El eterno retorno de la reforma universitaria
El debate para transformar los campus arranca sin consenso por la serias discrepancias en torno al poder de los rectores o la independencia frente a las autonom¨ªas
Al menos siete informes de expertos nacionales e internacionales en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas han venido a se?alar las mismas flaquezas en el sistema universitario espa?ol: unos rectorados con problemas de liderazgo; una selecci¨®n y contrataci¨®n del profesorado que al parecer no fomenta que los mejores consigan un puesto (muchos hablan directamente de endogamia); una financiaci¨®n insuficiente (se piden m¨¢s tasas acompa?adas de m¨¢s becas) y muy desvinculada de los resultados... Y muchas de las soluciones propuestas se repiten una y otra vez sin que se lleguen a poner nunca en marcha o, al menos, no de manera que solucionen las flaquezas de nuestro sistema universitario, como pone de relieve cada nuevo informe. El ¨²ltimo de ellos, encargado por el ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, a un grupo de expertos, se acaba de empezar a discutir con los rectores y las comunidades aut¨®nomas. Y las posiciones de partida ofrecen poco margen para el optimismo, en un contexto adem¨¢s de profundos recortes (m¨¢s de 1.200 millones desde 2010) que, seg¨²n los rectores, no es propicio para los cambios.
Pero, en todo caso, ?por qu¨¦ cada debate de la reforma universitaria parece retrotraernos a la casilla de salida? Seg¨²n un bando de la discusi¨®n, es por las resistencias al cambio en un entorno tan poderoso como inmovilista. Quienes est¨¢n en la posici¨®n contraria consideran que los mismos grupos de presi¨®n vuelven una y otra vez a la carga con sus propuestas equivocadas, neoliberales, que buscan que las universidades funcionen como empresas, perdiendo su vocaci¨®n de servicio p¨²blico. En este bando, algunos sostienen que la universidad espa?ola no est¨¢ tan mal ¡ªincluso que est¨¢ muy bien¡ª y que lo que le falta es financiaci¨®n; y hay otra parte que, a¨²n aceptando que hacen falta cambios, rechaza los remedios que se le proponen.
Y todo ello, siempre dentro de una discusi¨®n embarrada con una dial¨¦ctica de combate, una esgrima intelectual descarnada al m¨¢s puro estilo de las pol¨¦micas literarias del Siglo de Oro en la que muchas veces se cruzan las mismas acusaciones desde un bando y el otro, por ejemplo, el fomento de la endogamia y la protecci¨®n de los grupitos de poder. Eso mismo ha vuelto a ocurrir con el reciente informe de Propuestas para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del sistema universitario espa?ol.
Numerosos informes han se?alado las mismas carencias desde hace 20 a?os
Este documento recomienda, entre otras cosas, que un rector con capacidad para nombrar a todos los cargos importantes (decanos y responsables de centros) y para decidir el rumbo de la instituci¨®n sea elegido de entre acad¨¦micos prestigiosos de todo el mundo por un Consejo de la Universidad, al que tendr¨¢ que rendir cuentas. En este ¨®rgano entrar¨ªan a participar, eligiendo una parte de sus miembros, las comunidades aut¨®nomas. Ahora, tanto el rector como los decanos se eligen por sufragio entre sus propios acad¨¦micos y el principal ¨®rgano de gobierno (al que el rector debe someter una gran parte de sus decisiones) es el Consejo, en el que suelen tener mayor¨ªa el propio claustro (formado por docentes y en menor medida, alumnos y personal de administraci¨®n) y los decanos.
Para la selecci¨®n de docentes proponen una doble v¨ªa: una para ser titulares y catedr¨¢ticos funcionarios y otra para ser titulares y catedr¨¢ticos contratados indefinidos bajo los criterios que decida cada universidad. En materia de financiaci¨®n, insisten en que haya m¨¢s (que se llegue al 3% del PIB, ahora es un menguante 1,2%), entre otras cosas, para que haya m¨¢s y mejores becas, pero tambi¨¦n que se vincule una parte mucho mayor del presupuesto a los resultados (sobre todo, de investigaci¨®n), para lo que har¨ªan falta muchos m¨¢s mecanismos de transparencia. Por ejemplo, proponen fijarse en una serie de rankings internacionales (el de Shangh¨¢i, el del Times Higher Education y el QS), adem¨¢s de otros nuevos como los basados en los m¨¦ritos de investigaci¨®n (sexenios) del profesorado de cada campus o la empleabilidad de los titulados. El ministro Jos¨¦ Ignacio Wert ha asegurado que el texto es uno de los puntos de partida de una reforma que discutir¨¢, asegura, con todos los sectores y las comunidades. A pesar de ello, ya ha provocado una gran oposici¨®n.
¡°Atenta contra principios democr¨¢ticos fundamentales a la hora de trazar su modelo de gobierno; lesiona gravemente la autonom¨ªa universitaria y la libertad de c¨¢tedra; a la vez que consagra un modelo universitario jer¨¢rquico, endog¨¢mico y posiblemente corrupto¡±, escribe en el blog Colectivo Novecento el profesor de Teor¨ªa Pol¨ªtica de la Complutense V¨ªctor Alonso Rocafort. Con unos argumentos similares se movilizaron hace 10 d¨ªas medio millar de profesores que sacaron sus clases a las calles de Madrid.
Existe una fuerte oposici¨®n a perder autonom¨ªa en pos de la eficacia
El catedr¨¢tico de F¨ªsica Te¨®rica en la Universidad de Valencia Jos¨¦ Adolfo de Azc¨¢rraga, uno de los redactores del informe, se defiende de algunas de las cr¨ªticas asegurando que provienen de ¡°inmovilistas¡± y a?ade: ¡°Muchos de quienes dicen ¡®defender una universidad p¨²blica y de calidad¡¯ solo est¨¢n defendiendo sus propios intereses; algunos, incluso, solo ven en las universidades una agencia de colocaci¨®n / empleo p¨²blico. La mejor defensa de la universidad p¨²blica, de la que toda la comisi¨®n es partidaria, es la defensa de su calidad¡±.
¡°Todos [los informes] dicen b¨¢sicamente lo mismo, porque a la postre son todo obviedades que cualquiera que observe el sistema puede concluir m¨¢s o menos¡±, se queja el especialista Jos¨¦ Gin¨¦s Mora, que ha vivido de cerca la redacci¨®n de algunos de esos textos. Se refiere a los an¨¢lisis para reformar la financiaci¨®n universitaria de 1995, 2007 y 2010, todos ellos hechos desde el Consejo de Universidades; y los que pretend¨ªan sentar las bases de mejora de la universidad: el informe Bricall, Universidad 2000, de ese a?o, encargado por la Conferencia de Rectores (CRUE); el solicitado a la OCDE durante la primera legislatura de Zapatero y presentado en 2008; y el encargado a un grupo de expertos internacionales poco despu¨¦s (Audacia para llegar lejos, se titulaba en 2010). De este, el ¨²ltimo informe de Propuestas para la reforma... ha tomado muchas cosas, entre otras, la propuesta de gobierno universitario.
Pero los bandos del agrio debate se pueden ver, incluso, dentro del propio documento, ya que los dos de los nueve expertos de la comisi¨®n ¡ªlos profesores de Derecho ?scar Alzaga y Mariola Urrea¡ª han firmado una adenda rechazando las propuestas sobre el gobierno y el sistema de acceso. Creen que pueden ser inconstitucionales por poner en peligro la autonom¨ªa universitaria y la libertad de c¨¢tedra. ¡°?Ser¨ªa inconstitucional una ley que en la pr¨¢ctica otorgase el gobierno de las universidades p¨²blicas a las comunidades aut¨®nomas?¡±, se preguntan y hablan de ¡°un riesgo para la plena independencia investigadora¡±, de los profesores contratados. A pesar de las cautelas que pone el informe (que los profesores con contratos laborales no puedan ser m¨¢s de 49%), estos expertos consideran que hay una manifiesta una voluntad de ¡°caminar hacia la desfuncionarizaci¨®n progresiva del profesorado¡±.
Algunas cr¨ªticas proceden de ¡°inmovilistas¡±, dice uno de los redactores del informe
Azc¨¢rraga asegura que esto no es as¨ª, que queda perfectamente claro en el informe y a?ade: ¡°No hay novedad especial en esto, salvo en que se insiste en abrir el sistema a profesores extranjeros¡±. Ya hay figuras de docentes contratados no funcionarios y, de hecho, no pueden pasar de ese 49% de m¨¢ximo legal que los expertos piden mantener. Sin embargo, Alzaga y Urrea se?alan que con el sistema propuesto, las actuales figuras contractuales dejar¨ªan de ser ¡°una etapa transitoria¡± hasta conseguir la plaza de titular o catedr¨¢tico funcionario, de tal manera que podr¨ªa significar en la pr¨¢ctica que en ¡°los pr¨®ximos lustros se cubrir¨ªa gran parte de las plazas de profesores¡± de modo ¡°discrecional¡±. De nuevo, aparte del temor por la libertad de c¨¢tedra, aparece el miedo a m¨¢s endogamia.
Pero, de nuevo, de eso mismo se les acusa a ellos. ¡°La adenda es una oda a la mediocridad y al caciquismo que ha plagado la universidad espa?ola por generaciones¡±, escribe en el blog de Fedea Nada es gratis el profesor de la Universidad de Pensilvania Jes¨²s Fern¨¢ndez Villaverde. ¡°No creo que ning¨²n profesor universitario tenga que ser funcionario. En EE UU ¨Ccomo ocurre, por otra parte, en muchos pa¨ªses¡ª las universidades p¨²blicas funcionan muy bien sin que los profesores sean funcionarios¡±, a?ade.
En todo caso, el informe mantiene ese l¨ªmite del 49%, pero propone un sistema de acceso a una plaza de funcionario muy parecido al que impuls¨® hace 10 a?os el Gobierno del PP (habilitaci¨®n), con ex¨¢menes nacionales, que el siguiente Gobierno socialista cambi¨® con el argumento de que era muy caro y, encima, la endogamia encontraba resquicios para colarse. Sin embargo, parece que tampoco se ha solucionado con el actual modelo con el que la Agencia de Calidad (ANECA) acredita mediante documentaci¨®n a los candidatos que tienen m¨¦ritos para ser profesor titular o catedr¨¢tico. En muchas ocasiones, seg¨²n se quejan distintos expertos, las universidades acaban dando la plaza al candidato acreditado del propio campus en una especie de teatrillo de proceso de selecci¨®n.
Quintanilla: ¡°La endogamia se combate con moral c¨ªvica acad¨¦mica¡±
¡°Pero la endogamia no se combate volviendo a habilitaci¨®n, sino con moral c¨ªvica¡±, dice Miguel ?ngel Quintanilla, profesor de la Universidad de Salamanca, ex secretario de Estado de Universidades con Gobiernos del PSOE y testigo o redactor de esa media docena de informes para mejorar los campus espa?oles de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. No le parecen mal muchas de las propuestas del informe ¡ªs¨ª rechaza usar los ranking internacionales para repartir presupuestos¡ª, pero la clave, dice, como se?ala el propio texto, es la voluntariedad (que cada campus pueda elegir su forma de gobierno, su modelo de contrataci¨®n), acompa?ada con incentivos y, sobre todo, de esa nueva ¡°¨¦tica moral o acad¨¦mica¡± que supere los corporativismos y permita que la sociedad ¡°conf¨ªe de verdad en la autonom¨ªa universitaria¡± y las administraciones venzan ¡°la tentaci¨®n de intervenir¡± regul¨¢ndolo todo.
¡°Se trata de un informe valioso y que va en l¨ªnea, en la mayor parte, con las recomendaciones habituales de la OCDE¡±, dice especialista chileno Jos¨¦ Joaqu¨ªn Brunner, que encomia la propuesta de cambio en el gobierno de los campus. Pero echa de menosideas para mejorar la eficacia interna o nuevas formas docentes al albur de las nuevas tecnolog¨ªas. Precisamente, muchas voces cr¨ªticas al informe creen que este f¨ªa todo a la investigaci¨®n y deja a la docencia en segundo plano.
¡°El informe realiza un an¨¢lisis [...] esencialmente correcto cuando se?ala los problemas, aunque lo realiza con una dosis de acritud innecesaria, y probablemente injusta, y despliega un conjunto de propuestas que merecen ser analizadas y debatidas¡±, escriben los expertos en financiaci¨®n universitaria Juan Hern¨¢ndez Armenteros y Jos¨¦ Antonio P¨¦rez. Pero se quejan, entre otras cosas, de que esquiva algo ¡°obvio¡±: ¡°Espa?a no puede aspirar a situar a una docena de universidades entre las 200 mejores del mundo si no aporta muchos m¨¢s recursos p¨²blicos y privados a sus universidades, siempre que esta aportaci¨®n se realice en funci¨®n de resultados contrastados¡±. En este sentido, Azc¨¢rraga asegura: ¡°El muy escaso presupuesto de las universidades es un grave inconveniente, pero no es excusa suficiente para justificar el estado: las universidades podr¨ªan ser mucho mejores con la actual financiaci¨®n¡±.
El catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Complutense Mariano Fern¨¢ndez Enguita, est¨¢ de acuerdo con el diagn¨®stico ¡ª¡°la endogamia siempre creciente en la selecci¨®n del profesorado; el clientelismo de los organismos de gobierno¡±, entre otros¡ª, pero advierte de que no cualquier alternativa vale, y califica el trabajo de los expertos como una ¡°chapucita¡±, ¡°unas veces reiterativa y otras inconsistente, en la que se mezclan lugares comunes y diagn¨®sticos aventurados, observaciones banales y propuestas de detalle innecesarias¡±.
Los sabios de la comisi¨®n aseguran que no han buscado una universidad ideal, sino una serie de recomendaciones ¡°posibilistas¡±. A¨²n as¨ª, las respuestas han sido lo apasionadas y graves que se pueden ver en las l¨ªneas antecedentes. ¡°Todos los acad¨¦micos nos creemos que somos los m¨¢s listos del mundo¡±, dice Quintanilla sobre el tono de un debate que le produce una cierta sensaci¨®n ¡°de eterno retorno¡±. Y concluye: ¡°El mundo acad¨¦mico funciona casi igual en todo el mundo. Hay corporativismo y este solo se puede compensar con una fuerte moral c¨ªvica o acad¨¦mica¡±.
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