Anthony Hunter-Choat, el oficial aventurero

El general de brigada Anthony Hunter-Choat, fallecido el 12 de abril a los 76 a?os, fue uno de esos hombres arrojados que se tomaron al pie de la letra las palabras de Lord Salisbury sobre el derecho que tiene un ingl¨¦s a jugarse el cuello d¨®nde y cu¨¢ndo le plazca. Por eso se alist¨® en la Legi¨®n Extranjera francesa y combati¨® en Argelia, recibiendo varias medallas por su valor. De paso particip¨® en el complot de los militares contra De Gaulle. Comand¨® unidades de las Fuerzas Especiales brit¨¢nicas (Special Air Service Regiment, SAS), coordin¨® las de la OTAN y se encarg¨®, como un Glubb Pach¨¢ con boina verde, de mandar y reorganizar las del Sult¨¢n de Om¨¢n. A?¨¢dase que sirvi¨® como verificador del alto el fuego en Kosovo, que tuvo un papel clave en la contrataci¨®n de empresas militares privadas en Irak y que de 2001 a 2003 fue jefe de seguridad del Aga Khan. Para aumentar su parecido con aquellos hombres que pudieron reinar, era francmas¨®n. Estaba en posesi¨®n de la Legi¨®n de Honor francesa (2011), de varias medallas al valor y de la Orden del Imperio Brit¨¢nico (OBE).

Anthony Hunter-Choat (Purley, sur de Londres, 1936), estudi¨® para arquitecto pero, prefiriendo una vida m¨¢s aventurera, se march¨® a Francia (perseguido por su madre que lo quer¨ªa traer de vuelta) y se enrol¨® en 1957 en la Legi¨®n Extranjera. Cuando su progenitora dio con ¨¦l, el chico ya hab¨ªa firmado por cinco a?os. Adscrito al 1? Regimiento Extranjero de Paracaidistas (1e REP) como tirador y enviado a Argelia, donde se libraba la Guerra de Independencia, se distingui¨® el 14 de febrero de 1958 en el Fedj Zezoua, donde obtuvo su primera citaci¨®n y la cruz al valor militar.Recibi¨® tres medallas al valor durante los cinco a?os. En el seno del 1e REP tom¨® parte en el golpe de Estado contra De Gaulle, ocupando con sus hombres puntos clave en Argel.

En 1962, de vuelta a casa, su padre lo anim¨® a alistarse en el Ej¨¦rcito brit¨¢nico y se uni¨® al 7? Regimiento de Fusileros Gurkhas, con el que parti¨® a Malasia. A inicios de 1963 lo enviaron con su unidad a Brunei y de all¨ª a Borneo y Sarawak (?los viejos predios del Raj¨¢ Blanco!), donde particip¨® en los broncos combates de la eufem¨ªsticamente denominada Confrontaci¨®n Indonesia, una guerra no declarada contra la guerrilla comunista alentada por Sukarno en la que tuvieron importante participaci¨®n las fuerzas especiales brit¨¢nicas. No es aventurado suponer ¡ªesta parte de la carrera militar de Hunter-Choat es materia reservada¡ª que el experimentado legionario en la guerra contra la insurgencia argelina tuvo un papel importante en la lucha en Borneo.

En los ochenta fue nombrado comandante del 23? regimiento del SAS. Tras ocupar diferentes destinos, ya siempre en las fuerzas especiales y ascender a teniente coronel, fue agregado al cuartel general de las fuerzas aliadas en Europa para coordinar las fuerzas especiales de la OTAN.

Tras retirarse del Ej¨¦rcito, de 1989 a 1997 sirvi¨® como comandante de las fuerzas especiales de Om¨¢n como coronel y luego con el rango de general de brigada, reorganizando dichas fuerzas y siendo condecorado por el sult¨¢n Qabus, del que era ¨ªntimo, con la Medalla de la Gloria Militar oman¨ª. Hay que recordar que el SAS, que ten¨ªa una larga tradici¨®n de presencia en Om¨¢n desde 1957, ayud¨® a Qabus a deponer a su padre en 1970 y libr¨® durante a?os una guerra secreta contra las guerrillas auspiciadas por Yemen (con episodios como la famosa Batalla de Mirbat en la que 10 miembros del SAS y un grupo de soldados locales derrotaron a m¨¢s de 250 guerrilleros). Es l¨®gico que el sult¨¢n pusiera a nuestro hombre a su servicio, continuando la costumbre de emplear militares brit¨¢nicos.

Su ¨²ltimo avatar militar fue pol¨¦mico. Como jefe de seguridad de la oficina de contrataci¨®n de la autoridad provisional de la Coalici¨®n en Irak, simplific¨® las normas establecidas por el Departamento de Estado de EE UU para los contratistas de seguridad privada en el pa¨ªs ocupado. Se le acus¨® de favorecer as¨ª los intereses de la empresa brit¨¢nica Aegis Defence Services, que logr¨® contratos clave y con cuyo propietario, Tim Spicer, manten¨ªa relaci¨®n personal desde sus tiempos en el ej¨¦rcito.