Los osos m¨¢s ancianos de Espa?a
En octubre falleci¨® 'G¨¹ela', el ejemplar m¨¢s viejo en libertad de oso pardo
Aunque solo ten¨ªa 25 a?os cuando muri¨®, el pasado s¨¢bado, G¨¹ela era la m¨¢s vieja de Espa?a. Este anciano ejemplar de oso pardo fue capturado el 8 de julio de 2011 en las monta?as de Palencia y viv¨ªa en el Parque de la Naturaleza de Cab¨¢rceno, debido a sus problemas sensoriales y a su agresividad hacia los humanos. Aunque el Parque asegura que G¨¹ela muri¨® en buenas condiciones y de muerte natural, el Fondo para la Protecci¨®n de los Animales Salvajes (Fapas) afirma que la osa no estaba atendida en condiciones y sospecha que pueda haber sido sacrificada. Ahora se han dirigido al Gobierno asturiano para preguntar si existe alg¨²n plan para sacrificar a las c¨¦lebres osas Paca y Tola, dada su avanzada edad. Este peri¨®dico ha intentado en varias ocasiones obtener la versi¨®n del Parque sin ¨¦xito. Pero, ?qui¨¦nes son Paca y Tola?
G¨¹ela se volvi¨® agresiva un a?o antes de morir por lo que fue capturada y enviada al Parque de Cab¨¢rceno
Paca y Tola son hermanas, peludas, pesan m¨¢s de cien kilos y son muy queridas en Asturias. Tienen 23 a?os y est¨¢n ya viejitas. Estos dos osos pardos viven en r¨¦gimen de semicautividad en el cercado osero de Santo Adriano, en la monta?a asturiana, bajo los cuidados de la Fundaci¨®n Oso de Asturias. Aunque la caza del oso fue prohibida en 1973 tras poner en peligro la supervivencia de la especie, en 1989 continuaba el furtivismo. Un cazador mat¨® entonces a la madre de Paca y Tola y ocult¨® a las cr¨ªas. La Guardia Civil, mediante un soplo, supo de la situaci¨®n y consigui¨® recuperar a las oseznas con vida. Ten¨ªan solo cinco meses y estaban en periodo de lactancia por lo que tuvieron que alimentarlas. Y as¨ª comenzaron a reconocer el olor humano como amigo. Ya no pod¨ªan ser puestas en libertad, pues intentar¨ªan alimentarse all¨ª donde viven los humanos: en la monta?a, en sus casas, sus cuadras, sus huertas.
Paca y Tola tienen 23 a?os, el equivalente a unos 80 humanos
¡°Nosotros no tenemos a las osas en un cercado porque queramos montar un zool¨®gico, sino porque en libertad ser¨ªan un peligro para los humanos. La elecci¨®n era tenerlas en el cercado o matarlas. Fue el furtivo el que decidi¨® por ellas¡±, explica Carlos Zapico, director de la Fundaci¨®n Oso de Asturias. Lo cierto es que Paca y Tola han servido para realizar investigaciones sobre los osos pardos y, sobre todo, dada la popularidad que alcanzaron como s¨ªmbolos de la recuperaci¨®n de la especie (pronto se acostumbraron a las c¨¢maras y a los flashes como buenas osas famosas), para poner sobre la mesa el problema de la extinci¨®n. ¡°Gracias a ellas cambi¨® el chip, se supo que hab¨ªa osos y que estaban en peligro. Ahora en las zonas oseras est¨¢ muy mal vista su caza y nadie en el bar del pueblo puede presumir de haber matado un oso y que le r¨ªan la gracia, como pasaba antes. Se ve a la especie como un recurso, una riqueza y una bandera de Asturias¡±, dice Zapico.
Este pasado mes de agosto Paca y Tola fueran sometidas a un examen veterinario. Aparte de los problemas acordes a su edad, no se encontr¨® nada m¨¢s que problemas ¨®seos. Las hermanas tienen 23 a?os, cuando los osos en libertad suelen vivir unos 25, es decir, tienen el equivalente humano de unos 85 o 90 a?os. A pesar de todo, puede que les espere una vida m¨¢s larga de la habitual: a veces los osos en cautividad llegan a cumplir los 35. A estas alturas, Paca y Tola no se han reproducido. Pero no han faltado los intentos: ¡°Est¨¢bamos esperando que alg¨²n oso de la zona cayese en un lazo o se accidentase y necesitase de asistencia para aprovechar e intentar que cubriese a Paca y a Tola, pero eso nunca ocurri¨®¡±, cuenta Zapico.
La poblaci¨®n del oso en la cordillera cant¨¢brica es de unos 200 ejemplares
A pesar de los peligros que acechan a los osos, como el furtivismo (pr¨¢cticamente desaparecido) y los lazos de acero en los que caen los osos (desde 1993 se han retirado 1.504 lazos, seg¨²n la Fundaci¨®n Oso Pardo, y desde 2000, los tribunales asturianos han condenado a 61 personas por colocarlos), la situaci¨®n del oso pardo en la cordillera cant¨¢brica pinta bien. Los ¨²ltimos datos, de hace dos a?os, dan la cifra de 200 ejemplares, lo que confirma una tendencia creciente respecto a las malas cifras de finales de los 80 (precisamente cuando aparecieron Paca y Tola), tiempo en el que solo se contaban unos 60 ejemplares.
Actualmente, debido a las barreras que representan infraestructuras humanas como el ferrocarril, la carreteras, las estaciones de esqu¨ª y a la autopista del Huerna, que une Asturias con la Meseta, la poblaci¨®n de osos se encuentra dividida en dos, una parte occidental (Cangas de Narcea, Somiedo, Dega?a, etc), m¨¢s nutrida, y una oriental (la monta?a palentina y partes adyacentes de Le¨®n y Cantabria), donde se solo se encuentran 25 ejemplares. ¡°Queremos atraer a las osas del oriente para que se acerquen a la zona occidental, unos 50 kil¨®metros en l¨ªnea recta, y se crucen con los osos de all¨ª. As¨ª habr¨ªa m¨¢s riqueza gen¨¦tica y se favorecer¨ªa la supervivencia de la especie¡±, dice Zapico. Para favorecer la uni¨®n de las dos subpoblaciones se pretende crear un corredor de comunicaci¨®n que una a ambas.
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