El ciberpueblo extiende su red

¡°Yes, I do. S¨ª. Certo¡±. Los nervios y la cortes¨ªa con el anfitri¨®n llevaron el pasado mi¨¦rcoles al australiano Ian Hunter, de 52 a?os, a aceptar como esposo a Adam Semmens, de 42 y su novio durante dos d¨¦cadas, con una curiosa f¨®rmula en la que mezcl¨® el ingl¨¦s, el castellano y el italiano. Ante dos decenas de familiares y amigos, la pareja contrajo matrimonio en el majestuoso Pabell¨®n de las Artes de Jun (Granada, 3.500 habitantes), obra del ceramista local Miguel Ruiz. La ceremonia hubiera pasado inadvertida, como las otras 95 bodas civiles que se han celebrado en el pueblo desde 1995, de no ser porque Hunter es el ministro para las Comunidades y la Inclusi¨®n Social y el ¨²nico miembro abiertamente gay del Parlamento del Estado de Australia del Sur, con capital en Adelaida, y porque en su pa¨ªs, con un fuerte componente puritano, las bodas gais no est¨¢n autorizadas.

El misterio de por qu¨¦ la pareja australiana eligi¨® una peque?a localidad de la periferia de Granada se explica en parte por la peculiar naturaleza del tercer personaje de la historia: el oficiante de la ceremonia y alcalde de Jun, Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Salas, del PSOE. El regidor junero ¡ªo injundense si atendemos a los puristas¡ª es, de largo, el pol¨ªtico espa?ol m¨¢s activo en Internet y en las redes sociales. Su perfil de Twitter cuenta con 169.200 seguidores, tan solo por detr¨¢s del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (391.000) y por delante del l¨ªder de su partido, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba (157.000). Sus iniciativas de democracia y administraci¨®n electr¨®nica, como la declaraci¨®n de Internet como derecho universal, los plenos interactivos y las elecciones digitales, han puesto a Jun en el mapa de las nuevas tecnolog¨ªas en numerosas ocasiones. Esta inmersi¨®n cibern¨¦tica tiene su reflejo hasta en la bandera y escudos municipales, en la que se sustituy¨® al ladrillo por un c¨®digo binario: 01 11 111 101. Traducido al c¨®digo Morse ¡ªel 0 un punto y el 1 una raya¡ª, la sucesi¨®n de n¨²meros esconde la palabra AMOR.

El regidor cas¨® el mi¨¦rcoles a un ministro australiano homosexual

En julio de 2011, Rodr¨ªguez Salas instaur¨® las bodas electr¨®nicas en su localidad. Apenas dos d¨ªas despu¨¦s de anunciarlo en Twitter, el regidor recibi¨® un mensaje de un seguidor australiano que le ped¨ªa casarle con su novio. Era Hunter. ¡°Al principio cre¨ª que era una broma o un perfil falso, pero al poco tiempo me lleg¨® una confirmaci¨®n del propio Ian¡±. El alcalde, que desde el principio ha defendido el matrimonio igualitario, acept¨® inmediatamente la petici¨®n del pol¨ªtico laborista y activista de los derechos de las personas homosexuales desde 1979.

En un pueblo que tiene como hijo m¨¢s ilustre al casi desconocido Antonio Mar¨ªn Ocete (1900-1972), rector de la Universidad de Granada entre 1936 y 1951 y procurador en las Cortes franquistas, y cuyos principales hitos (al margen de lo tecnol¨®gico) fueron un concierto del coro de la catedral de Colonia (Alemania) en los a?os ochenta y el tradicional D¨ªa del Pucherico, la boda de Hunter y Semmens ha supuesto un revulsivo. El alcalde, que tom¨® el testigo de su padre al fallecer este en marzo de 2005, se ha propuesto convertir Jun en un destino de turismo nupcial gay internacional. ¡°La imagen que estamos dando es una llamada al turismo, vital para nuestra econom¨ªa¡±, asegura Rodr¨ªguez Salas, que no ha tenido inconveniente en celebrar bodas tem¨¢ticas en Jun. ¡°Una vez hubo una basada en El se?or de los anillos y otra inspirada en la pel¨ªcula Dirty dancing¡±, recuerda.

¡°Estamos deseando que venga la gente, a casarse el que quiera, y que se construyan aqu¨ª buenos hoteles que traigan riqueza¡±, opina Antonio G¨®mez, un alba?il y marmolista jubilado conocido como El Troyo. Cerradas ya las 15 o 20 de f¨¢bricas de cer¨¢mica que proporcionaron tejas a todas las azoteas de Granada, empezando por la propia Alhambra, y con una agricultura de remolacha, olivar y trigo reducida ya a huertos de autoabastecimiento, Jun trata de ser algo m¨¢s que una simple ciudad dormitorio de la capital granadina, que queda a sus pies.

Cerradas las f¨¢bricas de cer¨¢mica, Jun se resiste a ser solo una ciudad dormitorio

El mi¨¦rcoles lleg¨® el gran d¨ªa. Hunter y Semmens, artista pl¨¢stico, hab¨ªan intentado casarse en Estados Unidos, pero las leyes de la primera potencia mundial complicaban mucho la tarea, de modo que optaron por Espa?a, donde pensaban pasar las vacaciones del verano austral. La pareja no buscaba una boda de pantomima, sino con plenos efectos legales, y ha pasado por todo el proceso administrativo, que incluye el empadronamiento de uno de los dos miembros en Jun ¡ªtr¨¢mite no imprescindible¡ª y una entrevista con el juez del Registro Civil de Granada. Este magistrado someti¨® a los novios al cuestionario con el que se trata de detectar los matrimonios de conveniencia. La confirmaci¨®n de la fecha del enlace no se produjo hasta que el 6 de noviembre el Tribunal Constitucional aprob¨® el matrimonio entre personas del mismo sexo, tras el recurso presentado por el PP.

Hunter, microbi¨®logo y genetista, combatiente contra la seudociencia y la homeopat¨ªa y ateo declarado, ha dedicado gran parte de su actividad pol¨ªtica a luchar contra la discriminaci¨®n de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. Desde 2008 ha presentado numerosas iniciativas en el Parlamento de Australia del Sur para lograr la equiparaci¨®n de derechos con las parejas de distinto sexo. En 2011 present¨® un proyecto de ley de matrimonio igualitario junto con una parlamentaria ecologista. Sin embargo, el rechazo del Partido Liberal australiano, que apoya al Gobierno laborista, frustr¨® la iniciativa al considerar que el Parlamento de un Estado no tiene competencias para legislar sobre el matrimonio. Los laboristas se plegaron a la decisi¨®n de sus socios. Hunter no tuvo empacho en calificar la posici¨®n de su propio partido como una ¡°bancarrota moral¡± y un ¡°castillo de naipes que no tardar¨¢ en caer¡±.

Pese a su activismo, rechazaron hacer de su boda un acto reivindicativo: ¡°Esto no es una campa?a pol¨ªtica. Nos casamos para expresar nuestro amor delante de las personas que son importantes para nosotros¡±, dice Hunter. ¡°Nuestros compa?eros de partido y tambi¨¦n de la oposici¨®n nos han deseado todo lo mejor¡±, asegura.