombros, torcer el gesto o resoplar, como diciendo ¡®?qu¨¦ quieres que te diga?¡¯. Es despu¨¦s de este pre¨¢mbulo, cuando responde. ¡°Estoy tirado, necesito las pastillas y no puedo pagar el tratamiento, estoy muy preocupado¡±, lamenta. ¡°?Qu¨¦ puedo hacer si me quitan la asistencia sanitaria? Te quedas bloqueado, no sabes d¨®nde acudir...¡±.
Chaouki toma cuatro pastillas diarias. Dos de ellas (Truvada) act¨²an contra la transcriptasa inversa, una enzima que el virus necesita para replicarse. Las otras (Prezista y Norvir) bloquean la proteasa, otra enzima que el VIH usa para multiplicarse. Estos medicamentos solo los dispensan en Espa?a los servicios de farmacia hospitalaria de los centros p¨²blicos. No existe ning¨²n canal alternativo que permitiera a un paciente con dinero para pagarlos acceder a los f¨¢rmacos que le dan la vida. Se ver¨ªan, pues, expulsados del sistema.
Retirar la asistencia es ¡°una barbaridad¡±, opina el presidente de Seisida
¡°Es una barbaridad impedir a estas personas el acceso al tratamiento¡±, explica Enrique Ortega, presidente de la Sociedad Espa?ola Interdisciplinaria del Sida. ¡°No solo pensando en el paciente, tambi¨¦n en t¨¦rminos de salud p¨²blica; si mantenemos la carga viral baja con los f¨¢rmacos, impedimos que se disemine la infecci¨®n¡±. Como indica el tambi¨¦n responsable de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital General de Valencia, ¡°el tratamiento antirretroviral es el que m¨¢s eficacia a menor coste presenta. Desde un punto de vista humano, econ¨®mico o de salud p¨²blica, [la decisi¨®n del ministerio] es absurda¡±.
Chaouki tambi¨¦n acude a la red p¨²blica sanitaria para dejar la hero¨ªna. ¡°Una vez olvid¨¦ la tarjeta sanitaria y no me quer¨ªan dar metadona, menos mal que la m¨¦dica me conoce y no hubo problema¡±. Si se queda sin cobertura asistencial, la buena voluntad del personal sanitario ya no le servir¨¢ de nada.
M¨¢s de 150.000 personas tendr¨¢n como ¨²nica salida ir a las urgencias
Lo ¨²nico que le quedar¨¢ es el consultorio de M¨¦dicos del Mundo, un servicio destinado a la poblaci¨®n sin recursos que estuvo a punto de cerrar despu¨¦s de que el Gobierno, en 2000, extendiera la cobertura a todos los inmigrantes. Esta entidad se qued¨® apenas sin usuarios y potenci¨® otras parcelas, como el reparto de meriendas y cenas, un servicio que Chaouki conoce bien. Si Sanidad retira la asistencia a los sin papeles, el responsable de la organizaci¨®n en Valencia, Rafael Sotoca, no descarta volver a potenciar la vertiente asistencial m¨¢s dura. Otra cosa son los antirretrovirales. ¡°Ah¨ª no podremos llegar¡±.
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