Andr¨¦ Fontaine, el director que reflot¨® ¡®Le Monde¡¯
Se le consideraba uno de los grandes analistas de las relaciones internacionales durante las ¨²ltimas d¨¦cadas
Ten¨ªa 91 a?os, y era todav¨ªa uno de los m¨¢s veteranos colaboradores de Le Monde, el hombre que conoci¨® de cabo a rabo la historia del peri¨®dico fundado en 1944. Nacido en 1921 en Par¨ªs, Andr¨¦ Fontaine pas¨® por todos los cargos posibles en la redacci¨®n, a la que lleg¨® en 1947. Fue reportero, jefe de secci¨®n, redactor jefe, editorialista, director y analista jubilado. Y vivi¨® todas las mudanzas de sede del vespertino: de la rue des Italiens a la rue Falgui¨¨re, de la rue Claude Bernard al boulevard Auguste Blanqui. Fontaine muri¨® este domingo en la capital, y su figura fue glosada por el presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Hollande, que en una nota afirm¨® que como director, Fontaine ¡°supo modernizar el peri¨®dico conservando el rigor, que era, para ¨¦l, la marca del diario¡±.
Seg¨²n el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, ¡°este gran patr¨®n de la prensa fue uno de los grandes analistas de las relaciones internacionales de los ¨²ltimos 60 a?os, y form¨® a generaciones de lectores en las sutilezas de los equilibrios nacidos tras la II Guerra Mundial¡±.
Hijo de un tendero, licenciado en Letras y Derecho, Andr¨¦ Fontaine empez¨® su carrera en el semanario cat¨®lico Temps pr¨¦sent, pero fue llamado enseguida por el fundador y primer director de Le Monde, Hubert Beuve-M¨¦ry (HBM), para incorporarse a Le Monde como jefe adjunto de informaci¨®n general. Ten¨ªa 26 a?os, y Beuve-M¨¦ry le hizo pasar un examen de actualidad que aprob¨® con honores. Fontaine hizo una carrera mete¨®rica. En 1951, HBM presenta su dimisi¨®n tras ser fuertemente criticado por los atlantistas, que le acusan de connivencia con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, aunque acaba dando marcha atr¨¢s. Fontaine, que le defiende, asciende a la jefatura de Internacional con 30 a?os. La lucha interna acaba con la creaci¨®n de la Sociedad de Redactores ¡ªque hasta hoy mantiene su poder de veto sobre el director propuesto por los accionistas¡ª y con una modificaci¨®n de los estatutos.
Seg¨²n contaba Robert Sol¨¦ en el obituario publicado por Le Monde, Fontaine redact¨® m¨¢s de mil Boletines del extranjero, que era el t¨ªtulo del editorial no firmado que aparec¨ªa en primera p¨¢gina y que el autor le¨ªa en voz alta a HBM antes de mandarlo a la imprenta. Fontaine escribi¨® una Historia de la Guerra Fr¨ªa en dos tomos que se consider¨® una obra de referencia.
HBM sigui¨® siendo director hasta 1967, pero no fue Fontaine quien le relev¨®, sino Jacques Fauvet. Aunque se llevaba mal con ¨¦l, Fontaine rechaz¨® una oferta de Val¨¦ry Giscard d'Estaing para ser embajador de Francia en Pek¨ªn, y se convirti¨® en jefe de Opini¨®n y analista de Internacional. Lector insaciable y gran orador, se expresaba seg¨²n Sol¨¦ ¡°con una voz l¨ªmpida, reposada, sorprendentemente joven, sin sombra de duda¡±. Y con mucho sentido para las sentencias. Sobre su director y maestro dijo: ¡°Era demasiado gaulliano para ser gaullista¡±.
Tras publicar varios libros m¨¢s y recibir condecoraciones dentro y fuera de Francia, en 1980 la crisis econ¨®mica y la divisi¨®n del peri¨®dico abre una nueva batalla electoral para suceder a Fauvet. Fontaine se presenta contra otros tres candidatos, pero gana la partida Andr¨¦ Laurens, que dimite en 1984 y pide a Fontaine que salve los muebles. A sus 63 a?os, se convierte en director en enero de 1985, y pide a sus redactores ¡°un esfuerzo de s¨ªntesis y claridad¡±, y que dejen de escribir para los especialistas, record¨¢ndoles que el peri¨®dico "no es un manual de Ciencias Pol¨ªticas¡± y que no pasa nada por redactar ¡°con talento, humor y en menos palabras, pero llenas de vida¡±.
Desde ese d¨ªa, el dibujo de Plantu figurar¨¢ cada d¨ªa en la primera p¨¢gina, y Fontaine aplica a las cuentas del diario una cura de caballo. Se vende el edificio, se bajan los salarios y se crean dos tipos de accionistas: Le Monde empresas, con una veintena de inversores; y la Sociedad de Lectores de Le Monde, presidida por Alain Minc, que aporta 11.600 suscriptores. Ese a?o, una exclusiva de Edwy Plenel y Bertrand Le Gendre revela que el atentado contra un barco de Greenpeace fue ordenado y ejecutado por los servicios secretos y devuelve a Le Monde la sensaci¨®n de independencia perdida tras unos a?os de excesiva identificaci¨®n con el socialismo.
Las cuentas mejoran, Fontaine introduce el color y los ordenadores, pero alcanza la edad m¨¢xima permitida por los accionistas en 1991. Seg¨²n escrib¨ªa Robert Sol¨¦, en los a?os sucesivos, Fontaine nunca dej¨® de ir al peri¨®dico donde pas¨® la vida, ayudado por un bast¨®n, y se fue apagando lentamente, art¨ªculo a art¨ªculo.
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