Puntualizaciones a Carmen Vela sobre el ¡°adelgazamiento¡± de la ciencia en Espa?a
Seg¨²n datos del Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, el porcentaje de la poblaci¨®n activa dedicado a I+D en Espa?a (9,6%) est¨¢ por debajo de la media de la UE-27 (10,4%)
En respuesta a la reciente carta publicada en Nature por la Secretaria de Estado de Investigaci¨®n, Carmen Vela, es importante hacer las siguientes puntualizaciones. La I+D en Espa?a no ha estado sobrefinanciada. En el 2011 se le destin¨® un 1,35% del PIB, por debajo de la media de la UE-27 (2,3%) y muy lejos del objetivo del 3% del Consejo Europeo, alcanzado ya por algunos los pa¨ªses de nuestro entorno. No se justifica por tanto que los recortes sufridos por la I+D en el 2012 (22.2% en operaciones no financieras) sean mayores que la media del resto de las administraciones p¨²blicas (15.5%), con el agravante de que en I+D los recortes acumulados desde el 2009 alcanzan un 36.8%. Lejos de recortar, Alemania, abanderada de la austeridad, ha incrementado su presupuesto en I+D desde 2005 en un 54%. ?Por qu¨¦? Porque existe una relaci¨®n directa entre los recursos destinados a I+D y el crecimiento del producto interior bruto. Es por ello que la Comisi¨®n Europea considera que un aumento de la inversi¨®n en I+D es parte de la soluci¨®n para salir de la crisis econ¨®mica y repetidamente ha criticado los recortes que en Espa?a se est¨¢n haciendo en este sector porque aleja al pa¨ªs de una posible v¨ªa de crecimiento.
No ha sido el crecimiento r¨¢pido del sector de la I+D lo que ha llevado a una duplicaci¨®n innecesaria de centros y a una gesti¨®n ineficiente de recursos, ha sido la existencia, no de un sistema nacional de I+D, sino de 17+1, en un escenario en que la coordinaci¨®n, lejos de seguir un criterio cient¨ªfico, se ha limitado a relaciones puntuales bilaterales con frecuencia de tinte pol¨ªtico. Responsable tambi¨¦n ha sido la gran inercia del sistema administrativo, con trabas burocr¨¢ticas innecesarias y muy reticente una la flexibilizaci¨®n de la contrataci¨®n en I+D que, lejos de precarizarla, la haga competitiva con los pa¨ªses de nuestro entorno.
El adelgazamiento del sistema de I+D, tanto en recursos econ¨®micos como humanos, no es ni mucho menos una condici¨®n necesaria para fortalecerlo, por el contrario puede causar un da?o irreparable. Lo que es necesario es flexibilizarlo, modernizarlo, internacionalizarlo, hacerlo m¨¢s trasparente, buscando la coordinaci¨®n real entre los 17+1 sistemas de I+D y potenciando la excelencia con la participaci¨®n, por ejemplo, de evaluadores internacionales. La comunidad cient¨ªfica no s¨®lo no se opone a una reestructuraci¨®n sino que la espera como agua de mayo y desea que la futura Agencia Estatal de Investigaci¨®n, cuya creaci¨®n es urgente desbloquear, catalice estos cambios.
En su carta, la Secretaria de Estado de Investigaci¨®n dice que es necesario ¡°mejorar la calidad de los contratos reduciendo su n¨²mero¡±. Esta frase se refiere a las nuevas convocatorias tipo Ram¨®n y Cajal, Juan de la Cierva y Torres Quevedo y obedece a un deseo de ajustar el n¨²mero de estos contratos a las posibilidades reales de absorci¨®n del sistema de I+D en el contexto actual. El problema es que el contexto actual nos puede llevar a una situaci¨®n insostenible. Desde el Ejecutivo y el Legislativo se nos dice que la I+D, como mucho, puede aspirar a una tasa de reposici¨®n de un 10%, lo cual implica una reducci¨®n continua del n¨²mero de investigadores tanto en los Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n (OPI) como en universidades (en el CSIC, por ejemplo, la edad media de los investigadores es de 58 a?os).
Pero lo cierto es que no nos sobran investigadores. En los ¨²ltimos indicadores publicados por el Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad (correspondientes al 2009) el porcentaje de la poblaci¨®n activa dedicado a I+D en Espa?a (9,6 por mil) est¨¢ por debajo de la media de la UE-27 (10,4 por mil) y lejos de pa¨ªses punteros como Alemania (12,7 por mil), Suecia (15,4 por mil) y Finlandia (20,8 por mil).
La tasa de reposici¨®n de un 10% no corresponde ni mucho menos a un estudio detallado de cu¨¢les son las necesidades del sistema de I+D para hacerlo m¨¢s competitivo y alcanzar, por ejemplo, un mayor retorno europeo. El 10% no es m¨¢s que una tabla rasa similar a la impuesta en otros sectores, es un n¨²mero aleatorio establecido por el Ministerio de Hacienda que no s¨®lo no va a fortalecer al sistema de I+D sino que va a provocar la fuga de investigadores muy cualificados. Adem¨¢s, es importante destacar que esta tasa de reposici¨®n s¨®lo corresponde a investigadores con grado de doctor, dejando de lado a personal t¨¦cnico necesario para el correcto funcionamiento del sistema.
Es imprescindible que, ahora que todav¨ªa hay tiempo, se reconsideren los recortes en I+D y la tasa de reposici¨®n de investigadores y personal t¨¦cnico en organismos p¨²blicos de investigaci¨®n y universidades: un adelgazamiento, tanto de recursos econ¨®micos como humanos, lejos de ser una soluci¨®n, va a privar al pa¨ªs de un sector que ayudar¨ªa a cambiar su modelo productivo.
Amaya Moro-Mart¨ªn es investigadora del CSIC y promotora de la Plataforma por una Investigaci¨®n digna
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