Internet lo sabe (casi) todo de usted
Las redes sociales arrastran a los internautas a dibujar sus perfiles a golpe de clic Los expertos coinciden: la privacidad no existe en el ciberespacio y es clave gestionar la imagen y elegir qu¨¦ ense?ar
Cu¨¢nto se gasta en ropa, qu¨¦ juegos prefiere, sus creencias religiosas, tendencia pol¨ªtica, d¨®nde pas¨® sus ¨²ltimas vacaciones, su color favorito, o si es de tomar cerveza, vino o agua en las comidas. Muchos de estos detalles sobre usted est¨¢n en Internet. Algunos los habr¨¢ publicado usted mismo, otros se pueden inferir de su actividad en la Red, qu¨¦ p¨¢ginas visita, qu¨¦ aplicaciones se descarga en el m¨®vil o simplemente de lo que otros dicen de su persona. La informaci¨®n est¨¢ ah¨ª y no hace falta ser malintencionado para encontrarla, aunque puede ser usada con malas intenciones.
Lo habitual, sin embargo, es que las empresas recaben y crucen datos personales para ofrecer publicidad muy individualizada en funci¨®n de los gustos de cada uno, incrementando con ello sus posibilidades de venta. As¨ª, la privacidad se ha convertido en la moneda con la que pagamos muchos de los servicios online aparentemente gratuitos. Otras veces, compartimos intimidades simplemente para satisfacer la necesidad humana de comunicarnos, seg¨²n los soci¨®logos. Sea de manera intencionada o inconsciente, cada clic de rat¨®n o palabra que escribimos en la blogosfera revela qui¨¦nes y c¨®mo somos. Los expertos coinciden: la privacidad en Internet no existe, pero se puede gestionar cu¨¢nto ense?amos y qu¨¦ imagen damos.
Las autoridades de protecci¨®n de datos del Estado de Schleswig-Holstein (Alemania) prohibieron en agosto de 2011 el uso del bot¨®n Me gusta de Facebook porque entend¨ªan que violaba la privacidad de los usuarios. Sus sospechas de que esa informaci¨®n pod¨ªa servir para crear perfiles con h¨¢bitos y preferencias de los internautas se han confirmado. Un grupo de investigadores del Centro de Psicometr¨ªa de la Universidad de Cambridge ha desarrollado un modelo matem¨¢tico que permite deducir con alto grado de acierto la etnia, la orientaci¨®n sexual, las tendencias pol¨ªticas y las creencias religiosas de cualquier persona a partir de los Me gusta que ha pinchado en la red social.
Las pol¨ªticas de privacidad de los espacios cambian y no se entienden
Aquella no era la primera vez que Alemania decid¨ªa poner coto a la difusi¨®n y tratamiento de informaci¨®n personal en la Red. En 2010, el Gobierno de Angela Merkel aprob¨® una ley que imped¨ªa a los jefes husmear en los perfiles en redes de sus trabajadores en busca de datos personales. Tampoco las empresas de reclutamiento pod¨ªan buscar las verg¨¹enzas online de los candidatos. Los expertos en protecci¨®n de datos se?alan que, en la pr¨¢ctica, este tipo de medidas son muy dif¨ªciles de aplicar.
¡°El ¨²nico modo de mantener nuestra privacidad online ser¨ªa no usar Internet en absoluto. Aunque, como es obvio, eso ni es conveniente, ni posible en muchos casos¡±, opina ?ngel Guti¨¦rrez, coautor del libro Comercio electr¨®nico y privacidad en Internet. ¡°Ya no hace falta que revelemos directamente qui¨¦nes somos y lo que nos interesa. Los sitios web lo averiguan por lo que hacemos en Internet¡±, contin¨²a el experto. ?Para qu¨¦? Para ganar dinero. ¡°El negocio es la publicidad¡±, indica Ricard Mart¨ªnez, presidente de la Asociaci¨®n Profesional Espa?ola de Privacidad (Apep). Estamos en la era de la publicidad a la carta. Ya lo habr¨¢ notado, ayer entr¨® en algunas p¨¢ginas de autom¨®viles y hoy le persigue por la World Wide Web el anuncio del coche del a?o. Esta pr¨¢ctica puede ser molesta e invasiva para algunos y una ventaja para otros, porque evita recibir informaci¨®n comercial que no le interesa.
?No recuerda haber dado permiso para que su actividad online sea rastreada? ?Tampoco le suena haber autorizado a una aplicaci¨®n m¨®vil acceder a su libreta de contactos? Seguramente lo hiciera cuando acept¨® los t¨¦rminos de uso de los servicios online que utiliza, ya sea un buscador como Google, redes sociales como Facebook o Twitter, o la mensajer¨ªa instant¨¢nea de WhatsApp. Un 42% de internautas no lee la pol¨ªtica de protecci¨®n de datos, seg¨²n el Eurobar¨®metro sobre conductas de los internautas en materia de privacidad, de junio de 2011.
El principal negocio de esa informaci¨®n es la publicidad
¡°La gente no lee ni configura la privacidad de los espacios online en los que se desenvuelve¡±, denuncia Mart¨ªnez. ¡°Lo ponen muy complicado. No solo es que pongan condiciones que no se entienden, sino que adem¨¢s las cambian continuamente. Nos hacen creer que podemos controlar la privacidad, pero no es verdad¡±, a?ade Jorge Flores, responsable de PantallasAmigas, web que promueve el uso responsable de las nuevas tecnolog¨ªas.
As¨ª, el 42,5% de los internautas que utilizan redes sociales en Espa?a ha encontrado dif¨ªcil gestionar la privacidad de su perfil. Un 7,2% reconoce que ha sido imposible hacerlo, seg¨²n el estudio publicado en diciembre de 2012 sobre la percepci¨®n de los usuarios acerca de su privacidad en Internet elaborado por el Instituto Nacional de Tecnolog¨ªas de la Comunicaci¨®n (Inteco).
M¨¢s o menos conscientes de los pormenores del contrato, el resultado es que ¡°pagamos los servicios¡± con datos personales, dice el presidente de la Apep y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia. Normalmente, esta transacci¨®n se produce en t¨¦rminos ¡°acordes a la legalidad¡±, a?ade. Aunque no siempre es as¨ª. ¡°La ley dice que un sitio web solo puede pedirle a un usuario las informaciones necesarias para poder ofrecerle sus productos. Pero en la mayor¨ªa de los casos solicitan informaciones adicionales¡±, explica Guti¨¦rrez. Javier de Rivera, soci¨®logo especializado en redes sociales, cree adem¨¢s que los usuarios se sienten abocados a aceptar las condiciones. ¡°Para tener contacto con nuestros amigos y estar socialmente integrado tenemos que renunciar a esa privacidad¡±, concluye.
C¨®mo proteger su privacidad ¡®online¡¯
- Lea las pol¨ªticas de uso y privacidad de los diferentes servicios antes de utilizarlos.
- Reg¨ªstrese solo en aquellos sitios web en los que tenga confianza. Aseg¨²rese de que el sitio web dispone de una pol¨ªtica de privacidad donde conste la identidad y direcci¨®n del responsable y la finalidad con la que se recaban todos los datos.
- Reflexione antes de publicar datos personales en Internet; una vez lo haga es muy probable que queden fuera de su control.
- Configure las opciones de privacidad de su perfil de manera adecuada. Valore qu¨¦ informaci¨®n desea revelar y controle qui¨¦n puede acceder a ella.
-Respete a los dem¨¢s. No publique datos de terceras personas sin su consentimiento.
- Controle su lista de contactos y, antes de agregar a alguien, aseg¨²rese de su confianza.
- Utilice contrase?as robustas y seguras para que no le suplanten.
- Instale una herramienta antivirus.
- Evite publicar su ubicaci¨®n f¨ªsica en todo momento.
- Borre peri¨®dicamente los archivos temporales y las cookies de su ordenador con objeto de evitar que se pueda realizar un rastreo de su navegaci¨®n.
- Sea consciente de su reputaci¨®n online. Valore la relevancia que puede tener ahora y en un futuro la informaci¨®n que publica, ya que le acompa?ar¨¢ toda su vida.
Cualquier detalle es, en ¨²ltima instancia, importante y valioso porque permite a las empresas elaborar ofertas a medida. Y no solo en el ¨¢mbito comercial. Lo mismo se puede personalizar un anuncio directo al consumidor potencial, que un programa electoral al gusto del elector dudoso. De Rivera recuerda en uno de sus ensayos que en la ¨²ltima campa?a electoral en EE UU, el equipo de Obama utiliz¨® las redes sociales, sobre todo Facebook, para identificar a los votantes indecisos, conocer sus inquietudes y as¨ª encontrar ¡°el mejor modo de convencerles¡±. La victoria del reelegido presidente fue, en realidad, el triunfo del data mining (miner¨ªa de datos), seg¨²n reflej¨® la prensa mundial.
Internet es, en efecto, una mina de datos. Una ventana desde la que accedemos al mundo, y por la que el mundo puede entrar en nuestra casa ¡ªcon o sin invitaci¨®n¡ª y arramplar con el joyero. ¡°Si ya hubiera existido en la ¨¦poca de George Orwell, no me extra?ar¨ªa que hubiera incluido Internet en su 1984, como parte del aparato de vigilancia y manipulaci¨®n del totalitario partido¡±, apostilla Guti¨¦rrez, experto en seguridad del sitio About.com. Esa ficci¨®n no estar¨ªa lejos de la realidad. ¡°La informaci¨®n privada es utilizada en Estados totalitarios para identificar disidentes¡±, alerta Ricard Mart¨ªnez. Por eso opina que los legisladores ¡°deben proteger la privacidad de los ciudadanos en Internet. Es fundamental para la libertad. Para que no nos manipulen, si tengamos la sensaci¨®n de que nos est¨¢n fiscalizando¡±.
El protagonista del cortometraje Remove lo tiene claro. Para evitar el control y la vigilancia, de empresas o de Gobiernos, rompe con la tecnolog¨ªa. Tira su m¨®vil en un buz¨®n de correos y desenchufa su ordenador. El resultado: desaparece del mapa. ¡°La actitud del personaje es radical pero plantea una cuesti¨®n que siempre me ha preocupado como usuario: ?hasta d¨®nde habr¨ªa que llegar en el supuesto de querer desconectar, de preservar la privacidad?¡±, pregunta el guionista y codirector Joan Llabata.
Los riesgos son m¨²ltiples, pero se pueden minimizar. ¡°No creo que tengamos que borrarnos de Internet, aunque hay gente que lo hace cuando cambian las condiciones de privacidad¡±, afirma Eva Sanagust¨ªn, autora de Visibilidad. C¨®mo gestionar la reputaci¨®n online. ¡°La gente est¨¢ tomando conciencia de la relevancia de su identidad en la Red, pero todav¨ªa no sabe c¨®mo gestionar su privacidad¡±, opina la escritora. ¡°Hay personas que suben fotos de sus hijos, de menores, o indican constantemente d¨®nde est¨¢n. Si supieran lo que se hace con esa informaci¨®n no la dar¨ªan¡±, se?ala.
Un estudio de Microsoft, publicado en 2012 con datos de usuarios de EE UU, Canad¨¢, Irlanda, Alemania y Espa?a, confirma que los internautas ¡°podr¨ªan estar subestimando¡± el poder (positivo o negativo) de sus acciones online sobre su propia imagen. Por ejemplo, solo un 4% de los adultos encuestados considera que sus opiniones en Twitter son importantes en la formaci¨®n de su identidad digital. La informaci¨®n que m¨¢s influye es, de hecho, la que nosotros mismos compartimos deliberadamente, como fotos y comentarios publicados en una red social, subraya el informe. En este sentido, menos de la mitad de los entrevistados (44%) reconoci¨® que pensaba detenidamente las consecuencias de sus actividades en Internet. Aun as¨ª, un 67% cre¨ªa tener el control de sus perfiles en la Red.
Un experimento de la instituci¨®n belga Safeinternetbanking.be ¡ªque promueve la banca online segura¡ªrevel¨® que muchos internautas desconocen, pese a su sensaci¨®n de control, qu¨¦ informaci¨®n han compartido en Internet. ¡°El mes pasado te gastaste 300 euros en ropa¡±. ¡°?Sabes el n¨²mero de tu cuenta bancaria? Yo s¨ª. Es el¡¡±. El mentalista Dave adivina estos y otros datos de sus interlocutores, que se muestran at¨®nitos. ¡°Poca gente sabe eso¡±, responde una joven. A cada acierto, mayor es la sorpresa. El ritual adivinatorio, grabado con c¨¢mara oculta y que ahora se puede ver en YouTube, termina con la revelaci¨®n del truco de Dave. Toda esa informaci¨®n estaba en los perfiles de las redes sociales de las v¨ªctimas. La moraleja: un desalmado podr¨ªa haber limpiado la cuenta bancaria de cualquiera de ellos.
Las alertas sobre las pr¨¢cticas de riesgo en Internet saltan cuando los afectados por las posibles consecuencias son menores.
¡°Los adolescentes y j¨®venes no tienen consciencia de hasta qu¨¦ punto revelan cosas sobre s¨ª mismos ni de las consecuencias que eso puede tener¡±, subraya ?ngel Guti¨¦rrez, experto en privacidad. Y, seg¨²n Mart¨ªnez, nada impide que se registren en redes sociales aunque tengan menos de 14 a?os, edad m¨ªnima que exige la ley. ¡°No existe un identificador v¨¢lido para saber que un menor es menor. Es un problema que la industria se tiene que comprometer a resolver¡±, incide. Esta carencia de control de la edad de los usuarios supone problemas tambi¨¦n en t¨¦rminos de publicidad, dice el presidente de la Apep. ¡°Le pueden llegar anuncios a un ni?o que en el horario infantil estar¨ªan prohibidos en la televisi¨®n¡±, explica.
A falta de ese identificador virtual de menores, la educaci¨®n se alza como la herramienta m¨¢s potente para que los j¨®venes (y los mayores) sepan qu¨¦ informaci¨®n pueden compartir y d¨®nde es m¨¢s seguro hacerlo. En este sentido, proliferan las gu¨ªas, cursos y programas para que los ni?os 3.0 y sus padres anal¨®gicos, tengas las pautas para un uso seguro de Internet. As¨ª, los riesgos asociados a la Red y a las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢n entre los temas ¡ªjunto con la violencia de g¨¦nero o las bandas juveniles¡ª que la Polic¨ªa Nacional imparte en los colegios en el marco del Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar.
La falta de prudencia no es, sin embargo, exclusiva de los m¨¢s j¨®venes. En Espa?a, un 22% de los internautas adultos confiesa haber difundido por error datos privados ¡ªinformaci¨®n personal, fotos familiares y el n¨²mero de tel¨¦fono m¨®vil (en ese orden)¡ª , seg¨²n el estudio de Microsoft. Un porcentaje muy similar al de filtraciones no intencionadas que reconocen los chavales entre 8 y 17 a?os (24%).
Los expertos apuntan que los internautas controlar¨¢n cada vez m¨¢s su actividad online. Pero la identidad y la reputaci¨®n online no solo depende de lo que difundimos, sino tambi¨¦n de lo que otros dicen de nosotros. Del mismo modo que contribuimos a crear la reputaci¨®n de los dem¨¢s con nuestras opiniones. En este sentido, el responsable de PantallasAmigas, Jorge Flores, reclama que los proveedores sean m¨¢s transparentes y protejan la privacidad de sus usuarios. ¡°No es admisible que Facebook siga admitiendo las etiquetas en las fotos¡±, se queja. ¡°Puedes hacer da?o a otros, incluso sin pretenderlo, mostrando im¨¢genes en una situaci¨®n comprometida para ellos y que deseaban mantener en privado. Muchas veces lo que se sepa de uno depende de las configuraciones de otros¡±, lamenta.
Flores y el soci¨®logo de Rivera coinciden en se?alar que las redes sociales est¨¢n dise?adas para que compartas cuanta m¨¢s informaci¨®n, mejor. Las describen como una suerte de laberintos de me gusta, invita a tal o cu¨¢l amigo, comenta una publicaci¨®n o di lo que est¨¢s pensando, retuitea, marca una opini¨®n como favorita o comparte este u otro art¨ªculo de la prensa. ?Has viajado? Pues no te olvides de geolocalizarte y subir una foto. ¡°Cuanto m¨¢s tiempo pases y m¨¢s te relaciones, m¨¢s dices de ti y m¨¢s publicidad pueden mostrarte¡±, apunta el responsable de PantallasAmigas.
Las redes tienen tambi¨¦n sus ventajas. As¨ª lo cree Eva Sanagust¨ªn. La escritora ve en ellas ¡°oportunidades para conocer gente, para encontrar trabajo, para relacionarse¡±. La experta en reputaci¨®n online cree, sin embargo, que es necesario cuidar la imagen que se da en ellas. El perfil digital se ha convertido en la nueva tarjeta de presentaci¨®n. Una primera impresi¨®n 2.0. ?Qui¨¦n no se ha buscado a s¨ª mismo, a su jefe o hermano en Internet?
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