¡°Las colombianas somos un mero bot¨ªn de guerra¡±

Le pone nerviosa que le saquen fotos. Y no es de extra?ar. Despu¨¦s de ocho a?os de intimidaci¨®n, espionaje y acoso de los que culpa al aparato estatal del Gobierno del expresidente ?lvaro Uribe, la periodista colombiana Claudia Julieta Duque sigue sufriendo secuelas emocionales. Todav¨ªa padece insomnio y se ha vuelto m¨¢s desconfiada. ¡°Me cuesta socializar. Vivo pr¨¢cticamente encerrada en mi casa, solo salgo para trabajar¡±, confiesa.

Muchos no le creyeron cuando lanz¨® las primeras acusaciones de que el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, la polic¨ªa secreta de Colombia) la espiaba para que no investigara el asesinato del periodista Jaime Garz¨®n. Jos¨¦ Miguel Nav¨¢ez, exsubdirector de la DAS, est¨¢ siendo investigado por el crimen.

La amenazaron, le revisaron el correo y monitorizaron sus llamadas y sus movimientos bancarios, al igual que a varios periodistas, magistrados, pol¨ªticos de oposici¨®n y defensores de los derechos humanos. ¡°Mis propios guardaespaldas eran quienes me amenazaban¡±, explica. Tres veces tuvo que abandonar su pa¨ªs debido a las amenazas contra su vida. Pero regres¨® porque considera que ¡°los exilios son una muerte lenta¡±. ¡°Te conviertes en un fantasma. Mi lugar es Colombia¡±, asevera, y a?ade: ¡°Cuando ayudas a una v¨ªctima te das cuenta de que vale la pena¡±.

En la mesa de negociaci¨®n no est¨¢n las v¨ªctimas, ni la sociedad civil, solo los militares¡±

Por lo pronto, no acepta escoltas. Sus ¨²nicos acompa?antes son miembros de la Brigada Internacional de Paz, una ONG que acompa?a Reh¨²sa hablar sobre su hija adolescente, tambi¨¦n v¨ªctima indirecta y principal objeto de las amenazas: ¡°Necesita que la dejen en paz¡±.

Claudia Julieta Duque estuvo en Espa?a, con el apoyo de ONU Mujeres, para ofrecer varias conferencias sobre derechos humanos y libertad de prensa. Y ha aprovechado para hablar del proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las guerrillas de las FARC. ¡°No soy nada optimista¡±, comenta mientras juguetea con su manzanilla.

¡°Creo que las guerrillas est¨¢n tratando de negociar el desarme a cambio de impunidad¡±, asegura la periodista, que a?ade que el di¨¢logo no est¨¢ siendo equilibrado: ¡°En la mesa de negociaci¨®n no est¨¢n las v¨ªctimas, ni la sociedad civil, solo los militares¡±. ¡°Me molesta que las FARC vayan de m¨¢rtires del conflicto¡±, a?ade, y lamenta que se vuelvan a repetir las excusas que utilizaron los paramilitares en 2005. ¡°Todos aseguran que se vieron obligados a tomar las armas. Y los que hemos sufrido las consecuencias, ?qu¨¦?¡±, comenta indignada.

Queremos paz y el proceso de desarme es importante, pero no con impunidad"

Duque cree que la mujer colombiana es una de las grandes v¨ªctimas de la violencia en Colombia. ¡°No valemos nada, somos bot¨ªn de guerra: violadas, matadas, abusadas y olvidadas¡±.

Afirma que, aunque en todo proceso de paz hay concesiones por parte de ambos bandos, hay tres cosas que no deben ser perdonadas: ¡°Los cr¨ªmenes de lesa humanidad, los cr¨ªmenes de guerra y el genocidio¡±. Y agrega: ¡°Solo ha habido dos condenas en firme a paramilitares involucrados en este ¨¢mbito, ambas por menos de ocho a?os de prisi¨®n, que es la pena por atropellar a alguien sin querer¡±. Teme que en el nuevo marco legal que se establecer¨¢ se le proporcione impunidad a los diversos grupos armados que operan en la naci¨®n suramericana. ¡°Queremos paz y el proceso de desarme es importante, pero no as¨ª¡±, asegura.