La m¨¢xima expresi¨®n del ¡°hazlo t¨² mismo¡±
La impresora 3D ha saltado al ¨¢mbito de la peque?a empresa, y acabar¨¢ siendo un elemento m¨¢s del hogar
Ante un adelanto, sea de la ¨ªndole que sea, caben dos posturas: estudiar sus ventajas o intuir sus inconvenientes. Tradicionalmente, mientras el Viejo Mundo suele prever todo tipo de problem¨¢ticas, el Nuevo tira para adelante. Sucedi¨® con Internet y la preocupaci¨®n por la privacidad, fen¨®meno principalmente europeo y que se ha reflejado en sus leyes, y ahora comienza a suceder con las impresoras 3D. La reproducci¨®n de una pistola a piezas ha tenido una cobertura informativa m¨¢s amplia en Europa que en Estados Unidos.
Implantes bucales o parachoques de coches son ya desde hace a?os reproducidos en impresoras 3D; pero en el ¨²ltimo a?o, a una velocidad de v¨¦rtigo, la impresora 3D ha saltado al ¨¢mbito de la peque?a empresa, y acabar¨¢ siendo un elemento m¨¢s del hogar. De momento el mayor obst¨¢culo es el precio de la m¨¢quina y el precio de sus ingredientes, pero solo es cuesti¨®n de tiempo. Quienes tienen presupuesto (la agencia aeroespacial NASA, laboratorios m¨¦dicos, universidades¡) ponen su dinero en esta m¨¢quina que puede resolverles tanto la alimentaci¨®n en el espacio como el desarrollo de un f¨¢rmaco, acort¨¢ndole el periodo de la prueba error.
La impresora 3D est¨¢ llamada a revolucionar la forma en que se fabricar¨¢ y se consumir¨¢. Eso no es sin¨®nimo del gratis total. Al coste de la m¨¢quina habr¨¢ que a?adir el de los cartuchos de los materiales y, sobre todo, el software con los dise?os de cada producto, sea una taza de caf¨¦ o una cadera, que se vender¨¢n por Internet. Pero ni el fabricante debe preocuparse por las existencias, ni el consumidor por esperas interminables. La impresora 3D es la m¨¢xima expresi¨®n del ¡°hazlo t¨² mismo¡±.
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