¡°Pocos pol¨ªticos se identifican con la clase media¡±
El profesor de pol¨ªtica de Washington no se explica por qu¨¦ no escuchan a Krugman quienes deber¨ªan
Que la camisa Burberry no les confunda. Jack A. Goldstone es de clase media. Y est¨¢ muy preocupado por ella. En su opini¨®n, tiene los d¨ªas contados.
Estamos en Lucy Bomb¨®n, local tan moderno como su nombre: espacioso, sin un solo tabique y situado en el paseo de la Castellana. Goldstone est¨¢ en Madrid para dar un seminario sobre la clase media de The Aspen Institute (en colaboraci¨®n con Campus BBVA). El local lo ha elegido siguiendo la recomendaci¨®n de un amigo. ¡°A ver qu¨¦ tal se come¡ Me gusta bastante el jam¨®n¡±, deja caer.
Este atractivo hombre de nariz llena, dientes blanqu¨ªsimos y ojos peque?os, naci¨® en San Francisco hace 60 a?os. Sus padres, jud¨ªos, lograron huir de la Alemania nazi y obtuvieron acogida en Shangh¨¢i. Tras la guerra se mudaron a Estados Unidos, donde su padre abri¨® una tienda de souvenirs. ¡°La empresa pas¨® por momentos buenos en que pensamos que ¨ªbamos a hacernos ricos y por momentos malos en que temimos la ruina. Somos pura clase media¡±.
Goldstone es profesor de Pol¨ªtica P¨²blica en la Universidad George Mason de Washington DC. Vive al otro lado del r¨ªo, en Virginia, con su mujer, su hija de 17 a?os y su hijo de 20, que estudia Ingenier¨ªa El¨¦ctrica. ¡°Nos mudamos en 2003, cuando el Gobierno de California empez¨® a recortar y dej¨® de invertir en universidades, empezaron a recortar salarios, profesores de apoyo, becas¡¡±.
Este recorte, que se ha ido extendiendo como la p¨®lvora a Europa y muy particularmente a Espa?a, le tiene preocupado. ¡°Tras la gran depresi¨®n, los pol¨ªticos hicieron lo mismo que ahora, reducir gastos y esperar a que se recuperara la econom¨ªa. Unos a?os m¨¢s tarde se dieron cuenta de que ten¨ªan que hacer algo. Pero ahora ya ha pasado tiempo y siguen igual, recomendando austeridad. Yo pensaba que reaccionar¨ªan, pero cada vez soy menos optimista¡±. Mientras picotea jam¨®n, Goldstone confiesa su visi¨®n apocal¨ªptica: ¡°Los pa¨ªses europeos parecen pensar que el crecimiento llegar¨¢ por otros sitios y eso les ayudar¨¢ a salir de sus problemas, pero no ven que todos esos pa¨ªses exportan a Europa, y mientras Europa se hunde, tira del resto hacia abajo¡±.
Este defensor del Nobel Paul Krugman no se explica por qu¨¦ no escuchan al economista quienes deber¨ªan. ¡°Lo que s¨ª he visto es que muy pocos pol¨ªticos se identifican con la clase media. A muchos de ellos les fue muy bien en los a?os del boom, se hicieron amigos de empresarios y empezaron a ver el mundo con sus ojos¡±, afirma levantando la ceja, asombrado tras probar el sabroso solomillo ib¨¦rico. ¡°Los ricos siguen acumulando riqueza y es un problema urgente, porque est¨¢n ahogando a la clase media. Pensaba que los pol¨ªticos har¨ªan algo enseguida para equilibrar, pero no¡±, dice arrugando la cara. ¡°?Es hora de despertar de esta pesadilla!¡±.
Y moviendo el caf¨¦, termina con la ristra de malas noticias: ?jubilaci¨®n en el futuro? Ni de broma. ¡°El sistema de jubilaci¨®n se hizo en una sociedad donde nac¨ªa m¨¢s gente joven. Pero nos dirigimos a un mundo donde habr¨¢ el mismo n¨²mero de personas de 20 a 60 a?os que de 60 a 100. En el futuro, como mucho, tendr¨¢s la oportunidad de trabajar menos. A los 65 a?os, cuatro d¨ªas a la semana. A los 75 a?os, media jornada¡¡±. Pues muy bien, se?or Goldstone, ?buenas tardes!
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