Quiero arte, no (solo) dinero
El ¡®boom¡¯ del coleccionismo de arte contempor¨¢neo desaf¨ªa a la crisis econ¨®mica y bate r¨¦cords Al coleccionista le gu¨ªa la pasi¨®n tanto como la inversi¨®n
De forma ostensible y vertiginosa, los coleccionistas privados de arte contempor¨¢neo se han multiplicado exponencialmente a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada. Las principales ferias internacionales venden en cuesti¨®n de pocas horas sus piezas m¨¢s caras e importantes. Miles de coleccionistas se agolpan minutos antes de que se abran las puertas de ferias como Art Basel o Frieze, en sesiones exclusivas para ellos, y se quitan de las manos las obras, sin chistar. Pagan cientos de miles y hasta millones por las firmas m¨¢s codiciadas, sobre todo de artistas vivos. Artprice, web dedicada al mercado del arte, otorga un 31,90 % de aumento de confianza en el sector en los ¨²ltimos d¨ªas. Y la previsi¨®n es que se mantenga o suba. La crisis econ¨®mica ¡ªes cada d¨ªa m¨¢s evidente¡ª no se siente entre las grandes fortunas. Por el contrario, parece que el arte contempor¨¢neo se est¨¢ convirtiendo no solo en el nuevo refugio de estos potentados de los pa¨ªses emergentes, sino en una aut¨¦ntica pasi¨®n. U obsesi¨®n. ?O es solo inversi¨®n?
Los r¨¦cords en las subastas internacionales, como el obtenido por una de las copias de El Grito, de Edvard Munch, vendido por el precio hist¨®rico de 91,2 millones de euros a principios de mayo en Sotheby's-Nueva York, sorprenden ¡ªy hasta escandalizan¡ª cuando aparecen en prensa. ?Qui¨¦n es capaz de pagar esa cantidad? ?Por qu¨¦? Esos r¨¦cords son algo excepcional, aunque las subastas de las ¨²ltimas temporadas no han acusado efectos negativos por la crisis. Seg¨²n Artprice en 2011 se registr¨® la cifra m¨¢s alta de compras de a trav¨¦s subastas, con una cantidad aproximada de 7.350 millones de euros.
Con todo, el mundo de las subastas tiene reglas distintas al del arte reci¨¦n salido del estudio del artista, y representado por una galer¨ªa. Estas llevan contraatacando a las subastas mediante las ferias que de arte, con gran ¨¦xito. En la actualidad hay unas 190 ferias de arte en el mundo ¡ªen los a?os 70 hab¨ªa solo tres¡ª, lo que permite a las galer¨ªa globalizar su alcance y tomar contacto con coleccionistas y artistas de otros pa¨ªses. Todo eso est¨¢ generando un nomadismo de ¨¦lite tanto de los galeristas como de los compradores, y una enorme demanda de obras que a veces es una presi¨®n para los artistas m¨¢s cotizados.
En todo caso, hay una tendencia clara. ¡°Si hasta hace alg¨²n tiempo comprar obras de los maestros cl¨¢sicos o impresionistas era un signo externo de riqueza, hoy los coleccionistas se orientan hacia el arte contempor¨¢neo¡±, observa Jane Cohan, de la prestigiosa Cohan Gallery, con sede en Nueva York y Shanghai. ¡°En la cultura de hoy existe una acentuada inclinaci¨®n hacia lo actual y lo nuevo que creo que viene de cierta obsesi¨®n con la juventud¡±, responde por correo electr¨®nico.
Artprice otorga un 31,90% de aumento de confianza en el mercado del arte
Una observaci¨®n que corrobora la lista anual de los 200 Top Collectors que elabora cada a?o la revista estadounidense ArtNews, en su n¨²mero de verano que se publica el 10 de julio. El 84 % de los inclu¨ªdos en esta lista colecciona arte contempor¨¢neo, 37% arte moderno, un 8% impresionismo y postimpresionismo y otro 8% maestros antiguos.
¡°Mientras en 1975 hab¨ªa dos centros mundiales del arte, Nueva York y Colonia, ahora se pueden ver y comprar obras de artistas reconocidos en cada rinc¨®n del mundo. En Nueva York, por entonces, hab¨ªa unas 15 galer¨ªas. Hoy, solo en Chelsea, el distrito del arte, hay 350. Es algo que est¨¢ sucediendo en todo el globo, de Nueva York a Los ?ngeles, Londres, Berl¨ªn o Pek¨ªn, hasta centros emergentes como Bombai, Sao Paulo y Ciudad del Cabo, por mencionar unos cuantos: estamos siendo testigos de un crecimiento exponencial del sector¡±.
El papel de los coleccionistas en esta situaci¨®n es cada vez m¨¢s poderoso. "Si antes los gu¨ªas del gusto eran los historiadores del arte, los cr¨ªticos y los galeristas, los artistas e intelectuales, hoy son los coleccionistas los que ejercen cada vez mayor influencia en lo que se considera importante. El antiguo establishment del arte era lento en su adaptaci¨®n, mientras el mundo del arte m¨¢s orientado hacia el consumidor es m¨¢s flexible, m¨¢s abierto a ideas frescas y a las oportunidades¡±.
Los Cohan son tambi¨¦n impulsores de la VIP Art Fair, una feria de galer¨ªas online que el pasado mes de febrero celebr¨® su segunda edici¨®n. ¡°La segunda edici¨®n de la VIP Art Fair signific¨® un enorme crecimiento sobre todo para los que entraban desde los lugares m¨¢s apartados. Comparado con el a?o anterior hubo un aumento del 278% de visitantes de la India; 277% de los de los Emiratos ?rabes Unidos; 277% de Brasil; 409% de Turqu¨ªa, 319% de M¨¦xico y 456% de Chile¡±, afirma Jane Cohan.
Los nuevos ricos de Brasil, Rusia, India y China se afanan en acumular
Una de las razones de este boom del coleccionismo proviene de las nuevas econom¨ªas emergentes de Brasil, Rusia, India y China. Los llamados BRIC. La afici¨®n al arte contempor¨¢neo se ha extendido en estos pa¨ªses como una enfermedad contagiosa. Coleccionar arte actual est¨¢ bien visto socialmente, les permite relacionarse y probablemente presumir de sus adquisiciones. Adem¨¢s, en este r¨ªo revuelto de incertidumbre econ¨®mica, hay pocas oportunidades de inversi¨®n rentable. Hasta el oro parece estar perdiendo su tradicional fortaleza.
El Wall Street Journal public¨® un ilustrativo di¨¢logo entre un coleccionista estadounidense y el director del departamento de arte contempor¨¢neo de Sotheby's, Cheyenne Westphal, en junio de 2010. ¡°Lo llam¨¦ y le dije: '?Se da cuenta de que en el mercado actual podemos conseguir 50 millones de d¨®lares por el Rothko que usted tiene?' Hubo un momento de silencio y me respondi¨®: 'Bueno se?or Westphal, es una gran noticia. Pero ?qu¨¦ diablos voy a hacer con 50 millones en el banco?'". Muchos piensan as¨ª.
¡°En los c¨ªrculos econ¨®micos, y en particular a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas, hemos sido testigos de la expansi¨®n del mercado del arte. Este se est¨¢ internacionalizando a gran velocidad, gente de todo el mundo est¨¢ comprando de forma muy activa y construyendo importantes colecciones nacionales e internacionales", apunta Marc Spiegler, codirector de la feria Art Basel, con ediciones anuales adem¨¢s en Miami y, a partir del pr¨®ximo a?o tambi¨¦n en Hong Kong. ¡°Incluso antes de que anunci¨¢ramos los detalles de la edici¨®n de Hong Kong, vimos c¨®mo aumentaba el n¨²mero de coleccionistas asi¨¢ticos en Basilea y eran muchos m¨¢s los coleccionistas europeos que viajaban a Hong Kong y el resto de Asia¡±. La feria suiza, que se celebr¨® a mediados de junio, est¨¢ considerada la m¨¢s importante del mundo. Se calcula que se pusieron en venta a lo largo de cinco d¨ªas obras de arte por un valor de 1.245 millones de euros. La m¨¢s cara era un Rothko, por 78 millones de d¨®lares, medio mill¨®n m¨¢s que su precio r¨¦cord en subastas.
?Es el arte contempor¨¢neo hoy m¨¢s interesante que, por ejemplo, el mercado financiero? ¡°No soy un experto en inversiones¡±, dice Marc Spiegler. ¡°Pero hemos notado que en ¨¦pocas de incertidumbre econ¨®mica la gente opta por invertir en su colecci¨®n de arte en vez de especular, y muchos de estos coleccionistas prefieren obras de artistas que est¨¢n hacia la mitad de su carrera. Es el tipo de pieza que ha visto incrementado su valor, aunque haya sido comprada por razones de gusto y pasi¨®n m¨¢s que como inversi¨®n. He podido ver c¨®mo comprar arte que puedas exhibir resulta para ellos m¨¢s atractivo que poseer valores burs¨¢tiles¡±.
Los nuevos ricos se han volcado a esta afici¨®n. Las obras de arte son objetos siempre distintos, inagotables, ¨²nicos y exclusivos. Para quienes lo abordan con cierta frivolidad resulta algo sencillamente entretenido. Para inversores m¨¢s serios es un tema apasionante de estudio, investigaci¨®n y satisfacci¨®n. Porque tambi¨¦n hay clases entre los coleccionistas. Charles Saatchi, uno de los m¨¢s influyentes, public¨® un airado art¨ªculo a finales de 2011 en The Guardian, aberrando del ¡°vulgo¡± de los nuevos ricos. ¡°Ser un comprador de arte en estos momentos es incontestablemente vulgar¡±, escribi¨®. Los llam¨® ¡°oligarcas de las tendencias de moda¡±, y se preguntaba: ¡°?Realmente disfruta esta gente ante una obra de arte? ?O simplemente se jactan de poseer obras f¨¢cilmente reconocibles, nombres-marca de artistas comprados ostentosamente en subastas a precios exorbitantes, para decorar sus numerosas mansiones?¡±
Existen los nuevos ricos, los oportunistas, los esnobs. Pero tambi¨¦n es notable el aumento de coleccionistas, quiz¨¢ no tan ricos, que han encontrado en el arte contempor¨¢neo una fuente placer est¨¦tico, a la vez que una pasi¨®n a veces compulsiva y una forma entusiasta de comunicarse con otros semejantes. Este sector es el que est¨¢ ganando peso, incluso en la valoraci¨®n de los nuevos artistas, y en los ¨²ltimos tiempos se est¨¢n organizando m¨¢s all¨¢ de la influencia directa de las partes interesadas en la compra-venta. Cerca de 4.200 de estos coleccionistas se han reunido en torno a una web llamada Independent Collectors. Es una especie de red social con caracter¨ªsticas propias. Provienen de 93 pa¨ªses y los m¨¢s numerosos son alemanes, estadounidenses, brit¨¢nicos, italianos y espa?oles. Han colgado en sus respectivos perfiles im¨¢genes de cerca de 19.000 obras de arte y organizan sus propias exposiciones online con piezas propias y ajenas que comparten entre ellos. Discuten sobre sus artistas preferidos, organizan viajes y encuentros. Ellos acaban de publicar la BMW Art Guide for Independent Collectors (Hatje Cantz), con los datos de sus colecciones y los museos privados que se han abierto. Es una aventura vital que va ganando cada vez m¨¢s adeptos porque, de alguna manera, una colecci¨®n es como el reflejo de la propia personalidad. Es lo que con el tiempo consigue ser herencia cultural com¨²n. Y as¨ª es como nacieron los grandes museos del mundo.
Un modo de vida
A pesar de la reducci¨®n notable de presupuestos de instituciones espa?olas, la feria Arco Madrid 2012 mantuvo un nivel de ventas aceptable, seg¨²n una encuesta entre las galer¨ªas participantes, con un 40% de satisfacci¨®n por los resultados. "Hay una gran demanda internacional de obras de artistas bien posicionados. La competencia por ellos entre los coleccionistas es muy fuerte", afirma Carlos Urroz, director de Arco. "En ferias como Frieze o Art Basel y Miami Art Basel se ven cantidades impresionantes de coleccionistas chinos, indios, brasile?os y de varios pa¨ªses latinoamericanos. En Espa?a la mayor¨ªa de las galer¨ªas lo est¨¢ pasando mal, pero si hacen una exposici¨®n de un artista importante lo pueden vender todo. El dinero se est¨¢ refugiando en el arte contempor¨¢neo, sin duda".
Pese al estancamiento ante la profunda crisis en Espa?a, Jaime Sordo, presidente de la recientemente formada Asociaci¨®n de Coleccionistas Privados de Arte Contempor¨¢neo de Espa?a, que ellos han titulado simplemente 9915, no tira la toalla. "En Espa?a los que gastamos en obras entre 10.000 y 50.000 euros, somos como la clase media del coleccionismo. El arte no se deprecia. Y, sin hablar de pesos pesados como T¨¤pies o Plensa, que cotizan mucho, hay un amplio sector de artistas j¨®venes o de carreras consolidadas que siguen siendo interesantes", comenta.
"Yo dir¨ªa que el dinero invertido en arte est¨¢ m¨¢s protegido, sobre todo si son obras de artistas de cierto prestigio. Estos tienen una revalorizaci¨®n anual y que no solo se suele mantener, sino que a veces se dispara", asegura Sordo.
"El coleccionismo de arte se ha convertido en un modo de vivir para mucha gente", afirma Carlos Urroz. "La tendencia, en todo caso, no es la de comprar arte solo como inversi¨®n. Ahora los coleccionistas se aficionan seriamente. Lo que sigue contando es el coleccionista que ve una obra, se emociona, y no puede dormir hasta que la adquiere o al menos lo intenta".
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