Un ministro demasiado ¨¢cido
Wert es el miembro menos valorado del Gobierno a pesar de ser un experto en imagen pol¨ªtica Es brillante, soberbio y excesivamente ir¨®nico
Quienes han conocido a Jos¨¦ Ignacio Wert (Madrid, 1950) el tiempo suficiente como para distinguir a ciencia cierta que detr¨¢s de su soberbia habita una mente brillante e ingeniosa, se han estado preguntando todo este tiempo cu¨¢nto puede durar como ministro de Educaci¨®n. Due?o de una lengua viperina, afilada en cientos de tertulias, extremadamente mordaz, impertinente, provocador, tambi¨¦n exhibicionista y arrogante, no parece ser el perfil id¨®neo de un pol¨ªtico profesional para un ministerio con ¡°tanto obispo¡± como el de Educaci¨®n. De tal forma que, cuando acaeci¨® el episodio del plante de los rectores al ministro, nunca antes sucedido, pocos de sus conocidos se extra?aron. ¡°Los trat¨® como a una chusma¡±, coinciden en afirmar varios encuestados. ¡°Jos¨¦ Ignacio no tiene habilidades sociales¡±, concluyen.
No se puede decir que Wert no tenga experiencia pol¨ªtica, pero s¨ª que fue breve y data de los primeros a?os de la Transici¨®n, cuando lleg¨® a ser concejal en Madrid y diputado por A Coru?a en las filas del PDP (Partido Dem¨®crata Popular) y luego de Coalici¨®n Popular, una coalici¨®n nacida de las ruinas de la UCD con elementos democratacristianos sumados a las huestes de Alianza Popular. Hay quien le recuerda haciendo campa?a en gallego, lengua que aprendi¨® en pocas sesiones, cualidad ¨¦sta que nadie le discute: la de su facilidad para hablar idiomas (algunas fuentes se?alan que con seis idiomas es el ministro m¨¢s pol¨ªglota del Gobierno) o para informarse plenamente de una cuesti¨®n en muy breve tiempo.
Aprende idiomas en pocas sesiones y se forma a fondo en cada tema
Desde entonces, su actividad ha estado ligada al sector privado donde se ha podido desempe?ar con libertad, sin las ataduras de la disciplina de partido: ha estado en RTVE, inaugur¨® el CIS (Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas), convirti¨® Demoscopia (una peque?a agencia de encuestas nacida al amparo de EL PA?S) en una gran empresa, estuvo en Sofres sumando audiencias, ha trabajado para el BBVA como jefe de gabinete del presidente Francisco Gonz¨¢lez y, solo muy recientemente, comenz¨® a probar fortuna como consultor independiente y, sobre todo, como tertuliano. Esta ¨²ltima etapa es la menos transparente de su carrera: nadie sabe muy bien c¨®mo acab¨® su relaci¨®n con el presidente del BBVA porque, a ra¨ªz de su marcha, estuvo dos a?os casi desaparecido. Como consultor parece que encandil¨® a Rajoy.
Se gan¨® gran prestigio como profesional y un estilo como comunicador, virtudes interesantes para la empresa o el plat¨®, pero no necesariamente ¨²tiles para ejercer en un ministerio. Buen conferenciante y excelente articulista, capaz de opinar sobre todo, incluido el f¨²tbol, una pasi¨®n que ejerce desde el madridismo. En este terreno, cre¨® para la posteridad el t¨¦rmino ¡°anorexia patri¨®tica¡± para explicar los fracasos de la selecci¨®n espa?ola: la teor¨ªa Wert conclu¨ªa que era debido a que determinados jugadores sufr¨ªan un d¨¦ficit patri¨®tico que les llevaba a no meter el pie. Desgraciadamente, los ¨¦xitos en la Eurocopa y el Mundial, con un f¨²tbol donde no hac¨ªa falta meter el pie sino tocarla, dejaron en entredicho su teor¨ªa. Como conferenciante era muy celebrado. Nunca dejaba indiferente, como el t¨ªtulo de una de sus conferencias: ¡°No le cont¨¦is a mi madre que hago encuestas pol¨ªticas. Ella cree a¨²n que soy pianista en un burdel¡±.
Wert lleg¨® al Ministerio de Educaci¨®n solo. Sin equipo. ?Un acto de prepotencia? No lo parece: Wert fue un nombramiento de ¨²ltima hora. Su nombre siempre estuvo ligado para la presidencia de RTVE, tanto en tiempos de Zapatero como de Rajoy. Todos los altos cargos se los puso el partido, de tal forma que uno de los primeros percances surgi¨® sin su intervenci¨®n. Un director general, Xavier Gisbert, provoc¨® un atisbo de insumisi¨®n de Esperanza Aguirre a consecuencia de la contrataci¨®n de profesores nativos de ingl¨¦s. El conflicto se solvent¨® de un plumazo con la marcha del alto cargo ¡°por motivos personales¡± y su exilio a la embajada de Washington.
Se gan¨® prestigio como profesional y por comunicador
A su llegada al ministerio se condujo con un lenguaje coloquial y campechano, con un talante muy abierto en las formas como para romper con la rigidez del ministerio, muy diferente a su comportamiento en las empresas privadas, donde se le recuerdan sus gritos a las secretarias y su exceso de mordacidad. Demasiado suelto en el lenguaje, comenz¨® a lanzar frases con el ¨¢nimo de provocar titulares y algunos se le vinieron en contra. As¨ª fue cuando afirm¨® que los problemas educativos en Ceuta y Melilla se deb¨ªan a ¡°la avalancha de poblaci¨®n, b¨¢sicamente marroqu¨ª, que acude a beneficiarse de esa educaci¨®n obligatoria y gratuita que se les facilita¡±, cuando los usuarios musulmanes de la educaci¨®n no son marroqu¨ªes sino espa?oles. Afirm¨® tambi¨¦n, para estupor del sector, que la educaci¨®n infantil en Espa?a es ¡°m¨¢s asistencial que educativa¡±. ¡°No puede ser que al empoll¨®n se le considere un friqui¡±, dijo en una entrevista. Esa tendencia a la frase ingeniosa no ha ca¨ªdo bien y le ha ocasionado algunos percances, en algunos casos porque su equipo no le proporcion¨® los datos correctos o porque le fall¨® la memoria. As¨ª fue cuando dijo que ¡°en Espa?a hay 79 universidades mientras en California, con la misma poblaci¨®n, solo hay 10¡±, cuando en California hay 146. Tambi¨¦n confundi¨® un libro de texto con un ensayo para criticar la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa.
Su forma de ser le ha jugado una mala pasada, sostienen sus conocidos. Un ministro no puede ser ir¨®nico o brillante en cada declaraci¨®n. ¡°No quiso ser respetuoso con los rectores en el orden del d¨ªa de la reuni¨®n y eso provoc¨® el conflicto¡±, dijo una fuente del ministerio. ¡°Para ser un profesional de las audiencias, lo sucedido es un golpe a su orgullo: es el ministro menos valorado del Gobierno y ¨¦l solo provoc¨® un conflicto que tuvo m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica que toda una jornada de huelga. Fue un error garrafal que tiene al partido muy preocupado¡±.
Sus interlocutores en las ¨²ltimas fechas no se han formado todav¨ªa una opini¨®n muy s¨®lida del ministro, pero concuerdan en apuntar su poca sensibilidad hacia el sector y su desconocimiento de los problemas de la Educaci¨®n. As¨ª lo manifiesta gente como Jos¨¦ Campos, de CC OO, y Carlos L¨®pez, de UGT. ¡°No hemos podido reunirnos con ¨¦l salvo en una ocasi¨®n y fue para exponernos los recortes sin dejarnos hablar. Lo primero que pienso es que no parece un hombre capaz de generar consenso¡±, dice L¨®pez, que a?ade: ¡°Tiene demasiados frentes abiertos¡±. Campos, por su parte, ha tenido varias reuniones con ¨¦l. Reconoce un trato afable pero ¡°poca cintura¡± en el ministro: ¡°No podr¨ªa acusarle de prepotente, pero s¨ª de poco flexible. No es dialogante¡±.
Su conflicto con los rectores tuvo m¨¢s repercusi¨®n que la huelga general
Son mayor¨ªa las fuentes que apuntan a que su pol¨ªtica la est¨¢ marcando G¨¦nova, raz¨®n por la cual sorprende ¡°un comportamiento tan derechizado¡± en un hombre liberal como Wert. A su pesar, en el sector se le tiene por un ministro d¨¦bil: ¡°Mientras otros ministerios han sufrido recortes del 16%, Educaci¨®n se ha situado en el 21%. Conseguir¨¢ que Educaci¨®n baje un punto en el PIB. Es una barbaridad¡±.
En unas fechas volver¨¢n los rectores. Sus conocidos le recomiendan que deje el ingenio y el genio fuera del ministerio si quiere seguir siendo ministro.
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