Mato asegura que los enfermos cr¨®nicos sin papeles ser¨¢n atendidos

A tres d¨ªas de que entre en vigor la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin papeles, la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha dado otra vuelta de tuerca a su propuesta. En una reuni¨®n con nueve consejeros auton¨®micos convocada en Valladolid, a la que han ido ocho del PP y el de Catalu?a, repiti¨® las l¨ªneas maestras de su propuesta. Solo se atender¨¢ a los ¡°asegurados¡± (espa?oles o extranjeros con tarjeta sanitaria) y, de los que quedan fuera, urgencias, embarazadas y menores.

¡°La asistencia sanitaria se seguir¨¢ prestando en el Sistema Nacional de Salud para todo el que la necesite, pero el que no sea titular del derecho, es decir, el que no tenga tarjeta sanitaria, deber¨¢ abonar dicha asistencia, tal y como estaba previsto en la Ley General de Sanidad de 1986¡±, dijo Mato. Con estas palabras parece querer indicar que lo que pasaba hasta ahora era una irregularidad, obviando que fue un Gobierno del PP el que estableci¨® que los inmigrantes en situaci¨®n irregular ten¨ªan derecho a una tarjeta sanitaria si se empadronaban. Tampoco explic¨® c¨®mo se iba a conseguir el pago de tratamientos de miles de euros (di¨¢lisis, anticancerosos, antivirales) a personas sin recursos o de pa¨ªses con los que no hay convenio.

En su discurso, la ministra se limit¨® a decir que se garantizaba ¡°el seguimiento de las enfermedades cr¨®nicas para extranjeros sin cobertura asistencial ni residencia legal¡±. Esto ya es un paso m¨¢s de lo establecido inicialmente, y es un reconocimiento impl¨ªcito de que la primera opci¨®n, derivar a estas personas hacia ONG, era inviable. De hecho, incluso comunidades poco sospechosas de oponerse a lo que dice el ministerio, como la de Madrid, ya hab¨ªan apuntado en esta direcci¨®n.

La ministra indic¨® que ¡°los servicios de salud de las comunidades aut¨®nomas establecer¨¢n sus procedimientos de forma que se preste asistencia sanitaria a los que la necesiten sin que por ello se genere ning¨²n derecho, que pueda dar lugar a ciertos abusos ni que ponga en riesgo la sostenibilidad del sistema¡±. Con ello refuerza la idea de que los asegurados son una categor¨ªa, ya que como cotizan o lo han hecho tienen derecho, y el resto, no.

Mato tambi¨¦n aprovech¨® para presumir del ahorro que la introducci¨®n del pago ha supuesto para las arcas p¨²blicas. ¡°Estos d¨ªas hemos conocido los datos sobre gasto farmac¨¦utico correspondientes al mes de julio. Por primera vez se ha producido una disminuci¨®n del 23,93% respecto al mismo mes del a?o pasado, configurando el descenso m¨¢s pronunciado del gasto farmac¨¦utico. Una cifra que se traduce en un ahorro directo a los espa?oles de 221 millones de euros. Desciende el n¨²mero de recetas facturadas y el gasto medio por receta.¡±, dijo la ministra a los consejeros. Lo que no hizo fue mencionar que en junio, el mes antes de que entrara en vigor la medida, hubo un repunte de m¨¢s del 10% en el n¨²mero de recetas y del 3,18% del gasto. Si se toma el conjunto de junio y julio el descenso es importante, pero mucho menor: del 10,18% en el gasto. Claro que este ya ven¨ªa siendo negativo desde 2010, cuando el anterior Gobierno del PSOE decret¨® las ¨²ltimas rebajas de precios y puso las bases para el sistema de que se dispense siempre el m¨¢s barato, que luego el PP endureci¨® al establecer que la revisi¨®n de ese precio menor fuera mensual. Por ejemplo, en enero de este a?o se gast¨® un 7,68% menos que en el de 2011.

Este peri¨®dico calcula que la rebaja real del n¨²mero de recetas por el copago es del 7,4%

Este peri¨®dico ha hecho una simulaci¨®n de c¨®mo iba evolucionando esta diferencia, y ha extrapolado que en junio y julio, sin haber hecho nada, la rebaja del gasto habr¨ªa sido de media del 4,4%. Por lo que el impacto real de la medida del Gobierno es de una rebaja adicional de alrededor del 6% en el gasto. La cifra es coherente con el resultado de un c¨¢lculo similar hecho con el n¨²mero de recetas. Estas iban subiendo de manera lineal en junio y julio desde 2003. Extrapolando los datos, el descenso neto en estos dos meses habr¨ªa sido de un 7,4%. Eso indica el n¨²mero de recetas que, por miedo al copago, los usuarios han dejado de pedir (o los m¨¦dicos de dispensar).

Sin concretar nada, Mato tambi¨¦n apunto hacia otra fuente de posible ahorro: los profesionales sanitarios. estos representan el 40% del gasto, frente al 15% de los medicamentos. "Queremos debatir en profundidad sobre el papel de nuestros profesionales", dijo. "Queremos reflexionar sobre la forma de mejorar su autonom¨ªa y responsabilidad en la gesti¨®n de los servicios, y sobre posibles modelos retributivos".