La pobreza infantil alcanza a la clase media
Aldeas Infantiles reparte ahora m¨¢s comida y ropa, adem¨¢s de apoyo en los estudios Madres solas y desahuciadas son otro de los nuevos perfiles que requieren ayuda
La crisis y la pobreza infantil van m¨¢s de la mano que nunca. En la organizaci¨®n Aldeas Infantiles son muy conscientes de ello porque en los ¨²ltimos a?os han visto cambiar el perfil de los ni?os a los que ayudan y de los requerimientos de sus familias. Donde antes era apoyo al estudio ahora es ropa y comida; las familias desestructuradas han cedido el paso a hogares de clase media, "que se acercan con mucha verg¨¹enza" o madres que han sido desahuciadas de sus casas con uno o varios menores a su cargo.
Tampoco les est¨¢ yendo del todo bien a los que fueron hace a?os ni?os de Aldeas Infantiles y que ahora son j¨®venes que, apenas emancipados, han ca¨ªdo en el paro. "El 52% de ellos, como otros j¨®venes, est¨¢n desempleados y vuelven a nosotros en busca de apoyo. Tratamos de ayudarles, bien con medidas de urgencia, como el pago de un recibo de la luz, con comida, o, sobre todo, intentando buscarles otro empleo", explica el director general de la organizaci¨®n, Pedro Puig.
La situaci¨®n en Grecia, donde se est¨¢ multiplicando el n¨²mero de ni?os que caen en el abandono por la pobreza de sus familias, no es en nada comparable a la espa?ola. Ellos no tienen ayudas p¨²blicas, aqu¨ª s¨ª existen, por ahora. "Nosotros acogemos a los ni?os en desamparo que llegan derivados de las Administraciones y tenemos plazas conveniadas para ello", dice Puig. La Administraci¨®n paga lento, incluso con retrasos de un a?o, pero esos pagos llegan. Afortunadamente, Aldeas Infantiles se financia en un 75% con donaciones privadas y eso les permite atender, adem¨¢s, sus centros de d¨ªa y guarder¨ªas, donde s¨ª se ha notado el repunte de gente pidiendo ayuda. "El otro d¨ªa repartimos una tonelada de comida en uno de estos centros y tenemos proyectos de colaboraci¨®n con el Banco de Alimentos y con Cruz Roja para ello", explica Puig. A algunos de estos ni?os se les da comida tambi¨¦n para que lleven a casa.
"Estamos notando", dice Puig por ¨²ltimo, "que la Administraci¨®n se resiste a acoger nuevos ni?os bajo su tutela, porque, claro, eso conlleva un coste". Por otro lado, se congratula de que, en tiempos tan feroces, aquellas personas que eran donantes privados y "llaman llorando" para decir que, dada su situaci¨®n, tienen que suspender el pago, se sustituyen por otras que se dan de alta como socios: "Dice mucho de la solidaridad de los espa?oles. Tambi¨¦n estamos teniendo m¨¢s voluntarios que nunca".
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